¨Claroscuro es el estado que elegimos cuando descubrimos el peligro de situarse en los extremos; porque si bien desde muy chicos nos hacen creer que los grises se asimilan a lo tibio o a lo mediocre, la vida nos demuestra que buscar los puntos medios no implica tener falta de decisión, sino mayor adaptación para los embates del calendario. Las personas que alimentan los grises se vuelven flexibles, se reponen con mayor facilidad de las caídas; en cambio los que se alejan hacia los blancos o los negros encuentran mayores dificultades bajo el mando de una varilla rígida, estática, que sin resistencia a los trueques sentimentales, termina por romperse¨, dice E.A.
Ese domingo nos juntamos en lo de la Fiore a comer pastas. Era un domingo especial para ella; al parecer su historia con Claudio había prosperado, incluso su familia estaba invitada al almuerzo.
Si era especial para ella, era especial para mí.
Marcelita golpeó la puerta tres veces, y me dijo que me esperaban en los jardines de la casa. Me encontré a gusto en el espejo de la habitación, y en los vidrios relucientes del pasillo central, en el ventanal del salón de la casa y en las puertas que daban a la sala de dispersión. En el camino me crucé con algunos muchachos, con la Patri que aún montaba un semblante opaco por lo de la Dana; salí al jardín y noté que la hora de la merienda, de media mañana, tenía la compañía de los cálidos rayos entre las petunias y los fresnos de aquel edén que rodeaba el edificio; los saludé desde lejos y recibí sus deseos hasta que me encontré en la entrada con la Barbi y la Fiore.
–¿Estás listo? ¿Vamos…? –Me dijo la Fiore y nos besamos en un abrazo los tres.
Me sentí extraño, más bien ajeno durante todo el camino; pero negocié un silencio prudente y observé.
El departamento de la Fiore estaba de punta en blanco y la mesa vestida para la ocasión. Hasta de fondo se escuchaba un sonido extranjero que ambientaba el comedor. Los padres de Claudio charlaban con Barbarita como si la conociesen desde tiempo largo, y la Fiore se manejaba con el nene de Claudio de lo más ameno; hasta conmigo eran excesivamente amables. Eso era bueno, ¡muy bueno!; pero por algún motivo las partes me quedaban dispares para armar el rompecabezas, y cuando esto me sucede suele cansarme rápido.
–¿Por qué no traes los juguetes que te trajo el abuelo del mar? –le dije a Barbarita.
La nena la observó a la Fiore, que desde el otro lado inmutada me miraba, y me devolvió su cara con algo de ira.
–Están viendo tele, papá –Me contestó mientras secaba los platos.
Los padres de Claudio eran personas muy cultas. Esos a los que uno puede encontrarle temas de conversación sin falsetes ni imposturas de voz.
–Barbi, vení un minuto–Le dije, y la nena se acercó hasta la mesa–. Le estaba comentando al señor lo bien que cantas. ¿Por qué no nos cantás esa canción tan bonita de…
–No…, no quiero, Abuelo.
–Dale, si te sale hermosa…
–NO. No quiero, no se me da la gana de cantar, Abuelo.
–¡Bárbara! –Gritó la Fiore sacándose el delantal– No le hablés así a tu abuelo, solo está contando como cant…
–No canto más, mamá. Hace mucho que no canto más, y me cansa tener que repetirlo siempre.
–Repetir qué… –le dije mientras se iba para su habitación.
–Es que Barbarita no canta, papá. No canta hace mucho, me parece que va a ser mejor que no le pidamos más que cante, ¿si?
–Le sirvo un poco de vino, Don Rubén –me dijo Claudio, pasándome una copa, suavizando el momento tenso.
Probé un sorbo fresco, que escaló las paredes del paladar y descendió en rapel refrescando de alcohol una herida que se abría. ¨Tampoco es para tanto…¨, pensé.
Por las noches, antes de acostarme, a veces charlamos con Sotomayor sobre la vida, la que recordamos, la que queremos recordar, y el siempre me dice que a la familia no hay que entenderla, sino que hay que quererla. Son en esos momentos donde tomo conciencia de cuánto me han querido en esta casa. Insistiendo que venga a vivir con ellos, visitándome todas las semanas y protegiéndome, siempre.
