– Muchachos, necesito ayuda.
– ¿Ayuda con qué, Marcos? ¿Problemas con la Elisa? –preguntó Acuña.
– Terminé con la Elisa. No estamos más juntos.
– ¿Qué pasó? –preguntó Traviata.
– Pasó que es una mina bárbara, mucho más de lo que nosotros creíamos…
– ¡Qué teléfono te tiré, Marquitos…! -dijo el Tano reclinándose para atrás y mirando las caras de cada uno de la mesa.
– La Elisa es un minón, pero la verdad es que… -me detuve un segundo, la realidad tarda en llegar a la conciencia- …la verdad es que me gusta Teresita.
– ¿La Tere? ¡A todos nos gusta, boludo! –vomitó el Morsa-. ¡Pero no seas idiota, la Tere nunca te va a dar pelota!
– Sí, Morsa, mientras salí con la Elisa la Tere me buscó, pero ahora que termine con Eli para buscarla no quiere saber nada conmigo.
– Ah, pero qué tipo pelotudo… -dijo por lo bajo el Morsa.
– Cagaste –murmuró el Toni.
– No, no cagué. Porque cuando empecé a salir con la Elisa ella me dijo una frase que es mi madera en el agua.
– ¿Qué te dijo? –preguntó Traviata que miraba todo como quien analiza un escenario bélico.
– Cuando creía que la Elisa era un objetivo perdido la Tere me dijo: “Cuando una mujer es imposible, más posible es. Pero la apuesta tiene que ser mayor”.
– ¿Eso te dijo? –preguntó Acuña impactado por tanto carácter en tan pocas palabras.
– Sí, Acuña. Y estoy seguro de que ella me mandó a la mierda porque quiere que labure. ¡Y voy a laburar, carajo! ¡Me va a encantar este laburo!
– Lo que no entiendo es por qué no lo resolviste antes a lo de la Tere, si la tenías acá todos los miércoles –dijo Traviata.
– Es que yo siempre creí que entre la Tere y vos había algo, Traviata. Después, cuando…
– ¿Qué? –reaccionó al instante Traviata-. Pero… ¿vos sos pelotudo?
– No, Traviata, es que…
Pero se borraron mis palabras. Todos nos quedamos mudos. Traviata tenía los ojos llenos de lágrimas. Sus brazos cruzados apoyados en la mesa, el cuerpo inclinado hacia adelante, la sombra de su cuerpo matando la luz de su parcela de mantel, toda esa actitud desafiante quedaba desvanecida por sus cejas apretadas y sufrientes y sus lagrimas corriendo imparables por su cara endurecida. Sus puños apretados eran más de dolor que de ira.
– Traviata, ¿qué te pasa?
Pero el recio árbol humano dejó caer pesada su cabeza y un llanto sonoro nos heló la sangre. No sabíamos qué hacer. No nos animábamos a tocarlo siquiera. El Tano levantó la mano como para darle una palmada en el hombro, pero su mano estuvo un minuto estática en el aire hasta que renunció a su propósito y volvió a la mesa. Traviata lloraba y nadie hacía nada. Pasaron varios minutos hasta que su llanto comenzó a languidecer y a apagarse como la llama de un fósforo. Estuvo uno o dos minutos más cabeza gacha, en silencio, hasta que levantó el mural de una cara desdibujada y se limpió con los puños de su camisa. Después hizo una compleja maniobra y terminó de limpiarse con la falda del mantel. Nos miró.
– Perdón… Perdónenme.
– No te preocupes, Traviata. Pero ¿qué te pasó?
Traviata volvió a refregarse los ojos hinchados y dejó su mirada clavada en el mantel.
– Nunca más pude sentir nada por una mujer… Nunca más… Vos…, Marcos… -levantó la vista y me miró-, ¿sentiste que tuve alguna actitud de atracción hacia Teresita?
No contesté. Solo lo miraba. Era como ver llorar al Hércules de Cánova, una imagen inverosímil, una escena desoladora e inexplicable.
– ¿Vos sentiste eso? –volvió a preguntarme pero esta vez su voz patinó y sus ojos volvieron a rebalsar goteando grotescos por sus pestañas.
– No sé, Traviata… -tenía una prensa insoportable apretándome en el pecho-, no sé qué sentí…
Volvió a mirar la mesa, y otra vez sus mangas a la cara, y otra vez sus brazos cruzados sobre la mesa, y otra vez el silencio funeral que lo copaba todo. El Morsa rompió ese duelo.
