/Charla íntima con Omar Ochi ¡le preguntamos todo sobre él y su obra!

Charla íntima con Omar Ochi ¡le preguntamos todo sobre él y su obra!

Llego al café Isaac Estrella… tugurio menduco donde se reúnen personajes de toda talla; abandonados, lastimados, castigados, solitarios, seducidas, mal paridos, mal habladas, culturosos, tramposos, timberos, artistas de todo tipo, mercachifles, trapicheros, arbolitos, nocheros, transnochadas, nostálgicos del cafetín, entre varios más. Y así caminando, entre el olor a cigarro y un tango de fondo, lo veo solitario en una mesa, contemplando el infinito a través de un vidrio mal limpiado. Es él, mi amigo, uno de los escritores más prolíficos y creativos que ha dado Mendoza, mezcla de filósofo de la antigua Roma con poeta citadino. Él con su paz al hablar, con su oído paciente y su mirada profunda. Uno no sabe si te está escuchando o está escribiendo su próximo relato en sus pensamientos.

Nos saludamos, me invito a sentarme y le pregunto en qué anda, si esperaba a alguien. Me dice que no, que estaba de paso, aprovecho entonces para hacerle una especie de entrevista íntima, le cuento que escuché que acababa de publicar un nuevo libro… y él arrancó entusiasmado.

Si, se llama ‘‘Edel III: ventanas e historias de renacidos’’ es mi décimo quinto libro editado. Edel es una trilogía poética que comencé a escribir en mi adolescencia, compuesta por los siguientes volúmenes: ‘‘Edel: el libro de once puertas’’, ‘‘Edel II: ¿Qué es la vida?’’ y este nuevo título. Se trata de una casa de poemas de once habitaciones donde cada sección es un espacio temático y un mundo donde impera la alternancia. En el primer tomo, Edel es una morada; en el segundo, una pregunta existencial; en el tercero, un personaje, una mujer, una persona que es testigo y protagonista de las horas del fénix.

Una saga… ¿Tenés pensado que continúe?

No. He llegado al final de la trilogía. De todos modos, con Editorial Equinoxio y el dibujante y diseñador gráfico NicolásGutiérrez perfeccionaremos Edel I y Edel II (ya estoy trabajando en eso), volveremos a editarlos y empardaremos las tapas con nuevas ilustraciones logrando, de esta manera, que las portadas de los tres volúmenes sigan una misma línea gráfica. No es malo buscar la excelencia.

Ambos compartimos el amor por las letras, en lo personal no tengo tiempo, espacio y lugar definido para escribir, y veo cómo va creciendo día a día tu carrera, ¿cómo hacés para escribir tanto?

Simplemente leo demasiados libros, escucho música, camino, actúo, veo muchas películas, escucho las historias de los locos que encuentro en la calle, siempre llevo una libreta en mano y, sobre todo, vivo. Luego me dejo llevar.

¿Qué es lo que más te inspira?

Me inspira la belleza y lo sublime de las cosas sencillas: un buen libro, el sabor de un café, de un beso; el color de los atardeceres, la bitácora de una compañía inolvidable, una larga caminata por un espacio verde, una calesita en el campo de guerra.

Siempre me gusta hacer preguntas hipotéticas sobre cosas que no sucederían, pero si tuvieses que elegir uno de tus libros que más te represente, ¿cuál sería?

Está difícil, che. Me siento muy satisfecho con mis obras ‘‘Libro del desierto’’, ‘‘Historia del tiempo’’, ‘‘Quimeras en el aire’’ y ‘‘Cazadores de estrellas’’. No obstante, creo que ‘‘Edel III: ventanas e historias de renacidos’’ es el libro que más me representa, no solo porque soy el fénix de esas ventanas y en la historia de mi vida, sino también porque (y acá va una confesión y/o sincericidio): ‘‘Edel’’ es el nombre que le pondré a la hija o sobrina que tendré algún día. Entonces, cuando ella nazca y crezca y ame y llore y ría le diré: ‘‘Mirá, ¿ves este libro? Antes de que nacieras, ya renacías’’.

