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A tu imagen y semejanza

¿Cómo no te voy a entender macho? Estabas solo, desnudo, en un ambiente hostil y de repente empieza a caer agua desde arriba. Te imagino mojado, friolento… Aterrado también, claro, por esos ruidos tremendos del cielo y esas luces inexplicables que aparecían como surcando el cielo y desaparecían. Todo inentendible. El lugar, el agua de ésa lluvia, los ruidos de los truenos y las luces de los relámpagos asustarían al más pintado, no es que fueras maricón, negro; nadie se la hubiese aguantado estoicamente esa que te tocó.

Si no fuera tan terrible la parte del rayo que enciende un árbol sería casi cómica. Te imagino yendo a ver qué pasa, la sensación de tu cuerpo arrimándose placenteramente al fuego y el dolor y el espanto cuando tocaste esa braza que te quemó los dedos.

El resto de los seres parecían acostumbrados a todo, no manifestaban miedo nunca y cuando te encontrabas con uno grandote, la única que te quedaba era correr asustado. Claro que te entiendo.

Lo que estuvo muy bien fue cuando se te ocurrió tomar ese tronco con fuego en una punta desde la parte que no quemaba y llevarte el fuego a donde quisieras, mejor aún cuando aprendiste a encender el  fuego por las tuyas. ¡Que sensación de poder debés haber sentido!

¿Y cuando aprendiste a construirte una chozita? Ya estabas cómodo, seguro y orgulloso de vos mismo. El resto de los animales seguían expuestos a las lluvias, los vientos, el frío y vos hecho un Pachá, bajo techo y con fuego a tu disposición. ¡Madre mía!.

De ahí a juntarte con otros “vos” debe haber habido un rato nomás. Y entre todos descubrir que con inteligencia se podían servir a los bichos grandotes que antes te asustaban habrá habido un pasito apenas. ¿Como no enorgullecerte macho? Hacía poco estabas recagado en las patas buscando una cueva para no mojarte y ahora con tu tribu te atendías a todos los táitas del condado. Lo raro hubiese sido que no te gane la soberbia.

En cuanto descubriste como hacer fierros en el fuego, como sembrar y cosechar y ¡la rueda! Hubiese sido raro que no suceda lo que sucedió.

Era lógico que al tomar conciencia que todo el resto del mundo era inferior a vos crearas a Dios a tu imagen y semejanza.


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