/Entrevista a Pablo Correa, un artista del tatuaje

Entrevista a Pablo Correa, un artista del tatuaje

Ya soy como de la familia en Fusión Tattoo, y ahora que puedo comprar insumos para desarrollar mi profesión, me he hecho casi socia vitalicia. Varias veces he tenido el placer de ser tatuada por Leopoldo y lo he entrevistado, también a Toni, al Niño Vintage y a Anto, pero hoy es el turno de Pablo, otro de los artistas que trabaja ahí. Sin más preámbulos y sin dejar de aconsejarles que visiten este fabuloso local de tatuajes, los dejo con la data para que conozcan a este groso.

¿Cómo arrancaste con el arte del tattoo?

Comencé con esta actividad como una forma de vincular el dibujo, actividad que siempre me gustó, con el desafío de plasmar eso en la piel. Dibujo desde que tengo noción de vida.

¿Cuándo te diste cuenta que este podía ser tu laburo?

Trabajé durante muchos años en relación de dependencia y cansado de eso empecé a mirar el tatuaje como un verdadero oficio, por ello me considero un eterno aprendiz. Al principio tatuaba a amigos, familiares y conocidos, luego empezó una especie de “boca en boca” y ahí me cayó la ficha de que estaba haciendo alguna cosa bien, jaja.

¿Con qué estilo te sentís más cómodo?

Mas allá del estilo, me preocupo mas por la calidad de las líneas. Pero personalmente me gusta trabajar con mucho color y el realismo es algo a lo que aspiro desarrollarme. Una imagen real impresa en tu piel.

¿Cuál fue tu trabajo más difícil de hacer?

Todos son difíciles jajaja, este oficio en general no es fácil, el margen de error que tenemos es muy pequeño y fallarle al cliente es una responsabilidad, más que un error. Tomo cada trabajo como un desafío o aprendizaje, más que como dificultoso. Pero en todo me siento con el mismo nivel de exigencia y responsabilidad, ¡es la piel, chabón, y es para siempre!

¿A qué le dirías que no?

No tatuaría diseños que no respondan a ningún criterio estético o puntualmente cosas que conlleven mucha condena social, como por ejemplo una esvástica nazi, prefiero no ser el artífice de un trabajo del cuál me lamente, porque disfruto a pleno con lo que hago y cada tatuaje mío es un placer para mí.

¿A qué famoso personaje te gustaría tatuar?

No me fijo a quien tengo en frente al momento de tatuar, ya demasiada presión tengo para que el laburo me salga perfecto jaja. Pero para no escaparle a la pregunta no se puntualmente quién, pero dentro del ambiente del fútbol o la musica me gustaría tatuar a casi todos jaja.

¿Quién es un exponente del género para vos?

Admiro a cada artista que ha logrado destacarse en esto. Me fijo mucho en los trabajos de Víctor Chill, Niko Hurtado, Dimitry Samohin, Victor Portugal, ¡ufff! ¡hay miles!

¿Qué es lo más importante al momento de elegir un tatuador?

Para elegir a un tatuador creo que primero hay que identificar que es lo quiero tatuarme, después el local y luego ver los trabajos de cada artista. Hay cualidades personales que hacen al tatuador, como su criterio profesional, su experiencia, su trayectoria y gusto y cuestiones que hacen al local, como la higiene, los materiales y la asepsia del lugar. Todo esto es de suma importancia a la hora de elegir.

En nuestro caso suma mucho el ambiente laboral, Leo es un gran profesional y ha sabido armar un excelente equipo de trabajo, donde todos nos sentimos muy a gusto y trabajamos con una onda maravillosa que se percibe en el local.

¿Cómo te perfeccionas con el paso del tiempo? ¿Qué les recomendas a tus colegas que hagan?

No hay nada como tatuar y después observar con objetividad total, siempre se puede aprender algo mas. A los que están en esto les puedo sugerir lo que a mi me sirve, que es estar constantemente dibujando, pintando, probando, agilizando la mano, siempre con la intención de prescindir de una imagen así la persona se lleva algo único en la piel. De esta manera la satisfacción es doble.

¿Los gustos del tatuador influyen en el diseño?

El gusto del tatuador debería ser utilizado para orientar estéticamente frente a lo que el cliente quiere, puede ser que siempre nos dejemos un lugarcito para marcar nuestro estilo, pero la ultima palabra la tiene el cliente. Nuestro papel es el de recomendar, no el de imponer.

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