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Antimateria – Semana III

 

 

 

ANTIMATERIA – DIA 15 | 16/10/18

Llegamos a Potrerillos… decidimos a subir hasta El Salto y establecer un buen refugio al lado del río, lo más cercano a la cascada de el salto de agua, cosa de no tener que lidiar con la muchedumbre que sin dudas tarde o temprano llegará y con lo que estamos viendo ahora.

Hay mucha gente por acá, estimo a que casi todos los de la ciudad se les va a ocurrir la misma idea que nosotros. Al anochecer vimos unas luces extrañas en el cielo. Sin dudas aviones no eran… pensamos en satélites, ¿pero habrá desaparecido lo material en el espacio también? ¿Y si no eran satélites? Ya no se qué pensar. Siento que algo va a suceder, porque esto que estamos viviendo tiene que tener algún motivo.

Lo más oscuro de la jornada fue ver algunos cuerpos colgados de los árboles en un bosque cercano al dique. Varios estaban destrozados, con sus entrañas colgando, atados de sus brazos. El paisaje era macabro. Esteban quiere que nos adentremos en el bosque para saber qué pasa, ya que es de día queremos aplacar cualquier amenaza cercana.

Termino de escribir esto en la corteza de un árbol apurado… vamos a adentrarnos una parte del equipo.

ANTIMATERIA – DIA 16 | 17/10/18

Nos adentramos en el bosque que está detras del Automóvil Club Argentino… hoy un montón de árboles ordenados por senderos, sin piscina ni rejas. El paisaje era aterrador… había muchos cuerpos colgando de los brazos y las piernas, con sus vísceras al aire, devorados por algo o alguien. Bajo ellos se veían manchas oscuras de sangre y amonotonadero de tripas. Los cuerpos estaban atados a las ramas con varillas de sauces, que les lasceraba la carne.

Suicidas no eran, colgados tal vez tampoco, porque ninguno pendia del cuello. O de los brazos o de los pies. Los rostros estaban descuaringados, demacrados y maltrechos. Había olor a putrefacción y el zumbido de las moscas parecía un Autódromo.

A lo lejos vimos un hombre. Llevaba arrastrando un montón de ramas a modo de camilla. Sobre ella traía dos cuerpos desnudos, destrozados. Le gritamos y el viejo soltó los cadáveres en el acto y comenzó a correr…

Salimos corriendo con Esteban. Nos acompañaba Cristian que a los pocos metros se detuvo jadeando… el viejo se escabullía entre los yuyos. Al pasar por la canilla vimos de reojo el contenido… eran dos jóvenes, estaban bañados en sangre y tenían ramas atadas a sus manos y pies… de ahí los venía tirando el viejo.

Este monstruo era una amenaza. No podía andar suelto… era una cacería y él nuestra presa.

ANTIMATERIA – DIA 17 | 18/10/18

Yo lo seguía detrás, con la vista fija en él. El viejo corría a una velocidad increíble para su edad, sorteaba obstáculos con la agilidad de una cabra. Subía los riscos sin chistar, a mi me comenzaron a doler las piernas. No me di cuenta en qué momento perdí a Esteban de mi vista, venía al lado mío. De a poco se me comenzó a alejar… ¿porqué corría aquel hombre?… ¿porqué lo corríamos nosotros como una presa de caza?

Había algo espantoso en ese bosque y él era el culpable o impulsor, no íbamos a permitir que cerca de lo que sería nuestro hogar viviese este monstruo. Pero se nos estaba escapando… ya me había sacado muchos metros de ventaja. De pronto el cansancio me venció y comencé a bajar la velocidad… hasta que apareció Esteban.

Se había separado de mí y corrido a toda velocidad en paralelo, cercando de a poco al viejo, que estaba con su atención en mí mientras corría. Entonces se desapareció de la vista de los dos y apareció casi frente al hombre entre los yuyos, tirándose sobre él y derribándolo como una bolsa. El viejo se resistió algunos segundos y forcejeó contra Esteban, que lo tenía sometido y agarrado de las manos, hasta que llegué yo y entre los dos lo doblegamos. Luego de unos gritos y llantos, el viejo comenzó a responder nuestras preguntas sobre qué estaba haciendo.