–Decime, Fiore… ¿Estás copas no son las que teníamos en casa? ¿Tu mamá te las dio? Resulta que mi mujer –le dije a la mamá del Claudio–, siempre que vamos a comprar se trae algunas cositas para la casa, y la semana pasada fuimos a uno de esos supermercados grandes…
–Papi…, estas copas me las trajiste vos. Eran de casa, sí…; pero hace mucho las compró mamá. Luego me las trajiste un día…
–¿A qué hora viene tu mamá?
–No viene mamá, ni va a venir, porque mamá se fue hace mucho –me contestó seria, la Fiore.
Los padres de Claudio me miraban expectantes, sentí el revuelo que cada tanto si recordaba, y me tomé otro trago. Es esa la herida, no el grito de Barbarita.
–Mi mujer baila, ¿sabía? –le dije a Don Ricardo– ¡Qué pena que no haya venido!, sino le decía que nos bailara algo, Doña Rosa. Le hubiera encant…
–Papá…
–… escucharla tocar la guitarra, las castañuelas…; porque ella baila flamenco.
–¡Papá…!
–Mi mujer es un ser increíble, por eso nuestra historia es increíble. Sabe que yo era su chofer, si…, la compañé durante largo tiempo llevándola en las giras por el interior del país; tanto era el tiempo que pasábamos juntos que terminamos siendo amigos de piel, Je… Yo, un simple chofer al lado de la mujer radiante que todos querían. Sabe, jamás medí la posibilidad de que estuviéramos juntos…
–PAPÁ…
–…lo veía algo así como la aventura de la persona que lo tiene todo y siente que no tiene nada. ¨Vos sos el todo que hace de lo que tengo la nada…¨, me dijo una tarde y me beso la mejilla. Un día la pasé a buscar como cada mañana y se subió aterrada; aquel día me sorprendió la vida, ¿sabe? Aquel día me di cuenta que no existen amores imposibles, sino amores irreales; y que cualquier amor real puede ser posible. Simplemente dejó su vida de reina, su estilo glamoroso y se escapó, nada más y nada menos, con un simple chofer. En cuanto venga le voy a decir que les cuente cómo…
–¡PAPÁ!
–Tranquila amor –le dijo Claudio y la sentó a su lado.
–Dejame hablar de tu madre, nena –le contesté con calma, viendo abrir esa herida a la que las palabras sin sentido le quitan un poco de dolor–. Se llama Estefanía, es una artista con todos los trazos, ¿sabe? Además de lo que les comentaba es escritora. ¿Tenés acá el libro de la abuela? –le pregunté a la Barbi que se asomaba por el marco del pasillo–, si no le llamamos y le decimos que traiga uno cuando venga…
–Papá, mirame. Mamá no va a venir hoy, ni hoy ni nunca. Mamá no está.
La Fiore se levantó y caminó hasta un armario que había al costado de la puerta de entrada; abrió un cajón y sacó unos libros; los observó uno a uno y volvió hacia donde estábamos, apoyando sobre la mesa la colección completa de Estefanía.
–Estos son los libros de mi mamá.
Claudio y sus padres los agarraron con sorpresa, aunque sabían esa parte de la historia por lo que decían.
–¿Pero tu mamá no se llamaba…
–Si –le dijo la Fiore al Claudio, que ojeaba uno de ellos–, Estefanía era su nombre artístico
Los padres de Claudio comentaban lo que iban encontrando, mientras se permitían leer algunas frases al azar.
–Escuchen ésta…, permiso –dijo Doña Rosa–. ¨No quiero más promesas cuando me regalas tus sonrisas. No creo, de momento, lo que se promete cuando brinca la felicidad de alegría, ni lo que se decide cuando de furia se ahoga el sentimiento.¨
–Ese fue el primer libro de mamá: ¨De cantos y encantos¨ Cuenta papá, que trata sobre lo que vivía Ella durante su época sobre el escenario, queriendo escapar de su realidad, viendo pasar sus días ¨presa de su arte¨, como relata el libro.
