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La carta astral del coronavirus y el futuro posible

Desde que se estableció el eje nodal entre los espacios de Cáncer y Capricornio, el 7 de noviembre de 2018 en conjunción con la luna llena en Escorpio, y con los posteriores eclipses que se produjeron en 2019, la mayoría de los astrólogos vimos en las alineaciones astrales que se iban produciendo en el cielo, que grandes cambios históricos y sociales sucederían durante este ciclo nodal (que cambia cada año y medio).

En astrología, los planetas se dividen en personales y transpersonales. Los personales son Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno; se los define como personales porque sus órbitas alrededor del Sol son rápidas aunque en diverso tiempo al de la órbita terrestre; de esa manera influyen en aspectos cotidianos de nuestra vida. También incluimos entre estos planetas personales a la Luna que, aunque no es un planeta, su influencia en la Tierra es innegable y por tanto sobre los seres humanos como parte de la naturaleza y del ecosistema terrestre, incluidos con sus bacterias y virus. Los planetas transpersonales son Urano, Neptuno y Plutón, se los llama así porque demoran mucho tiempo en dar una vuelta al Sol (Urano, 84 años terrestres; Neptuno 160 años y Plutón 250), por lo que su movimiento es muy lento, transitan mucho tiempo en cada espacio astral de influencia (lo que popularmente se denomina signo) y por eso sus movimientos se estudian en relación a los sucesos de índole histórica, social y colectiva que marcan modas, generaciones, épocas y eras.

Uno de los tránsitos planetarios nos alertaba a los astrólogos en particular y sobre lo que en mi blog y diversas plataformas informativas he hablado mucho. Se trata del ciclo de Saturno-Plutón que llegó a su exactitud en Capricornio el 12 de enero de 2020 al finalizar la temporada de eclipses en el eje nodal Cáncer-Capricornio.

Esta conjunción no ha ocurrido en este signo desde 1518, menudo año para el Reino de España y Francia. Cualquiera puede corroborar las importantes decisiones que se tomaron en aquellos tiempos tanto en el ámbito político como en el científico y las cómo se plasmó ello a nivel artístico y religioso; mencionaré sólo a modo ilustrativo, la Reforma protestante, el apogeo del Renacimiento con el mecenazgo artístico, el comienzo de la consolidación de los estados europeos, los viajes comerciales transaltánticos, el inicio de la Inquisición en América y la apertura de las primeras universidades que implicó una salida del conocimiento desde el claustro monasterial gracias al auge de la imprenta. Además, a esta conjunción 2020, igualmente con lo ocurrido en el cielo de 1518, Urano (la fuerza explosiva del caos) se encuentra en Tauro (la tierra, los recursos naturales y los ecosistemas); vimos en relación a esto intensos incendios producirse en diversos lugares del mundo y volcanes erupcionando y ahora una pandemia global.

De la conjunción Saturno-Plutón 2020 también participó el Sol y, dentro de un grado, Mercurio. Mercurio, a nivel físico, tiene influencia sobre los pulmones y el sistema respiratorio; mientras que el Sol tiene su influencia en el corazón y el cuarto chacra, que incluye también a los pulmones. Pero en la astrología mundana, el Sol rige a los gobiernos y los líderes mundiales. Semanas antes, el 26 de diciembre de 2019, se produjo un eclipse de sol anular en Capricornio, en donde Saturno y Plutón estaban a menos de 5 grados (orbe de influencia) y allí el Sol (los gobiernos) eclipsado por la luna (que rige a los pueblos). Fueron tiempos de estallidos sociales intensos que comenzaron a producirse en todo el mundo cuando, el 11 de agosto de 2019, Júpiter salió de su período de retrogradación yendo con su brutal fuerza energética hacia Capricornio (las estructuras sociales). Incluso en Mendoza, con las manifestaciones populares en contra de la minería metalífera esta influencia se vivió intensamente en esos días de diciembre. Pero eso no fue todo lo observado en los tránsitos astrales de los últimos días de 2019, volveré a ello párrafos más adelante.