Había un animal salvaje cerca, él lo describía como una bestia infernal que rondaba las cercanías, nosotros dedujimos que se podía tratar de un puma adulto. El animal había matado una noche a la esposa del viejo y a su nieto, él dice que jamás vio una bestia así. No tenía donde ir, entendía que tenía más posibilidades de sobrevivir acá, que yéndose a otro lado. Entonces pasaba el día buscando cadáveres para dejarlos en el bosque donde se aparecía el felino. De esa manera, según él, lo mantenía saciado. Entendía que ese era una especie de deber que tenía para con la gente indefensa de la villa… como le llamaba a sus vecinos.

Entonces escuchamos varios gritos a lo lejos… como ecos. El viejo abrió los ojos enormes y dijo “llegó la bestia”… entre los gritos reconocí al de María.

ANTIMATERIA – DIA 18 | 19/10/18

Los gritos se fueron intensificando, ahora si corríamos a la misma velocidad con Esteban. Era la adrenalina del peligro que surcaba mis venas. Incluso pasamos a Cristian que también había dejado los cuerpos para volver hacia el grupo. Entonces llegamos…

Graciana tenía en brazos a Lucía que lloraba de miedo, frente a ella María agitaba los brazos e intentaba ahuyentar al felino… no era una “bestia infernal”, pero era un puma descomunal. Delante de ellas estaba Félix, Rosario y Julia, ésta última le tiraba con las piedras que encontraba, mientras los otros dos lo arremetían con palos.

Nosotros nos detuvimos de pronto y comenzamos a gritarle y a hacer ruidos, el puma nos vio al instante sin detener su marcha lenta y agazapada hacia el grupo. Abría sus fauces, mostraba los dientes afilados, babeaba y tenía la boca llena de sangre. Estaba cebado… había probado carne humana y jamás quería volver a comer otra cosa.

Esteban se arrimó pegando con una varilla contra el piso, pero el puma gigante dio un giro tan aterrador que parecía que iba a cortar de un salto los 10 metros que lo separaban. El grandote se quedó inmóvil. Ninguna de las piedras de Julia lo alcanzaban. Rosario y Félix no retrocedían.

Intenté utilizar la misma estrategia que con la liebre o el viejo, cercar al felino… pero fue la peor idea. En cuanto el puma se vio rodeado arremetió contra el grupo. Rosario aprovechó su velocidad para intentar golpearlo con la rama, pero el gato mordió el palo y sacudió bruscamente el brazo de la mujer, haciéndola tambalear y tumbándola al suelo, entonces Julia corrió a acudir a su novia, dejando las piedras y sólo con sus manos como arma.

El puma tenía el foco de atención en Rosario, que yacía en el suelo, pero cuando se le aproximó Julia para defenderla, se movió como un rayo y atacó a la desprevenida mujer… de un salto la logró morder en el hombro, cuello incluido, el grito fue espeluznante.

Rosario se puso de pie en el instante, tomó nuevamente el palo y comenzó a golpear al animal en el hocico, mientras este mordía con toda su furia las carnes del cuello de Julia, que se perdía en un grito agudo.

Todos corrimos hacia la masacre, Graciana puso de espaldas a la nena. Cristian le enterró un palo en las costillas al felino, mientras que Esteban le acentó una patada mortal en el lomo, pero era imposible separarlo de su presa. Rosario estaba desesperada, soltó el palo y comenzó a darle con los puños en el rostro, pero era imposible… poco a poco fue separando carne, rasgando hombro y piel, quebrando huesos y hundiendo sus colmillos en la carne de Julia, que tenía los ojos inyectados, abiertos de par en par. El viejo casi lo atravesó con el palo, pero nada lo detenía.

Entonces Rosario se montó al lomo del animal, cruzando sus piernas por el cuello del mismo, y mientras le hacía una llave le enterraba los pulgares en el cuenco de los ojos, que explotaron y le mancharon hasta las muñecas… recién ahí la bestia infernal soltó el cadáver de Julia, entonces Rosario expulsó un grito y con toda su furia apretó sus muslos hasta asfixiar al puma.

ANTIMATERIA – DIA 19 | 20/10/18

Por más hambre que teníamos a todos nos dio repulsión pensar en comernos el puma muerto, sabiendo que hacía unas dos semanas se alimentaba de carne humana. Luego del desastre apareció el viejo que habíamos corrido y miró con estupor el panorama… “esta no es la bestia infernal, sino el macho… la hembra es bastante más grande”. Cuando dijo eso un silencio sepulcral reinó, solamente cortado por los sollozos de Rosario, que aún tenía muerta en su falta a Julia y la acariciaba llorando, fundiendo sus lágrimas con la sangre del puma en sus manos y el hombro destrozado de su amada.