Me alejé un metro de la mesa con silla y todo. Nuevamente me llegaba esa hendija para mirar lo que sucedía a mis costados, para contarme lo que veo de mí y lo que los demás ven de mí. Tal vez como la que encuentro ahora para contar en letras una línea más, siempre rogando que la luz me alcance para la letra más cercana del final.
Barbarita me tomó al corazón del hombro, y se trepó a mis rodillas. Barbarita no pesaba lo que una nena de seis, ya, ni la Fiore adolecía como suponía cuando me encuentro oscuro. Cuando la herida se abre caigo en la cuenta de esa luz, entrando por una hendija, que por momentos libera y por otros atormenta: la realidad.
Ellas me reconocen cuando salgo de mi encierro a visitarlas, y seguramente me protegen cuando me quedo más de la cuenta bajo esa sombra que me persigue hasta atraparme. Quizás no recordar ni el nombre de lo que tengo es la parte buena de mi enfermedad.
–El libro preferido de papá es este, Eterno Atardecer.
–¿Ah sí? –dijo la mamá de Claudio– ¿Y por qué? ¿Qué tiene de especial para usted? ¿Qué es el Eterno Atardecer, Don Rubén…?
Tomé el libro y lo abrí en una página al azar: ¨Los que son pacientes en la vida, son los ricos… Los ansiosos, los pobres.¨
El Eterno Atardecer, decía Estefanía, es el momento de felicidad para una persona; es el punto donde se apaga lo ordinario sin importar nada más que el disfrutar de un sol poniente, que se vuelve una llama, algo así como una esperanza; es la contracara de lo que llega cuando se nos deja: la noche.
Para mi Eterno Atardecer se transformó en eso, en la esperanza que siento cuando encuentro alguna hendija de la que no me quiero soltar para ser parte y no espectador, para responder y no solo preguntar los porqués. Quizás cuando eso sucede, y me encuentro con la vida detrás de bambalinas, me preparo observando un atardecer que cae tras el horizonte, esperando salir a escena para vivir la otra cara de mi moneda, donde el pasado se vuelve presente, donde la gente nunca muere, donde el cielo y la tierra se fusionan, y hasta las paredes pueden ser de chocolate… Es ahí donde una noche puedo verla bailar a Estefanía, o preparar un budín de naranja cuando se baja de escena y es la Flaca, porque cuando el sol cae y el atardecer desaparece, en mi mundo todos los días vuelvo.
¨En los sueños nunca nos vamos, siempre llegamos; porque los sueños arrancan cuando cerramos los ojos… Cuando los abrimos intentan hacerse realidad¨, dice E.A. Siempre creo que esta frase habla de lo que la Dana vivía, cuando me tomaba mis licencias de la realidad para irme a los sueños. Lo que la Flaca escribía con la mano de Estefanía.
A veces se trata de armarnos de paciencia y disfrutar de la riqueza que significa estar vivos, porque en cualquier momento llega la noche; y en la vida lo que pasó, rara vez quiere volver. Siempre trato de decir lo mismo cuando estoy fuera de esos sueños que me atrapan: ¨¿Por qué esperar la amenaza de Sol con esconderse, para acordarnos de pensar en lo lindo de vida?¨
Ni claro, ni oscuro: ¨Claroscuro…¨, como dice E.A.
Tal vez ahí descubramos, por fin, la manera de no sentirnos amenazados; porque estaremos tranquilos de haberlo dejado todo durante ese atardecer que es la vida si se la transita intensamente; tal vez ahí, por fin, la calma nos haga ricos en paciencia y disfrutemos de lo cotidiano, de las monedas diarias que nos acercan al tesoro del final del camino; tal vez ahí, por fin, las hendijas de la realidad se vuelvan llamas de esperanzas duraderas.
Si aún así las luces se apagaran, nos quedan los sueños…
Los sueños como me quedan a mí, en los que vuelvo para disfrutar de Jorgito y sus historias cuando trae el diario por las mañanas al asilo, de escuchar a Luz en mi programa preferido de radio por la noche, de las sopas que se preparan en el comedor, de los bailes de los últimos sábados del mes donde se festejan los cumpleaños de los que aún quedan en la casa, y además, y por sobre todo, de buscarla a ella; porque a los sueños acudimos para renovar el compromiso de dejar todo cuando despertemos.