Marte, energía de guerra, entró en Capricornio el 3 de enero de 2020, el mismo día que Estados Unidos envió un misil y mató a un líder político y militar iraní que desencadenó un tenso conflicto entre estos dos países. El 24 de enero se dio una luna nueva en Acuario que, por los tránsitos relacionados, nos hizo observar que habría temas de salud que se vendrían. Si esto lo relacionamos con la conjunción de Saturno-Plutón (que se da cada 35 años), y por tratarse de una luna nueva, no se trataba de una cura o antídoto, era una nueva enfermedad, además (al igual que en 1518) Neptuno se encuentra en Piscis. Cuando hablamos de Neptuno y de Piscis hablamos de enfermedades, cuando hablamos de Urano en Tauro hablamos de caos en la naturaleza. Cuando hablamos de conjunción Saturno-Plutón hablamos de cambios sociales profundos y si esto sucede en Capricornio se trata de caída de sistemas, estructuras y liderazgos políticos, económicos y religiosos. El primer sistema de salud que cayó fue el de salud y luego, como un efecto dominó imposible de parar, todo lo demás.

Cuando Marte y Júpiter se unieron a la conjunción Saturno-Plutón en Capricornio (mediados de marzo), ya estábamos viendo que la situación se descontrolaba y efectivamente sucedió. Casi todo el planeta entró en cuarentena para intentar frenar el avance del nuevo virus. Todas estas energías han estratificado en el campo magnético terrestre generando un colapso social sin precedentes en todos los niveles, tal como sucedió en 1518. Aunque a la distancia nosotros lo hayamos estudiado como una época de significativos y valiosos cambios históricos, en esos años el caos era general a pesar de no contar con un mundo tan globalizado y comunicado pero mucho más primitivo en usos y costumbres.

Las teorías y las pestes

En estos últimos meses, en razón de la gran expansión del virus, aparecieron las diferentes teorías. Una de las más fuertes era la de los Cuatro Jinetes del Apocalipsis: el caballo rojo que representa la guerra con el jinete con una espada en la mano (Marte); el caballo blanco significa esperanza y cuyo jinete lleva un arco (Júpiter); el caballo negro como el opresor de la sociedad (Saturno); y el caballo pálido conocido como muerte (Plutón). A las teorías religiosas se sumaron las ecologistas, que hablan de una Tierra arrasada por la acción humana y que el virus vendría a frenar todos estos procesos. Se han visto mejoras en el aire y las aguas mientras la gente entraba a períodos de enclaustramiento en diferentes lugares del mundo. A eso se suma la caída de la economía mundial que daba crédito a la teoría de un virus de laboratorio creado en el marco de un gobierno comunista, con la intención de poner en jaque al capitalismo.

No voy a hablar sobre esas teorías, aunque la influencia energética de semejantes conjunciones astrales influye en los campos magnéticos personales, generando una fuerza de acción y restricción no vista en el mundo por los actuales habitantes. En 1518 la conjunción Saturno-Plutón en Capricornio también produjo descontrol de enfermedades, ya la colonización de América trajo la viruela negra, que en Europa venía matando millones y en estas latitudes diezmó considerablemente las poblaciones aborígenes. Si no se quiere pensar en la influencia de la conjunción Saturno-Plutón con el brote de viruela en América, la misma conjunción se encontraba en el cielo en la década de 1980, cuando se produjo el aumento del SIDA/HIV; también en el 541-542 con la peste de Justiniano (que puede haber matado a hasta 100 millones de personas). Anteriormente, cuando estos planetas se unieron en otros signos cardinales, como Aries, hemos visto (por ejemplo) la Gran Peste Bubónica (la ‘Peste Negra’) de 1350, la gripe española de 1918-1919 y la gripe de Hong Kong de 1968-1969. Desde la antigüedad, las primeras civilizaciones establecían la relación de los astros con los sucesos sociales y que en Europa tomaban muy en cuenta en su relación con la mitología de los dioses, mal que pesara al catolicismo que ya había recibido el primer golpe con la caída del geocentrismo gracias a Copérnico, quien comenzó a escribir su teoría alrededor de 1510 y que no se publicó hasta luego de su muerte, en 1543 (35 años después de la Conjunción Saturno-Plutón de 1518 en Capricornio, coincidiendo con la siguiente conjunción de estos gigantes, en Piscis).

