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Del adolescente que fuiste al viejo choto que sos

Esta semana estuve nostálgico y me puse a pensar en mis épocas de adolescente, y en la cantidad de cosas que hacía por esos tiempos. Me acuerdo que era un rolinga chastrín, y lo único que me importaba en esa época era escabiar y cagarme de risa con mis amigos. Y creo que a los 18 años es lo único que nos calienta. Pero lamentablemente al salir del colegio tenemos que elegir entre estudiar o laburar, y un poco de esa esencia de alma joven y libre, se va perdiendo y nos empezamos a aburguesar. Cambia tu vida de repente, porque dejas de ser tan manyín y despreocupado, y otra porque empezás a tener guita en el bolsillo, cosa que antes no pasaba. Para no redundar más, voy a hacer una hermosa comparación entre las cosas que hacemos de adolescentes, y las que hacemos hoy como boludos grandes de veintitantos.

Joda y salidas 

Si para algo uno tenía pilas en la época de guacho era para clavar joda de lunes a lunes y pasarla sin dormir, sin que nuestro cuerpo sintiera nada. Estabas más motivado que Maikel Yacson en un jardín de infantes. Te tomabas 18 micros para llegar al boliche, no importaba si diluviaba, si nevaba o si caían pijas de punta, uno salía religiosamente.

Ahora, de más grande te cuesta un huevo activarte para salir, ves la mínima posibilidad de tener frío o cualquier otra inclemencia para desistir y quedarte en tu casa viendo Rocky IV y hacerte una tota a mano cambiada. Y si por esa casualidad salís a bailar te pasas la noche quejándote de que te empujan, del humo, de que el fernet tiene poca coca y de cualquier estupidez. Un viejo choto.

Escabio

Cuando eras puber te tomabas hasta el kerosene que venden en la ferretería. Teniendo en cuenta tu poca disponibilidad monetaria, le entrabas a lo que se podía, incluyendo ese fernet que produce flatulencias con llamaradas, que algunos llaman Vittone. Me acuerdo entrarle a un Vodka Nita, o un vino Marolio sin piedad y al otro día levantarme nuevo.

Distinto es el día de hoy. Si no es Branca no lo tomas, te convertiste en un exquisito y careta. Se te afino el paladar y te gastas unos mangos más el alcohol de mejor calidad. Lejos quedaron los vinos en caja y escabiar el vodka de la botella. 

Pilcha

No sé ustedes, pero yo era rolinga, y mi vestimenta se basaba en remeras de la 25 y Viejas Locas, y básicamente me chupaba un huevo si me veía bien o no. Cuando éramos pibes, te ponías lo que encontrabas, te aplastabas un poco los pelos y chau, a la calle. Eras tan chastrín que te confundían con el loco Julio si andabas por la plaza Godoy Cruz.

Pero cuando tenés que salir a laburar o ir a la facu, te empieza a importar más como te ves, te cortas la cubata de verdulero y te querés ver más atinado que el linyera que solías ser. Empiezan a aparecer camisas en tu placard, y te empezás a parecer a una persona.

El tiempo disponible

Cuando sos guacho vivís para rascarte los huevos, y si alguien agita alguna cuestión, no tenés problemas para juntarte a boludear o irte 3 días a Connecticut porque no tenés horarios ni nadie que te diga que hacer ni cuándo. Sos libre como el sol cuando amanece, como el ave que escapo de su prisión.

Distinto es vivir siendo un proletario o estudiante, que no puede disponer de todo el tiempo, y cada vez que intentas organizar algo con amigos, hay que ver si uno no trabaja, si otro no rinde, lo que hace un verdadero bardo a la hora de ver a los pibes.

Los amigos

Cuando estas en el colegio y sos más chico, estas rodeado de amigos y si quisieras podrías juntarte un día con cada uno sin repetirlos. Sos un cuasi Roberto Carlos, conoces mucha gente y nunca te quedas solo, donde vayas hay alguien conocido para quedarse a charlar.

Pero cuando creces, te das cuenta que los que en verdad están y te bancan en las peores situaciones son en realidad pocos. Mientras vas viviendo situaciones complicadas y también en las cosas lindas de la vida, están esos pocos que son de fierro en serio y que aunque los veas poco, o menos que antes, sabes que van a estar al lado tuyo siempre.

Seguro si se ponen a pensar van a encontrar mil cosas más. Estas son las que me parecieron las más significativas. Nos vemos la próxima amigos…

 

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