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Cuando el amor te lleva a hacer cosas de puto

Quiero aclarar que esto es una historia verídica, me dijo mi psicóloga que le pasó a uno de sus pacientes, o sea, NO SOY YO. Al que me haga chistes chotos en alguna juntada le hago calzón chino. Hecha esta aclaración/amenaza, les paso a relatar…

Imagínate en un baño ajeno (el baño de tu mejor amigo), entras silbando dispuesto a hacer lo tuyo y salir, en un trámite que no debería tardar más de dos minutos. Mientras tanto, tu amigo te espera para jugar el segundo tiempo del Real contra el Barza en la Play.

Y bueno, ahí me encontraba en el baño, meando y jugando a lo de  siempre. El juego consiste en largar el chorro a su máxima potencia y contar cuantos segundos aguanto sin que baje la presión, hasta ahora mi record es de 23 segundos. Aún recuerdo esa noche en aquel boliche, tenia tanto alcohol en mis intestinos que le tire un “jame jame ja” al mijitorio, todos me miraban anonadados mientras me alentaban con los brazos en alto y hacían sus apuestas sobre cuantos segundos más duraría. Luego de que termine de mear, me levantaron y empezaron a gritar mi nombre, me pagaron tragos y me presentaron a sus novias.

O cuando juego a que mi chorro es el limpiador de los arañazos que el antecesor usuario del baño dejó impregnado en el inodoro.

Bueno, pero volvamos al tema…

Con la mirada fija en las llaves de la ducha, escucho el sonido de mi líquido corporal chocando contra los bordes del inodoro, como si fuera el sound track de una película romántica. Podía sentir como algunas gotas me salpicaban las piernas, pero estaba shockeado, nunca había visto nada igual. Nunca la vida me había puesto frente a un evento de esta naturaleza. Nunca había sentido el guiño de los dioses como en este momento, lo que estaba viendo era algo que quedaría impreso en mi memoria para siempre.

En pleno estado de inconsciencia, guardo el miembro sin sacudirlo y voy en busca de eso que tanto había llamado mi atención y colgaba de las llaves de la ducha. Lo que estaban viendo mis ojos no tenía precedentes,  no parecía haber ni un antes ni un después de este momento culmine.

Así fue como una tarde que parecía común y corriente,  se convirtió en “La tarde”. No lo podía creer, tenía una tanga de la Vero, el mejor culo del barrio en mis manos. Imagínense que con mis doce años, esta era la excusa perfecta para pajearme hasta que me de fiebre, pero de pronto algo cortó con toda la magia del momento:

¡Toc toc toc! Gordo culiado, ¡si estas cagando, no te limpies seques el orto con la toalla de las manos!

Cagamos, el Pachanga, (mi mejor amigo, el hermano de la Vero).No choto, la estoy sacudiendo, ¡ya salgo!

La puta madre, ya no tenía tiempo ni siquiera para una de esas pajas frenéticas de 2 minutos, además me preocupaba el tema de los ruidos.

Pero por otra parte tenía el tesoro más valioso en mis manos. Ese descuido de la Vero es lo mejor que me paso en la vida, no podía dejarlo pasar. Yo esta tanga me la tengo que llevar como sea, pensé.

En ese momento me odie con todas mis fuerzas por la puta costumbre de usar malla sin calzoncillos, encima no tenía bolsillo. ¿Qué hacía? Pensé en tragármela para después vomitarla en mi casa, pero eso le quitaría bastantes puntos de erotismo. Cuando de pronto se me prendió la lamparita, me puse contento y triste al mismo tiempo, tenía la solución pero era algo muy drástico y totalmente contra mis principios.

Me dije: Rata, te vas a tener que llevar esta tanga puesta. En realidad no sé si lo pensé o lo dije en voz alta, pero ni la dude, me saque la malla, me puse la tanga y salí al mundo.

Anduve toda la puta tarde hasta las 10 de la noche con la tanga puesta, lo cual me dejó las siguientes reflexiones:

  • Luego de ponerme la tanga, me di cuenta de que fui un choto por no olerla antes de usarla yo.
  • Los huevos y las tangas no son compatibles.
  •  A las minas les gusta sentir todo el tiempo cosas metidas en el orto.
  • Mientras más te colas la tanga, más finita se te pone la voz.
  • El rojo no es mi color.
  • Los jugadores del Real están más ricos que los del Barza.
  • Las tangas no están diseñadas para hombres.
  • Nunca salgas sin calzoncillos, uno nunca sabe la tanga de quien se va a encontrar.
  • Flor de la V no usa tangas.
  • Nunca te vas a poder masturbar con una tanga que hayas usado vos mismo.

Y para cerrar la nota, les dejo la foto que me saque aquel día mágico

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