– Oíme, Traviata… ¿sos…? ¿Vos sos…?
– ¿Sos homosexual? –preguntó el Tano que encontró la palabra que le faltaba al Morsa entre sus sinónimos puto, maraca y balín.
Pero Traviata no contestó. Es que no estaba. Había encontrado una tapa, una puertita diminuta, un aleph borgiano en la mesa y se había ido a miles de kilómetros. El Tano le movió el hombro.
– Traviata, ¿sos homosexual? ¿Te violaron de chico o algo así?
Traviata volvió, lo miró al Tano y se rió con la ternura de un tío que escucha un balbuceo absurdo de un sobrino que empieza a armar sus primeras palabras.
– No, Tano. No soy puto.
Y se acomodó en la silla, se tiró para atrás y, con una cara risueña y descansada, con sus ojos hinchados, recuperó la voz.
– Hace unos años yo andaba con una mina, con otra, con dos, con tres… La mujer es de lo que se trata todo esto de andar en la vida. Hacemos guita, laburamos, todo para tener minas y para poder contarlo en el fútbol, o para pasarla bien… o qué se yo. Hasta que un día la conocí a Popi. Popi era todo lo contrario a lo que yo buscaba en una mujer. Popi era delicada, tenía límites, no sé… En realidad nunca supe bien qué era Popi.
Se sirvió más cerveza.
– Cuando la conocí a Popi yo estaba saliendo con dos minas más. Ni siquiera me dio ganas de salir con la Popi, pero ella aparecía por todos lados. ¡Era una mezcla tan incomprensible de cosas raras! No entendía qué buscaba, qué quería, qué hacía, pero siempre me la encontraba, y poco a poco la empecé a mirar mejor. Y me gustaba. Me gustaba mucho. No era linda, lo sé. Lo sé porque a mí tardó en gustarme, y porque me lo dijeron mil veces. No me importaba. Popi me obligó a mirarla, me forzó a que le preste atención, no sé cómo hizo, pero Popi, un día, estaba en mi vida.
Verlo a Traviata contar la historia de esta “Popi” era impactante. Nadie sacaba la mirada de él, que mientras hablaba, dibujaba con el dedo círculos invisibles en una servilleta de papel.
– Popi me dio ganas de ser mejor persona, de tener códigos, de volver al respeto, me dio un lugar en el mundo que yo no tenía. Con Popi yo empezaba a tener sentido. Popi no hacía nada raro, solo me hacía sentir que yo era alguien para ella. Nada más. Bah, no sé, a lo mejor hacía cosas, no lo sé, nunca supe bien nada. Popi era el presente, era la vida en el presente. Popi…
Y con su nombre, levantó los ojos que volvieron a chorrear fácil como una lluvia tropical que cae con fuerza pero no interrumpe nada.
– Popi desapareció un jueves de mayo. Iba en un colectivo y nadie supo nunca más de ella. La buscamos por toda la zona, la policía rastrilló por donde se pudo, los vecinos, la poca gente del colectivo que pudimos localizar ni recordaba haberla visto, pero sí hubo testigos que dijeron verla subir. Recorrimos con su padre varias provincias, anduvimos en cuanto puterío encontramos sin ningún rastro de ella, hasta que apareció. Estaba viviendo en una casita pobre, en un paraje olvidado con unas personas que la trataban con una familiaridad espeluznante. Los médicos dijeron que Popi había sufrido una amnesia por algún golpe que jamás se sabrá cómo fue, y que ya no tenía capacidad para retener largos períodos de tiempo en su memoria. Estas personas la encontraron, la cuidaron y qué se yo qué más le habrán hecho. Yo no quise saber mucho más. La cuidé a diario hasta que los médicos y la familia me dijeron que tenía que olvidarme de Popi. Al principio no les hice caso, pero poco a poco vi cómo sufrían sus padres al proyectar en mí una posibilidad inexistente para Popi, y volvieron a pedirme que me vaya. Y me fui.
Sobre la mesa flotaban imágenes soleadas de Popi y Traviata riéndose, tomando mate, caminando por veredas de barrio… Traviata supuraba sus pensamientos por los poros mientras nosotros mirábamos los recuerdos flotando en un silencio sepulcral. Nadie necesitaba romper ese hielo. Nadie podía imaginar tanta historia adentro de un compañero de fútbol.