–No sé que es Eterno Atardecer –le contesté–, quizás solo sean palabras para ayudarnos a descubrir lo que cada uno siente cuando observa al sol caer, quizás sea simplemente eso.
También podes leer:
El año pasado escribíamos:
DonRu…
La vida me puso a su «Eterno Atardecer» en mi camino, y nunca voy a poder medir de manera correcta, toda la luz y la energía que me genero leerlo.
Siempre dije que el punto final, iba a ser algo que me iba a llenar de emoción y es así, estoy llorando.
El final da paso al sentimiento de extrañar… Y eso es lo que acontece hoy.
Gracias por haberme lavado el alma con tanta paz… Un Beso… Inmenso!
P.D: Muchas Gracias por ese «Detalle Mayor»… Fue un verdadero placer haberlo leído cada Martes…
Besos (Bis)
Uff…!!!
Es raro comenzar a comentar por última vez EA, pero los finales llegan cuando es necesario que algo comience, así que en eso encuentro el consuelo de lo que vendrá…
Gracias a vos por dejarte llevar con cada capítulo, por arrancar sin órdenes numéricos ni prejuicios. Gracias Rosy, te espero en la próxima aventura 🙂
Allí estaré DonRu… Usted es el CandyBar completo y yo jamás me perdería una lectura de lujo como la suya…
Usted ya conoce que soy hacer Posdatas interminables, es por eso que en mi último mensaje a «Eterno Atardecer», le dejo un Obsequio… Espero que le guste mucho!
Ahora sí, hasta la próxima… Beso Inmenso 🙂
http://www.youtube.com/watch?v=JFNB1xCEQoA&feature=colike
GENIAL!!!
Me he quedado sin palabras que compensen, solo un gracias… y millones más detrás.
Eterno atardecer es para mi, todo eso que se puede sentir y recordar cuando cae el sol todos los días, en todos los atardecer, o por un atardecer. Por un eterno atardecer…
«El Eterno Atardecer, decía Estefanía, es el momento de felicidad para una persona; es el punto donde se apaga lo ordinario sin importar nada más que el disfrutar de un sol poniente, que se vuelve una llama, algo así como una esperanza; es la contracara de lo que llega cuando se nos deja: la noche.»
Para mi Eterno Atardecer se transformó en eso, en la esperanza que siento cuando encuentro alguna hendija de la que no me quiero soltar para ser parte y no espectador, para responder y no solo preguntar los porqués. Quizás cuando eso sucede, y me encuentro con la vida detrás de bambalinas, me preparo observando un atardecer que cae tras el horizonte, esperando salir a escena para vivir la otra cara de mi moneda, donde el pasado se vuelve presente, donde la gente nunca muere, donde el cielo y la tierra se fusionan, y hasta las paredes pueden ser de chocolate… Es ahí donde una noche puedo verla bailar a Estefanía, o preparar un budín de naranja cuando se baja de escena y es la Flaca, porque cuando el sol cae y el atardecer desaparece, en mi mundo todos los días vuelvo.
Nada, eso mismo que decis en cada renglón, no puedo sumar mucho más a tus palabras Don Rú, Eterno Atardecer es de lo más lindo que he leído, y como ya dije llego a mí en un momento difícil, por lo que se convirtio en un amigo consejero. Gracias por compartir…
Eterno atardecer es para mi, todo eso que se puede sentir y recordar cuando cae el sol todos los días, en todos los atardecer, o por un atardecer. Por un eterno atardecer…
«El Eterno Atardecer, decía Estefanía, es el momento de felicidad para una persona; es el punto donde se apaga lo ordinario sin importar nada más que el disfrutar de un sol poniente, que se vuelve una llama, algo así como una esperanza; es la contracara de lo que llega cuando se nos deja: la noche.»