La conjunción Saturno-Plutón 2020 en Capricornio, junto con Marte y Júpiter, es un fuerza astral de enorme magnitud actuando desde un mismo lugar y al mismo tiempo, la cual se ha traducido en un bloqueo global integral, una caída de las economías en todo el mundo, un colapso comercial entre los países, una necesidad de salvaguardar a las poblaciones y obedecer las reglas de autoridad (o enfrentar el castigo), todo para evitar la muerte. En nombre de la vida se han realizado una serie de aboliciones sistemáticas de derechos fundamentales de las personas, consagrados en todas las Constituciones modernas. Se han cerrado las fronteras (Saturno), se han cancelado vuelos en todo el mundo (Urano), y la OMS aparece con serias sombras sobre su manera de proceder (Plutón) por la fuerza expansiva (Júpiter) de un virus (Neptuno) que entra por las vías respiratorias (Mercurio) produciendo un estado de guerra mundial (Marte). Por otro lado, si bien Saturno enseña con crisis de soledad, aislamiento, silencio y profundo trabajo «hacia adentro», nos ha recordado nuestra responsabilidad comunitaria, nos desaceleró, nos hizo racionalizar nuestras necesidades básicas y a apreciar las formas de vida más tradicionales. No es casual que se escuche decir que se están tomando medidas de «la Edad Media» (1518).

Vemos muchas estructuras (Capricornio) derrumbarse pero, al mismo tiempo, otras se fortalecen. Ha crecido la cohesión social, el reconocimiento a sectores relegados de la economía y la sociedad, vemos un rápido avance en temas tecnológicos relacionados con la educación virtual y el teletrabajo; las economías regionales van tomando otra forma, las transacciones económicas se modifican, la forma de interactuar (entre los seres y de los seres con la naturaleza; entre los estados y naciones; en las formas de administrar los recursos), hemos descubierto fuertes vínculos a través de la virtualidad y la emoción ha encontrado otras formas de manifestación, el voluntariado ha crecido enormemente y la valoración de la ayuda a los sectores sociales más vulnerables y expuestos está en las noticias, los trabajos más menospreciados (como el bicidelibery) ha crecido. Aunque creamos que es pasajero y que volveremos a la «normalidad» eso no sucederá porque los tránsitos planetarios anuncian el principio de un ciclo que durará al menos una década.

¿Por qué afecta a los mayores?

A nivel mundial, nos enfrentamos a sociedades que envejecen. Dado que Plutón tarda muchos años en dar una vuelta al Sol, se entiende que los ancianos están experimentando una presencia de inversión plutoniana en sus cartas astrales natales. Las personas mayores de 70 años han nacido con Plutón en Leo (signo de fuego, del infierno en el que Plutón, identificado con Hades, reina: el inframundo). La presencia de Plutón en Capricornio influye especialmente la salud para los de esa generación, con Plutón oponiéndose a Leo en sus cartas astrales natales. Esta invesión no sólo implica pérdida de salud, enfermedad e incluso muerte, sino a nivel financiero la caída de sus pensiones en los mercados y a nivel social el aislamiento total de aquellos que se encuentran en asilos, e incluso una vejez en la que el autoasilamiento puede ser  voluntario. La carta astral de estos ancianos lo muestra claramente. No sólo están en una situación de vulnerabilidad sino de privación y sufrimiento. Esto es la inversión de Plutón. No significa que quienes están naciendo en estos tiempos pasarán por una vejez similar, pues cuando ellos lleguen a cumplir 70 años (en 2090) habrán pasado por un momento astral muy crítico que sucederá entre 2081 y 2083 que quizás comentaré en otro artículo. Se trata de Júpiter, Saturno y Urano en Acuario en oposición a Neptuno en Leo y, en el medio, Plutón en Aires. Si vieran esa carta astral podrían observar que se trata de un período de inflexión en la historia de la humanidad y que lo que pasa actualmente no es más que una preparación para lo que le espera a la sociedad dentro de sesenta años, en los que habrá otros notables ciclos que colaborarán a la consolidación del nuevo mundo que se está poniendo en movimiento.