– Pero mi culona me sigue enseñando… -dijo, y tosió una risa-, tenía culo grande la petisa…, y me sigue enseñando. Y tal vez tenga que hacer como ella y olvidarlo todo. Lo que pasa es que me da miedo.
– ¿Qué te da miedo? –le pregunté.
– Me da miedo que si lo olvido, que si olvido todo lo que viví con Popi, si borro de mi cabeza cada momento que viví con ella… todo eso va a dejar de existir. La Popi va a morir para siempre bajo la sombra de una persona que abandonó todo lo que vivió… Ella murió en su pasado. Pero yo no puedo matar a la Popi, y soy la escultura viviente de una mujer que mereció mi vida…, la vida que nunca le di.
– Traviata, si hacés eso van a morir los dos.
– Ya morimos los dos, Marcos. Pero yo soy la piedra tallada, y ella es el por qué del monumento. No sé en qué momento habrás sentido que yo me sentí atraído por la Teresita…
– En ningún momento, Traviata… -dije con amargura-. En ningún momento.
(Continuará…)
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El año pasado escribíamos:
Cuan atrapado me tiene este relato. Realmente no puedo soportar estos lapsos de tiempo donde no leo esta historia..
En este capítulo Marcos perdió importancia. Quién iba a pensar que Traviata sentía así?! Yo pensé que se la comía..
Que buen historia, quiero saber que pasa!!
Iván!
Varios pensaron eso de Traviata… Gracias, Iván!
«yo soy la piedra tallada, y ella es el por qué del monumento» es magia pura! Sigo asombrándome con cada nuevo capítulo de FUE FOUL…
Marquitos cuáles son tus influencias literarias?? Me intriga!
Gracias, Pepa! La verdad que no sabría decirte cuáles son mis influencias literarias. Si bien me gusta mucho leer, no he leído tanto como quisiera. Ahora estoy leyendo un libro excelente que me dio Bestyal, de Paul Auster, El Libro de las Ilusiones. Altamente recomendable. Pero te puedo nombrar tres libros que jamás olvido: El Banquete de Severo Arcángelo, de Leopoldo Marechal, El Ángel Gris, de Alejandro Dolina, y El Área 18, de Roberto Fontanarosa. Esos tres libros me apasionaron. Debe haber otros también, pero ahora solo recuerdo esos tres.
Dos de los que nombraste, también son de mis preferidos. Ya veo porque me caés tan bien loco.
Estamos leyendo el mismo libro Marcos! (El Libro de las Ilusiones) jaja .. y los de Dolina ni hablar, soy fan total del negro. Coincido con vos Chori.
Ah!! Andás tras los pasos de Héctor Man!! Qué bueno que está, Rusa!! Vine leyéndolo lento hasta hace unos días, que empecé a tener más tiempo para devorarme cada capítulo.
Cuánta sabiduría, Chori! Tengo que volver a conseguir los tres libros. Como todas las cosas buenas, las perdí con el tiempo.
Viste cuando uno anda deseoso de leer algo pero no encuentra nada que le llame la atencion. Viendo que son varios los que recomiendan esos libros me parece que ya encontre que leer. Saludos!
No entendia nada el traviata! jajajajaj estuvo genial!!!! mis mas profundas felicitaciones!
Hace rato q no comentaba..perdon..igual quiero decite q te seguia leuendo! jaja
Me quedo una idea colgada…debo admitir q me encanto este capitulo…pero me parecio muy fantasiosa la historia de como se perdió la popi…no se, hubiese preferido q se matara en un auto..o q le hubiese agarrado un brote esquizofrénico y se hubiese ido a china..pero no de q perdió la memoria y una familia la adoptooo!!!!!
igual me vendiste la historia y la compre!
Traviata es un resolvedor. No puede seguir sin resolverlo todo. La única cosa que puede paralizar a un Traviata es la inconclusión, por eso Popi no podía morir, porque eso es cosa resuelta, ni tampoco irse con otro porque lo puede resolver. Popi está muerta y viva al mismo tiempo, y Traviata quedó paralizado sin saber ahora cuál es su lugar en el mundo. No puede dejar esa historia inconclusa, pero tampoco pudo darle su vida como hubiera querido porque la familia le pidió que se vaya. Tenía que ser una situación compleja la que lo paralizara a Traviata. Cualquier otra la habría resuelto.
Gracias, Valentina!
«Y estoy seguro de que ella me mandó a la mierda porque quiere que labure. ¡Y voy a laburar, carajo! ¡Me va a encantar este laburo!» JAAA! cómo cuesta que algunos entiendan eso!!!
genial Marcos!!