Va una íntima… ¿Te has arrepentido de escribir algo?

Sí, innumerables veces. No lo voy a negar. Soy muy autoexigente. Sin embargo, no me arrepiento de haber publicado ninguna de las obras que edité.

Che y viendo los tiempos que pasan, las pasiones argentinas, el fanatismo, cómo la política se instaló en la mesa de la familia y en cada reunión social, ¿Qué opinas sobre la ideología política en el arte?

En lo que respecta al arte de la escritura, también se puede hacer política tejiendo una retahíla de palabras que persiguen un criterio y una intención de defender un ideal o crear espejos de convicción y poder (aunque no en todos los casos, ya que también existe la noción de ‘‘la literatura como juego’’). Pero le dejo el resto a un tal Rodolfo Walsh: El campo del intelectual es por definición la conciencia. Un intelectual que no comprende lo que pasa en su tiempo y en su país es una contradicción andante, y el que comprendiendo no actúa tendrá un lugar en la antología del llanto pero no en la historia viva de su tierra.

Algunos por placer, otros para sublimar angustias, otros para despuntar el vicio, otrs por necesidad, alguno por un don natural, vos… ¿Por qué escribís?

Escribo porque esta noble fusión de la imaginación con el latido del fénix y la mano que traza versos o prosas para los ojos del viento es mi forma de volar con los pies sobre la tierra. Escribo porque, si no lo hiciera, mi vida sería peor.

Es increíble que a tan corta edad tengas tanto publicado y no me quiero ni imaginar lo que debes tener sin pulir… ¿Cómo surgen tus nuevos proyectos, tu caudal, tu musa?

Hasta el día de hoy no lo he descubierto. Es más: a veces siento que una voz que en realidad no escucho me dicta las palabras de cada texto. ¿Musas? En algún momento pensé que ellas eran divinidades o hermosas mujeres que pasaron por mi vida. Ahora comprendo que el viejo que me acaba de chorear unas ramas de eucalipto hace quince minutos también es una evocación que me inspira a escribir un cuento acerca de un ladrón de catedrales que dialoga con un árbol en el primer día del mundo.

Muchas veces pasa que escucho gente que escribe y que se guarda los textos, inlcuso a mi me pasó muchos años, el miedo al qué dirán, a que se rían, ¿qué le recomendás a alguien que escribe y no se anima a publicar?

Le aconsejo que no se apresure, pero que también sea consciente de que no estamos seguros de cuál será el último paso que daremos por esta tierra y no viene mal publicar un pájaro que vivirá más años que nosotros. También le digo que no le tema a la crítica (nadie se salva de ella y llega un momento en el que te acostumbrás a su lengua punzante y edificante) ni se quede en la eterna inseguridad del águila que convive con los pavos reales: ‘‘aún no estoy preparado’’, ‘‘no nací para esto’’. A veces es necesario lanzarse a las aguas y convertirse en las huellas del río.

¿Y para el que quiera empezar? ¿Cómo se dan los primeros pasos?

Primero que nada, es aconsejable haber concluido un determinado conjunto de textos (si tiene un hilo conductor, mejor), luego dedicarse a pulirlos con paciencia, aceptar sugerencias de estilo; buscar la excelencia, ser minucioso hasta en los detalles de la tapa y la contratapa (las caras del libro), tramitar lo que sea necesario en lo que respecta al trabajo editorial y de registro de obra y, una vez en mano, perseverar con esa carta que nos asegura, en muchos casos, la posteridad.

Volvemos a las preguntas hipotéticas que tanto me gustan, pero esta vez no es sobre vos… si te quedases solo en una isla y tuvieses un solo libro, ¿cuál sería?