También hay otra generación que sufre enormemente por esta conjunción y alineación en Capricornio: los ‘millennials’, nacidos con dos o tres planetas en Capricornio, particularmente aquellos nacidos entre 1988-1993, con Saturno, Urano y Neptuno en el signo. Mientras estos planetas en tránsito se unen a sus propios planetas natales, tenemos una generación que soporta un gran miedo y ansiedad y que, sin duda, está preocupada por su futuro y su rol social durante estos tiempos sin precedentes. Si a los millennials les asusta esto, no quisiera saber lo que les pasará en 35 años con la conjunción Plutón-Saturno en Piscis, en los años ´50 de este siglo XXI.

Sin irnos tan hacia adelante, con el aumento de la conciencia y los avances médicos, particularmente mientras Neptuno está en Piscis (que influye en los productos farmacéuticos) y Urano (la tecnología «en el aire») está en Tauro (la Tierra y el cuerpo), es posible que se trate de una época propicia para encontrar un método de control de pandemias no sólo para esta enfermedad sino para las que vendrán y algunas de las ya existentes.

Si hablamos de algunas influencias «Neptunianas» en la ciencia médica, quizás la más curiosa en relación al Covid-19 nos remonte a Florence Nightingale, la más famosa de las enfermeras británicas y la creadora del método moderno de enfermería. Ella  introdujo el lavado de manos riguroso en la atención médica y de salud en su trabajo en Scutari, Italia, durante la Guerra de Crimea. Cuando la guerra terminó, el 30 de marzo de 1856, Neptuno estaba a 16 ° 35 ‘ de Piscis. Cuando la OMS anunció el coronavirus al mundo el 31 de diciembre de 2019, advirtiendo a todos que la mejor manera de combatir la infección era lavarse las manos, Neptuno estaba a 16 ° 15 ‘ de Piscis. En 4 de abril de 2020, Inglaterra anunció que el nuevo y moderno hospital londinense creado para albergar a los pacientes de Covid-19 llevará el nombre de la más célebre de sus enfermeras.

El Covid-19 en las cartas astrales

Hay muchas cartas y puntos astrológicos que podemos mirar para ayudar a entender este fenómeno, desde entradas y eclipses, lunas nuevas y lunas llenas. Además de lo visto en las cartas astrales de los mayores de 70 años, lo que se puede observar la astrocartografía de Wuhan para el momento del eclipse del 26 de diciembre de 2019 es reveladora, tanto como lo es para Nueva York la de la luna en creciente en Aries del 4 de enero. En la carta astral del 31 de diciembre de 2019 a las 9 am, momento en el que (aparentemente) China informa a la OMS sobre este nuevo virus, había cinco grandes energías planetarias alineadas en Capricornio. Los astrólogos vimos en el cielo el nacimiento de un Rey; por el momento, ese ser «coronado» es microscópico pero con un poder que ninguno de los grandes líderes con sus inmensos ejércitos puede controlar. Tenemos la esperanza de que haya nacido, igualmente, un ser al que conoceremos en veinte o treinta años y que será un líder que conoceremos, posiblemente, cuando Saturno se encuentre en oposición a Plutón, lo que sucederá dentro de 18/19 años. Cabe aclarar que la última oposición de Saturno a Plutón se produjo entre julio de 2001 y junio de 2002, momento en el que la caída de las Torres Gemelas cambió los protocolos de visas, viajes aéreos y lucha contra el terrorismo (que era el enemigo invisible de aquellos tiempos).