Saludos!
Cómo les gusta a las mujeres sacar a patadas a un tipo para que vuelva con una apuesta más grande!! Vanidades femeninas… Es la carta más preciada de un Donjuán.
No es vanidad femenina!!!! Sólo se valora lo que con esfuerzo se gana!! sume a su lista de Best Seller «Psicoanálisis y Exitencialísmo» del Grandísimo Viktor Frankl… entenderá muchas cosas! y cuando lo termine, marque el apartado «El Sentido de Dolor» y se lo pasa al Traviata… 😉
saludos vanidosos y donjuanescos….
No habrá vanidad en pretender que el otro necesite esforzarse para poder acceder a uno? No quedaría el otro en desventaja con respecto a la mujer si ella no hizo ningún esfuerzo? Por qué va a valorar la mujer al que se esfuerza por conquistarla, si ella no hace ningún esfuerzo?
Ustedes las mujeres tienen una mente caprichosa e irresistible. No cambien nunca!
Sabes que el cerebro de la mujer se consume pensando en el flaquito!!!! Y la vanidad esta de los dos lados, sólo que en momentos diferentes… Primero la Tere lo buscó y el nada y ahora Marcos debe buscarla… No hagas que te cuente yo la historia que vos escribiste! ja!
Igual, no se qué hago comentando yo tanto, si la historia la escribís vos… y bastante bien le sale querido! 😉
Esta complicado cambiar… lo llevamos en los genes, vió?
saludos!!!
como siempre ha sido un gusto leerte Marcos!!! admiro profundamente tu forma de escribir y los vuelcos q le das a la historia.
Gracias, Tefita!!
Miralo vos… y él que se hacía tanto el duro…
Todos, en el fondo, tenemos un flan con crema en las entrañas…
Sisisisisi muy lindo todo con Traviata y con Criollita, pero donde está la Tere y como vamos a empezar a remar con Marquitos para reconquistar a esa hembra? Y yo que la bancaba a la Eli…
Qué maestro! Me pareció adecuado contar la historia de Traviata, que era una cuenta pendiente. Ya viene el tema de la tereeeeeee!!!
Debo admitir que no me gustó mucho este capítulo Marcos, no por la vuelta de tuerca (todos esperaban que siguiera tu historia, y metista la de Traviata), que está perfecto; sino por el contenido.
Me sonó muy a capítulo de telenovela.
Igual la forma de escribir se mantiene intacta.
Genio!
Grande, Chori!! Me encanta que me digas si no te gustó. Es la única manera que tengo de saberlo! Gracias, Chori, y lamento que no te haya gustado. Espero que mejore con los que vienen.
Gracias como siempre, Chori!!
No hay novela si alguien no pierde la memoria jaja.
Me encanta descubrir que los hombres duros, como parecía ser el traviata, tienen como vos decís, «un flan con crema en las entrañas». Mi especialidad es descubrir esas cosas en las personas, y vos abrís el corazón de este muchacho en un momento oportuno, aaaah que lindo! )
Un gusto como siempre Marquitos.
Conocí un escritor que me decía que en toda historia tiene que haber una muerte, pero yo no puedo matar ni el tiempo, así que preferí reventarle la vida a la Popi nomás, y dejarla con vida.
Lo del flan con crema es posta, Rusa.
Qué bueno que te pareció oportuno. A mí me pareció que este era el momento para que Traviata contara su historia. Después ya no iba a tener lugar. Creo.
Qué bueno verte por acá, Rusa!! Como siempre, el gusto es mío.
Me gustó. Este capítulo sirvió para alivianar el clima opresivo que había con vos y tus dos mujeres.Buen recurso ahí.
Qué bueno que te gustó, Zippo!! Gracias, hombre!
Simplemente uno de los mejores, no puedo decir más.
Gracias, Bestyal! Qué bueno que te gustó!
Uhhh, me acabo de dar cuenta de que no se posteó lo que escribí desde el celular, puta madre! En fin, traté de comentar desde ahí después de leerlo, me salvaste de un gran embole mientras esperaba a que mi lady se dignara a llegar al lugar que habíamos acordado para encontrarnos! 😛 Jajajaja. El capítulo estuvo bueno, pero no sé…mepa que le faltó ese «no sé qué» que han tenido todos los anteriores, me gustó, pero no tanto como los otros que has escrito, a todo esto, miralo vos al Traviata, che! La verdad que no lo tenía así! Me sorprendió la forma en que se pudo ver en este capítulo! El giro de la historia estuvo lindo, eso si! Bueno, me despido porque dormí muy poco(más poco que de costumbre) y mi cena me espera! Un abrazo, Marcos! Mucha suerte!
