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La lucianización de los castrolotudos

No eres libre por escuchar la palabra libertad mil veces; lo serás si la escribes una vez y que… nada te lo impida ni nadie te lo prohiba. Quien escribe.

Ante el revuelo producido por la viralización de las fotos del “chongomas” de Luciano “Aconcagua” Castro y la reproducción infinita en todos los medios de comunicación; la redacción de El Mendo y nuestra web “elmendo.com.ar”, como así también nuestro face “EL MENDOLOTUDO online”, no fueron ajenos a los mismos y colapsaron por la irrupción masiva de seguidores ávidos de data respecto del tema.

Con el transcurrir de las horas, sumado a la lluvia de bromas y el diluvio de memes, el aluvión de noticias fue aclarando el nublado panorama. Por lo que comenzamos a recibir imágenes del Lucho Castro y de sus agraciadas dotes varoniles; agregando al “paquete”, fotos de mendocinos que emulaban la pose del “suertudo” actor, alardeando con la envergadura de sus atributos sexuales y los descomunales tamaños de sus miembros viriles.

Ante la duda generalizada y por falta de pruebas fehacientes o videos que acrediten tal condición anatómica, nuestros expertos en diseño gráfico y eruditos en la edición de imágenes, detectaron que el cien por ciento de las fotografías posteadas habían sido manipuladas digitalmente por sus remitentes mendocinos. Transformando la algarabía de nuestras seguidoras, después que comunicamos que las mismas eran un fraude, en una profunda desazón y la desolación total de nuestros espacios en las redes sociales.

Ésto no pasaría por alto y generaría en el equipo, principalmente masculino, el gran interrogante de un enigma a resolver. Los mendocinos… ¿tienen un gran miembro o se hacen los big poronga?… El silencio sepulcral de nuestras compañeras de oficina y la complicidad encubierta en el cruce de sus miradas, nos hizo replantear aquellas juntadas de los viernes entre varones y en las que se alardea de “x encaRadas elevado a la n encaMadas” con «xR» y «nM» como incógnitas de la ecuación, transformado el arte de la seducción en un algoritmo matemático irresoluto o una progresión geométrica incalculable, dudando de la veracidad de lo dicho en esas noctívagas tertulias.

A partir de infinidad de conjeturas y un sinfín de especulaciones, nuestro equipo de psicólogos, encabezado por el doctor Nosé y la doctora Niyó, nombres claves que utilizan en sus perfiles de Tinder y Badoo, redes sociales del corazón que los nutren a diario con centenares de pacientes, nos definirían la psiquis del “homo erectus” de estos pagos a partir del siguiente decálogo:

Primero…

Si sos cuyano o menduco de pura cepa, no sos descendiente de afros y tu árbol genealógico se inicia con un Cuyannosaurus Rex o un Mendociraptor en la era de los dinosaurios como tus ancestros más antiguos, te avisamos que estás complicadísimo; ya que, el promedio del “pene” provincial es de diez centímetros o, a lo sumo trece, después de atarte una piola de albañil en la punta y un adobe mojado en el extremo contrario.

Segundo…

No te diste por aludido y optaste por mandarte al horóscopo chino y de una al ítem serpiente, simulando haber nacido en: 1965, 1977, 1989 o 2001 y hacerte el black mamba entre tus amiguitas de Twitter, haciéndoles creer que tenés una anaconda enroscada en las piernas y que tu pitón reticulada llega hasta el suelo y rompe los mosaicos del piso; pero como el logo de la red social, sos el portador de un simpático pajarito “pio-pio”.

Tercero…

No digas que te vas a levantar temprano y vas a ir a la armería a comprar balas para tu pistola Magnum 45 o cartuchos para tu escopeta recortada, para salir por la noche de safari al Serengueti africano, que equivale a un vueltón por la Arístides; es fija que volvés de madrugada sin haber cazado nada y el insomnio no te deja apolillar tranquilo, por lo que tu vieja para que te duermas te tiene que cantar: “yooo teeengo un elefante que se llama Trompita”.

Cuarto…

Si vas al Supermercado Átomo comprá ravioles cuatro quesos y algunas presas de pollo, no te hagas el canchero y te le aparezcas con tan sólo una salsa fileto a la cajera, dándole a entender que cargás un trozo de carne para estofado impresionante, siendo que la piba ya te fichó el bulto y llegó a la conclusión que tenés un paquetito de cabello de ángel, a los sumo y siendo muy generosa, uno de fideo foratti.

Quinto…

No mientas más en Facebook e Instagram y poné tu nombre real en las redes sociales, nada de Salchichón López o Longaniza Sánchez; dejá los fiambres para la picada de los jueves con los salames de tus amigos, sabés bien que en la catrera sos un queso y que el maní que tenés arriba de los huevitos de codorniz, no llega ni por asomo a ser chizito; por lo que al final terminás siendo el papa frita de la juntada.

Sexto…

No te presentes en esos programas en los que te ganás quinientas lucas con un emprendimiento sustentable y te mandás una disertación de tu fábrica de vaselina filante. Si te toca un jurado integrado por féminas, se te van a cagar de risa y no vas a quedar entre los nominados; las damas saben que la pasa de uva que tenés detrás de los pelos del choto, entra fácil de una y sin mucho esfuerzo. Hacéme caso, de lo contrario vas a la quiebra seguro.

Séptimo…

Cortála con eso de que sos una Ferrari o un Maserati y que venís con palanca al piso de siete marchas, es de pelotudos; sabés muy bien que tenés caja automática y que cuando ponés primera «acabás» antes de que entre la segunda y «terminás» con las ruedas para arriba pidiendo auxilio a la compañía de seguros; pero como ya te conocen y saben quién sos, no te mandan al mecánico con la caja de herramientas, sino a la sexóloga de turno con una cajita de viagra.

Octavo…

Dejá de almacenar potes de yogurt de vainilla de litro para rociar a la piba cuando duerme, cosa que al despertar se vea embadurnada con el oneroso lácteo y quedar como un gran winner, haciéndole creer que te echaste diez al hilo y le hiciste quintillizos; sabés bien que tenés menos caudal seminal que el río Atuel al discurrir por la localidad de Santa Isabel, en la provincia de La Pampa.

Noveno…

No mientas más con que tenés un mástil de tres metros y que no hay viento Zonda que te detenga, aclará que, tu papi tiene un velero en el Dique Potrerillos, y si no te pasa las cincuenta ballenas de los billetes de 200 mangos de mensualidad, tenés que enfilar con el gomón al Carrizal, calzado con la bermuda tipo bombucha para disimular la mojarrita que tenés entre las patas, y remarla con las minitas como Tom Hank en el Naufrago o terminar jugando al voley solo con la pelota Wilson.

Décimo…

Si tu chica te quiere y “tocaste su corazón”, su amor es equivalente a su pasión e inversamente proporcional al tamaño de tu anatomía masculina. El amor y la pasión no van por el mismo camino; uno llega hasta el corazón, el otro recorre toda la piel para llegar a su destino. Hacé del amor y la pasión una “plegaria”, recordá repetirla en cada momento y todos los días de tu vida, porque el diabólico tiempo pasa y hará lo imposible para que la olvides.-

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