Para mi Eterno Atardecer se transformó en eso, en la esperanza que siento cuando encuentro alguna hendija de la que no me quiero soltar para ser parte y no espectador, para responder y no solo preguntar los porqués. Quizás cuando eso sucede, y me encuentro con la vida detrás de bambalinas, me preparo observando un atardecer que cae tras el horizonte, esperando salir a escena para vivir la otra cara de mi moneda, donde el pasado se vuelve presente, donde la gente nunca muere, donde el cielo y la tierra se fusionan, y hasta las paredes pueden ser de chocolate… Es ahí donde una noche puedo verla bailar a Estefanía, o preparar un budín de naranja cuando se baja de escena y es la Flaca, porque cuando el sol cae y el atardecer desaparece, en mi mundo todos los días vuelvo.
Nada, eso mismo que decis en cada renglón, no puedo sumar mucho más a tus palabras Don Rú, Eterno Atardecer es de lo más lindo que he leído, y como ya dije llego a mí en un momento difícil, por lo que se convirtio en un amigo consejero. Gracias por compartir… :’)
MICA!!!
Qué lindas esas palabras, me alegro que lo hayas hecho tuyo, tu amigo o tu consejero… y como siempre te deseo que no le muestres la cara del vencido al ovillo porque cuando se distrae uno siempre le encuentra la punta, y solo resta desmenuzarlo para avanzar. Saludos y fuerzas, gracias sos una capa total, Micaela!
Qué lindo final, qué completo! Cuanta licencia literaria bien empleada! Fue un placer haberlo acompañado a transitar paso a paso este Eterno Atardecer! Esperamos ansiosos lo que vendrá… Fuerte abrazo y sonadas congratulaciones querido hermano Rubén!
Hermano Celso, qué bien te has portado con esta historia de principio a fin. Siempre presente y como no debe sorprenderme, presente de manera activa. Sos un groso, lo digo con conocimiento de causas, y me alegro por tus palabras sobre EA. Fue un impulso del que surgieron 100 hojas y 25 capítulos. Veremos como sigue, veremos…
Abrazos3. Gracias.
Un verdadero placer ha sido para mí haber leído «eterno atardecer». Que decir que vuestras palabras Don Rubén no dijeron ya..simplemente la excelencia total envuelve esta historia.
Gracias Don Rubén!
Estimadísimo Furiosoooooo!!! jajajaj…
El placer ha sido mío, y que lo hayas compartido con tus personas mas queridas como lo charlamos alguna vez, quizás porque una de las cosas que siempre procuró EA es en dejar en claro que sin la familia solo somos un intento de lo que queremos ser, que los seres queridos le dan valor a lo que nos gusta y la critica justa a lo que no, que nuestros seres amados son el porqué de la mayoría de nuestras acciones… por eso, si EA entro en tu vida, ha sido mio el placer!
Abrazo, grande, lo espero en la próxima por supuesto.
Gracias por este final..me llevo «eterno atardecer» conmigo…insisto en que tiene que venir el libro..para las mesitas de luz..para subrayar con marcador !! rubén tenés el don.. hay q ir por más!!
Muchas gracias, Tifi, por darte estas vueltitas y contarme siempre lo que sacabas de Ea. El libro? jaja, no se si de pa´tanto… Tal vez unas copias en papel para pasar el tiempo y conciliar el sueño por las noches, o despedir a algún amigo del interior en el baño jajaja. Perdón, estuve grosero, pero sincero jaja.
Abrazo fuerte, Tifi!
Voy a repetirte algo que vine diciendo desde siempre, y es «que lindo escribis Rubén»! y lo digo lejos de ser chupamedias, vos sabes.
Me encantó la historia, realmente la disfruté muchísimo. Incluso el verme involucrada en algún episodio me pareció divertidishhhimo, como diría Teresita Lancaster jaja!
Abrazos estimado
pd: Desp me vas a tener que aclarar algunas cosas que no entendí del todo jeje
jaja… me vas a poner colorado, aunque al menos no se me nota porque soy oscuro, Rusi.
Pusiste un gran granito de arena, lo sabés, y tuvo que ver en cuánto te involucraste desde el comienzo. Entre otras cosas, EA me dio la posibilidad de conocer a personas geniales, entre ella vos, Rusita!
Cuando gustes aclaramos los tantos con mates de testigos, 😉 !!!