Nos dividimos en dos grupos e hicimos dos fosos, en uno pusimos a Julia, con algunas flores que cortó Graciana y Lucía. En el otro pozo más grande enterramos todos los cadáveres esparcidos por el bosque. No era buena idea quedarnos en este lugar, la hembra del puma debía estar cerca. Aunque estábamos alerta, no era momento para que el otro animal nos encuentre. Comenzamos a subir en dirección a El Salto, en una silenciosa procesión. Antes de que anochezca hicimos un gran fuego y nos quedamos callados, acompañando la tristeza de Rosario, que ahora si se sentía completamente sola en el mundo. Lo material no es nada, no significa nada, ya nos estamos acostumbrando, pero perder a la gente que uno ama es realmente lo fatal.

Mañana continuaremos paso hasta llegar a destino, donde finalmente nos dispondremos a construir nuestro hogar.

ANTIMATERIA – DIA 20 | 21/10/18

Ya había mucha gente instalada en la rivera del Río Blanco. Lo mejor era subir hasta El Salto, pero no alejarnos tanto de las demás personas. Necesitamos tener disponibilidad de recursos naturales, pero no alejarnos de donde sean los futuros poblados. No sabemos cuánto va a durar esto que nos está pasando, por lo que tenemos que establecernos con ánimos de que sea de manera permanente.

Félix tomó las riendas en la selección del terreno, eligió una explanada con mucho pasto y poco suelo rocoso. La idea de él era comenzar con las plantaciones de las semillas que había ido juntando. Además teníamos cerca arbustos de rosa mosqueta que de inmediato los replantamos en nuestro espacio.

Lo que había sucedido con el puma nos tenía asustados, así que nos dividimos en grupos para comenzar las obras. Félix y Graciana se iban a encargar de las plantaciones. Esteban y yo íbamos a asegurar el terreno cercándolo con piedras y palos a modo de muros. Cristian sabía de construcción, con la ayuda de Rosario iban a encargarse de hacer la casa, tarea que iba a ser la más complicada si queríamos que realmente fuese funcional.

María se fue con Lucía y Rufián a buscar algo para comer. Les pedí que no se alejasen mucho, pero la luz del día y el calor nos acompaña.

ANTIMATERIA – DIA 21 | 22/10/18

Con la construcción del muro nos pasó algo extraño. Primero comenzamos armando una especie de pared de rocas sólidas y pesadas, de más o menos un metro setenta de alto. Pero luego de algunos metros nos dimos cuenta de que no tenía sentido… ¿que íbamos a proteger con un muro para que no pasen humanos?… iba a ser una pérdida de tiempo. De lo que nos teníamos que proteger era de animales salvajes y la casa si, de las inclemencias del tiempo, pero no esto que estábamos haciendo con Esteban.

Entonces, con palos y hiervas, comenzamos a fabricar un cerco de un metro y medio de alto. Esto iba a ser rápido y efectivo. Pienso en la cantidad de elementos que teníamos que nos facilitaban la vida para hacer cosas simples, herramientas, clavos, alambre… incluso una olla o colchas. Había algo que si teníamos que ver cómo producir, algo que remplace la funcionalidad de una cuerda. Con eso podríamos atar, sostener, tirar, apretar, hacer redes, trampas, ropa y dispositivos de cacería.

Ya comencé a pensar en una especie de criadero de peces. Se muy poco de supervivencia pero cargo sobre mis espaldas la responsabilidad de mi familia.

Lo que si va a llevarnos mucho tiempo es la construcción de la casa, pero sin dudas será una obra magnífica. Cristian ha delimitado las divisiones estructurales, va a hacer una especie de comedor central cercado por cinco habitaciones, una para cada uno de nosotros. En cada vértice ha puesto troncos como vigas y está colocando piedras y utilizando barro con pasto a modo de cemento. Va a llevar un par de semanas terminar. En el centro de la obra habrá un hogar enorme, que sin dudas en invierno nos calefaccionará.

Tenemos que terminar el cerco y abocarnos todo a la casa. Quiero encargarle a María que me busque alguna rama tierna para moler y ver como se hace una pasta y así hacer papel… pero aún no viene y esta oscureciendo…