/El famoso “Thanksgivin” o día de acción de gracias

El famoso “Thanksgivin” o día de acción de gracias

Gente linda, gracias por las palabras de aliento hacia la búsqueda de mi medio pomelo (http://linuca.org/link/?l4495). Aclaro que no me molestan los drogadictos. Lo único que pido es higiene personal. No da salir con alguien que huele a dos días de humedad. Gracias.

Tema de la semana: Thanksgivin.

Thanksgivin o Día de acción de Gracias. Experiencias Americanas si las hay, pero si hay algo que NO te podes perder es eso. Bueno, yo me perdí la oficial, pero fui a la repetición.

El miércoles toda la familia emigró hacia la casa de la Host Granny más buena onda de todas para pasar este día tan especial. Yo no fui porque el más pequeñito de los chicos se encargó de estornudarme bien en la cara para que todas sus pestes se trasladaran a mi cuerpo. Así es. Fiebre, mocos, agua nasal y mal humor al cuadrado. Cuatro horas de viaje al lago no te caen bien cuando te sentís el trapo del limpiavidrios de la Vicente Zapata y Costanera. Decisiones sabias, me quedé en casa. A parte que la hice re bien, perdonen … pero quedarse dos días sola, disfrutando el caminar en ropa interior por la casa, rascarte el culo, tomar dos siestas diarias y comer lo que uno quiere y cuando uno quiere no tiene precio.  Así que resumidamente el día oficial almorcé empanadas y cené las sobras.

Pero como esta familia es única, decidieron hacer una repetición el día viernes porque. A) Conchita ya estaba 4 puntos de 10 y B) porque la familia de Cleotilde no se quería quedar atrás con la terrible comida que habían dado en la familia de Torcu.  Los comentarios fueron: Tendría que haber vomitado para seguir comiendo.

Y así fue. Me arreglé para lo que me dio con fiebre y nos fuimos. Si hay una de las características de este feriado es que se come mucho y se ve futbol americano. La mala noticia es que cuando estás enfermo no te dan ganas de comer.

Éramos solamente la pareja anfitriona, Clotilde y Torcuato con los críos, Conchita y el tío. El tío, Torcuato intentó explicarme este nuevo personaje, sus palabras fueron: Vive solo, nunca se casó, era gordo y ahora es un Americano promedio. Lo que me faltaba, tener que lidiar con el tonto de la familia. Llegamos y fue el mismo panorama, estaba sentado mirando la tele. Estrechamos manos y no amistades. Desde ya me cae grueso la gente que te cuenta lo que los otros dijeron de vos. “Vos debes ser Conchita, todo el mundo habla de vos y lo bien que cocinas. Espero que para navidad pueda probar algo Argentino” Si si, si yo tengo cara de cocinerita. Lo pensé, pero mi respuesta fue “Gracias, espero poder cocinar algo para Navidad.” Acto seguido nos sentamos en la mesa cual Mirta.

Si hay lago que tienen los americanos inteligentes (como los padres de Cleo) es pretender que todo el mundo sabe tanto como ellos. Mientras esperábamos la comida intentaron hacerme jugar al juego de quien adivina de que puto árbol es la puta hoja. La concha de Conchita ! No sé ! Yo me crié en una ciudad donde te puedo decir si va a bajar el zonda o si se pasó el Bondi. Mi culo voluptuoso  no viene en el paquete gratis, así que me tocaba siempre última y siempre decía la misma que Torcuato.

La comida está en la mesa: Gracias a mis casi 8 meses de infiltrada he aprendido que cuando las comidas tienden a ser importantes siempre pero SIEMPRE bendicen la mesa. Esta vez no fui la gordita que atacó al pavo por la espalda. Bendecida la comida y la mar en coche atacamos la mesa. Juro que habían muchas cosas y juro que no pude comer más que un cacho de pavo y puré de papas. La fiebre me hizo pensar en cualquier cosa mientras todos ellos hablaban de gente que yo no conozco y pocas chancees de que eso pase. Todos pipones esperábamos el postre, las muchas tartas muy ricas, OVBIO  que probé todas, sino no sería yo. En fin, mientras servíamos el helado (en este país todas las tartas van acompañadas con helado, es ley) … mientras servíamos el helado el tío bobo empezó a decir porqué estaba agradecido. La ronda se hizo para la derecha y evidentemente estaba incluida en las gracias. Algunos agradecían por los hijos, otros laburos y no faltó el puto ecologista que agradeció por las plantas, el planeta.  Mientras tanto, yo intentaba ponerle onda y dejar de tener la mente tan en blanco. “Ahora vos Conchis, porqué estás agradecida?. Ah Hem yo (porque pija estoy agradecida pensa pensa) yo estoy agradecida porque estoy acá y porque la cena estaba buenísima (ahora tenés que sonreír para quedar bien, listo con esta sonrisa comprás al mundo. No que mierda vas a comprar al mundo, con la mesa alcanza). Sólo por eso?. No no, estoy agradecida también por poder vivir un ratito el sueño americano.” Ah Póker face para mi. Cleotilde aguantó la carcajada muy no sutilmente y yo seguía sonriendo cual calendario. Es así, no estoy hecha para las palabras de agradecimiento, pero si soy buena para las que no agradecen.

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