Abrazo, saludos!
Qué final!! No me lo esperaba para nada! Qué buen juego con los personajes en el sueño eterno de la persona que amó, y siempre recurriendo al libro de la misma persona que le enseñó a amar. Muy bueno!! Complejo, bastante complejo, creo que amerita una segunda lectura para no dejar en el plato ni las migas!
Felicitaciones, Don Rubén!!! Y gracias por esta historia. Quedamos expectantes sobre la que viene…
Gracias, Marcos Valencia, gracias Marquitos…
El placer de tenerte dando tus pareceres hasta el punto del final es mio y lo será siempre. Qué bueno hubiera sido agarrarse una mamúa de aquellas al terminar este capítulo, filosofando sobre quién era quién, sobre los porqués y lo mas divertido, lo que no fue… El ritmo de escritura del Mendolotudo tiene la adrenalina de que hasta horas antes del día del capítulo uno no sabe qué joraca va a pasar… Así que tus palabras me llenan porque vivís de una manera similar, con más eficacia para mi gusto jaja
Te mando un abrazo, maestro.
» una muerte bella honra toda una vida » Imposible que hubiere mejor final… IMPOSIBLE.
Testeña!
Gracias amiga por sus palabras siempre atinadas y profundas. Gracias.
Qué puedo decir? tremendo monumento literario para honrar el significado del vivir de los personajes. Descubrí un nuevo prisma para ver las cosas con E.A., Don Rubén. Este final es sublime , y muy acorde al resto del relato. Te felicito de una manera muy respetuosa y con admiración, estimado.
Zippo, el gurú de las imágenes que se están por crear! Gracias amigo, sos un grande de verdad, un artista silencioso con un tornado en los trazos, y haberte tenido expectante es un orgullo inconmensurable, sabés cuánto valoro tu arte.
La admiración, en todo caso, es mutua. Abrazo, hasta la próxima historia!!!
Solo le pido, Don Rubén, que no deje de escribir. Me las veo jodidas sin poder llenarme los ojos con las oraciones que salen de su pluma.
E
Me dejaste helado, Maxi. Voy a cumplir ese pedido, te espero como siempre. Abrazo, y gracias estimado!
Vine tarde pero vine, yo creo que en parte no lo habia leido por tiempo, y en parte porque no queria que Eterno terminanra…
WOW! que final inesperado y lleno de sorpresas, me ha hecho volar la cabeza y dar muchas vueltas.. me encanto y me ha dejado sin palabras..
Como siempre fue un placer acompañarlo en E.A y espero leerlo muy pronto.
pd: acuerdese que tengo una copia prometida, yo me acuerdo 😉
Saludos Donru querido!!
Estimada Dama, cómo anda? Pensé que no había visto el final, me alegro de haberme equivocado!
El placer fue mío, hemos charlado bastante sobre la historia y el final iba a llegar cuando uno no lo esperara, ni siquiera yo.
Luego charlamos sobre la edición escrita jajaja… le mando un gran saludos, que siga lindo, nos vemos en lo que venga!
🙂
Jajaja yo ando muy bien ahora, gracias a Dios! no podia quedarme sin leer el final Donru me extraña que haya pensado eso, despues de tanto charlarlo jaja.. ya se lo dije y se lo repito un cierre genial!
Saludos Donru querido,espero que ande muy bien y si nos vemos cuando nos veamos 😉
Por fin hoy pude leerlo DonRu! Es maravilloso!
Nos fue transportando a todos los que disfrutamos cada martes de EA por los vaivenes de su pluma, supongo que esto se logra cuando se escribe desde el corazón.
Gracias, mil gracias por compartir! Besos y hasta la próxima.
Por FIN!!! jeje…
Qué grande, Pepa, fiel de E.A. desde la primer letra. Cuando llega esta hora, la de levantar las copas y partir, es el mejor para decir gracias, a vos, a los hilos que mueven a la Pepa Flores, y a cada instante que me regalaste a mi y a EA. Claro que es hasta pronto, no hay un adiós cuando la semilla se plantó con compromiso.
La espero, algún martes aparezco como me fui jejej
Besos!