En ese caso, me gustaría tener en mis manos ‘‘La Biblia’’. Lo demás vendría por añadidura. Quién te dice: después de mis plegarias encontraría El Quijote en un castillo olvidado, La Odisea y La Eneida en una cueva, ‘‘La maravillosa vida breve de Oscar Wao’’ (Junot Diaz) en la boca de un lobo obeso y el ‘‘Mendoza tiembla’’ en las manos de los espectros que me ofrecerían un vaso de luz y una copa de whisky en la noche más fría de la isla. ¡Ah! También escribiría una obra titulada ‘‘El náufrago se convirtió en Keanu Reeves’’.

¿Qué libro te hubiese gustado escribir?

Acá voy a tener que romper las reglas, pues mencionaré cuatro: ‘‘La sombra del viento’’ (Carlos Ruiz Zafón), ‘‘Los viajes de Gulliver’’ (Jonathan Swift), ‘‘Pedro Páramo’’ (Juan Rulfo), ‘‘El amor en los tiempos del cólera’’ (Gabriel García Márquez) y ‘‘Cuentos de amor, locura y muerte’’ (Horacio Quiroga). Perdón. Eran cinco.

En un contexto complicado para el fomento de la lectura y la cultura, ¿qué aspirás como escritor? ¿Cuál sería tu logro más deseado?

Deseo que, algún día (ya sea del siglo XXI o XXII), en alguna biblioteca de Argentina, España, Japón, Rusia, Estados Unidos, México, Perú, Marte o Singapur; un ejemplar de mi autoría se caiga de su respectivo anaquel y un niño lo recoja y, al leer la reseña de contratapa, diga: ‘‘Yo también quiero ser canción’’.

La pregunta del millón… ¿Se puede vivir de las letras en Mendoza?

Se puede remar: editar obras en formato papel, digital; venderlas en el exterior (sí, parece una utopía); dictar cursos de escritura creativa, conferencias, clínicas literarias; realizar trabajos de editor, corrector de estilo, prologuista, pero, lamentablemente, no es suficiente…

Y ahora nos podemos «mendolotudos», quiero que me seas completamente sincero y me cantes la posta… ¿Cómo es el lector mendocino?

En Mendoza, hay lectores y lectores (no todos entran en la bolsa del lobo). Los hay cultos, indiferentes, apresurados, exigentes, disconformes, astutos, apasionados, etc. Pero debemos preguntarnos: ¿Qué lee el lector mendocino? ¿Literatura? ¿Libros de autoayuda? ¿Textos argumentativos? ¿O sólo las publicaciones de Facebook y los mensajes del chat?

Estás embarcado en este nuevo libro pero estoy seguro de que ya estás en algo nuevo, si es que no estás imaginándote una nueva historia mientras charlamos jaja, ¿Cuáles son tus próximos proyectos?

La creación de un nuevo libro de microficciones (‘‘La tercera máquina del olvido’’), una novela de interés general (aún no decido la temática); la publicación de las obras que ya terminé de escribir (‘‘Cuarenta formas de ser invisible’’, ‘‘Juegan al cielo’’, ‘‘El escribidor’’, ‘‘Los sabores del hambre’’, ‘‘El no bosque de las voces vivas’’); la expansión de mis cursos de escritura creativa y difusión; las charlas literarias en los colegios y la lectura de mis novelas juveniles en varias escuelas del país y, por qué no: del otro lado del charco.

Finalmente, para dejar pistas sobre tu laburo, ¿Dónde podemos seguirte o conocer tus talleres?

Pueden seguirme en Facebook (Omar Ochi), Instagram (@edgarklaus) y en mi blog: http://planetaedel.blogspot.com/

En lo que respecta a mis cursos de escritura creativa y difusión, pueden contactarme al +5492615464371. Actualmente estoy dictando uno en San Martin (‘‘LSB’’), otro en Ciudad (‘‘Equinoxio’’) y otro en Guaymallén (‘‘Cofradía de los cazadores de espejos’’).

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