El futuro

A fines de 2019 la Luna se acercaba a Neptuno, anunciando cambios drásticos en relación a la salud, agitando las aguas en los mares y los cuerpos, descubriendo misterios y exacerbando las fantasías al estilo neptuniano: neblina por doquier, desorientación, pérdida de claridad. Hay, en todas las cartas astrales de estos tiempos, ausencia de aire y fuego en las relaciones interplanetarias y que se continúa hasta el 21 de diciembre de 2020, cuando Saturno y Júpiter pasen a Acuario, el día del Solsticio y la celebración del Sol Invictus (el día más largo del año, cuando la luz triunfa sobre las sombras), inaugurando ciclos de conjunciones de estos planetas en signos de aire (en donde no han sucedido por 600 años). La falta de aire es la forma en la que este virus mata, y seguirá matando hasta que la carta astral no se «airee», lo cuál generará también un «volver a las calles sin miedo».  El cambio de ejes nodales que operó el 5 de mayo, ajustando los nodos en los ángulos de Géminis-Sagitario, comienza a airear los puntos astrales. Para que este «nuevo aire» llegue, será necesario pasar primero por la flecha de fuego de Sagitario, que quemará todos los «ismos» (nacionalismo, capitalismo, comunismo, catolicismo, judaísmo, budismo, etc.) para ir hacia la dualidad comunicativa, las relaciones comerciales bilaterales, los acuerdos diplomáticos entre líderes y la convivencia con la diversidad a partir de la dolorosa aceptación de que nadie tiene la verdad frente a una situación de crisis, el colapso general de todas las estructuras y la inefabilidad de la soledad y el silencio ante la muerte.

Plutón irá a Acuario en 2023/24, luego del renovador paso de Júpiter y la crisis social de Saturno para mostrarnos en su manera más concreta esta «nueva normalidad» de la cual se habla y que no llegará hasta que en febrero de 2022 (cuando Júpiter llegue a Piscis y haga conjunción con Neptuno), pueda haber un acceso global a la vacuna contra este virus. Aunque para ese entonces ya se habrá encontrado un tratamiento que disminuya su mortalidad, esperable para enero de 2021. La llegada de la vacuna no será el fin de este caos, pues vendrá después la lucha por la patente, la producción por parte del laboratorio que la obtenga, el precio y las relaciones entre los países para obtenerla. No he estudiado las cartas astrales de los lugares en los que se están realizando estudios para avanzar con la vacuna, pero con seguridad la vacuna llegará al mundo a través del mar, por lo cuál podría anticipar que la Isla de Reino Unido está en mejor geográfica para esta influencia astral. 

A medida que se acerca este ciclo que se inicia en diciembre de 2020, podemos sentir la construcción de la naturaleza de Acuario con una nueva dirección en nuestra conducta en relación a la naturaleza y sus recursos y nuestra relación con la tecnología (ámbito de dominio de la energía de ultracambio acuariana). Acuario tampoco es el signo más táctil, es colectivo pero no social, va por los grandes cambios pero de una manera «distinta», «excéntrica», «nueva», por lo que es esperable que continúe la recomendación de evitar el contacto estrecho y mantener distanciamiento social en lugares públicos, de trabajo y estudio.

La brújula del futuro está siendo ajustada de manera tangible, ineludible y sin vuelta atrás en todas las estructuras sociales, vitales e ideológicas y, a partir de diciembre de 2020, se consolidará el estilo que marcará el rumbo del siglo XXI hasta su final. Bienvenidos a la primera bisagra del siglo, el hecho histórico que está marcando el principio, crecimiento y final de las cuatro generaciones que habitan el mundo de hoy y que sólo una de ellas verá el final. Sin embargo, es nuestra decisión tomar este momento como un cambio hacia un mundo más acorde con nuevos valores de intercambio, como un retroceso hacia la interacción más primitiva o como un camino a la sana convivencia en libertad de todas las formas posibles de ser, vivir y morir, al mejor estilo Géminis.

Ver más: https://soylobesia.blogspot.com/2020/01/2020-y-la-conjuncion-saturno-pluton.html

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