Gracias por la crítica, maestro! Como le dije al Chori, la única manera que tengo para enterarme si gusta o no gusta es por ustedes. Gracias, Herr!!
MARQUITOS!!!!como siempre me encantoooo!!!! ahora si de libros hablamos, te aseguro que ya se que libro lee la Teresita y es «¿Porque los Hombres Aman a las mujeres Cabronas?». Aquí te va unos consejitos del libro: «Actúa como un premio y él creerá que lo eres». Queres otro??..Si comienzas siendo dependiente, lo decepcionas. Pero si eres algo que él no puede tener, obtenerte se vuelve un «desafío»……EN CONCLUSIÓN, la Histeria es la Única Protagonista de esta Historia!!! QUIERO QUE VUELVA EL HUMOR A LAS NOTAS..ESO SE EXTRAÑA!!!
Jajajjaa, qué bueno lo que decís del libro este, Joh! Tal vez sea una tremenda histérica, puede ser! jajajaa, genia!!
Gracias por andar siempre por acá, Joh!
Nene, metiste pedazo de flashback en la historia. Que manejo del vértigo de la historia. Belleza nene!!! ¿ Estarás preparando un spin off de Fue Foul, con Traviata como protagonista?. Gracias!
Jajaja, sos un grande! No sé, la verdad que no preparo nada, todo sale el lunes a la noche o el martes a la mañana, salvo algunas ideas que sí vienen desde el principio. Yo no me olvido que cuando termine Fue Foul me vas a decir si te casaste con la Tere o con la Elisa, Pucho.
… el enganche del Burrito (Ortega) para continuar su marcha, el dia de paz pedido en una guerra para retomar fuerzas y seguir a la mañana siguiente, en fin.
Me lo comi al amague de cabeza, de pie y aplaudiendo por supus.
Conmovedor lo de Traviata, para una historia desprendida que genere otra? quizas…
A tomar energias para seguir la lucha la proxima semana.
saludos Marquitos.
Jaja, lo mismo que me dice Cigarro! No sé, lo lindo de esto es que yo tampoco sé mucho de la historia y la voy viviendo con los que la siguen.
Gracias, Genio!! Como siempre.
Desnudaste con exactitud todo corazón de «hombre fuerte».
En esa charla de amigos que todos vivimos, metiste esa historia tan real y tan de otro planeta a la vez; y lo peor es que en esa fortaleza que tenemos no sabemos como reaccionar. Ninguno hubiese sabido si levantarse y abrazar al traviata o tratar de contenerlo. Solo nos quedamos viendo como uno de los Hércules del grupo se derrumba, y pensamos…pensamos que tal vez algún día nos toque a nosotros llorar.
¿Ya esta como es la décima que vez que te digo MAESTRO en tus notas no es cierto? No importa, te lo voy a seguir diciendo, porque es lo que sos maestro.
Una genialidad esto Marquitos. En serio.
¡¡¡Un abrazo muy grande mi viejo!!!
Vos sos un maestro, Diem! Tenés una facilidad para contar las cosas que sentís que vale oro. Y muchas veces encontrás detalles que otros no ven en esta historia. Vos sos un maestro, Diem! Gracias, hombre!
Ayy Diem me cagaste, iba a poner exactamente lo que vos pusiste, aunque no con esa calidad jaja.
Ok, ahora dénse un beso, ambos.
Maquitos genial como siempre. Muy buena la parte de caerle con una apuesta mucho mas grande a la Tere, no se si sera vanidad o sera que saben q podemos dar mucho mas de lo que damos y nos lo exigen. Lo de Traviata fue sublime, lo veiamos viendo fuerte, ese hombre que se la sabe todas y ahora derrimbado en lagrimas; muy bueno.
Lo leí dos veces en su momento, una mas ahora. Con rostros dispares el corazón estalla igual y eso sucede solamente cuando se está frente a una obra de arte. Fue Foul fue, es y será siendo eso: Una gran obra.
Gracias. Linda excusa la de la página para traer notas del pasado a un día como hoy, un día cualquiera que se tranforma en uno único después de estas letras.
Abrazo, Maestro!