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Las 5 reacciones típicas de una familia en navidad

Desde que tengo uso de razón, las fiestas siempre las he pasado en familia. SIEMPRE. Parientes más, parientes menos, tanto navidad como año nuevo nos reunimos tíos, primos, abuelos, novias, novios, etc.

Y a pesar de los años de evolución de años en cada individuo que está presente en mi árbol genealógico, existe una involución o estancamiento respecto a las reacciones que se pueden llegar a tener a lo largo de estas reuniones.

Supongo, y digo supongo porque jamás podré entender a ciencia cierta qué tipos de pensamientos pueden llevar a siempre las mismas cosas, la razón siempre quiere prevalecer frente a la situación, y es por eso que pasaré a enumerarles algunas a continuación.

1. Mi familia es la mejor del mundo entero

Nunca falta que alguien diga o nombre la mención de un premio, el título de algún estudio o la presentación de un nuevo logro, que otro familiar en la mesa lo felicite de forma muy cortante y rápida y a continuación cuente cómo su hijo/a, pareja, amigo/a o mascota hizo algo muchísimo mejor y más valorable.

Sirve también para las situaciones en las que se menosprecian las opiniones de política por no ser político, las de religión por no ser religiosos, y así sucesivamente si esa persona no tiene un doctorado que certifique la validez de su opinión.

2. Mi comida la cocinó Francis Mallmann y la tuya Don Pepe

Te podés pelar el orto 3 días antes ideando un menú, gastándote un importante dinero comprando trufas de Madagascar, cocinando todo el 24 para que, lleves lo que lleves a la mesa navideña, el pollo relleno de la tía Marta y los sanguchitos de miga de la abuela Clota siempre van a ser mejor que tu porquería. Si llevás lo de todos los años son un aburrido de mierda, si llevás algo innovador, sos un egoísta porque solamente a vos te gusta esa bosta.

3. Dale nene, interactúa con tus primo, dale, dale, dale, ¡DALE!

Las fiestas son esos momentos en los que vez una vez al año a un 45% de los presentes, y entre ellos están tus primos lejanos. Ya sean más chicos o más grandes, parece que tanto tus tíos y/o padres se esmeran en que sean “mejores amigos forever and ever”, simplemente porque ellos en su infancia lo fueron. ¡PARÁ! ¿No te das cuenta que no sé ni los nombres? Y ellos tampoco les interesa interactuar conmigo. Además, ni siquiera hay una prima rica…

4. Mi reloj está calibrado con el de la Nasa y el tuyo por el tipo de la galería Tonsa

Nunca falta el que tiene que tener la razón con los milisegundos para brindar. Está tu abuela que quiere escuchar la radio, tus tíos que quieren ver el tele, tus hermanos que actualizan el twitter cada dos segundos, tus primos que esperan los estruendos de los fuegos artificiales, y vos que tenés el último Sony Galaxy 5.2.0.0.1.8.6 con turbo disel intercooler que te permite tener la hora exacta, nunca va a servir.

5. ¿Y los regalos?

Llega el brindis, las puteadas porque nunca falta el que no tiene nada en la copa, y por supuesto la entrega de regalos por parte de los parientes. Acá tenemos tres tipos a destacar:

  • Las familias que se los dieron antes entre ellos para que no vean lo copados que son sus regalos.
  • Las familias que se los dan delante de todos para que vean que grandiosos son sus regalos entre ellos.
  • Las familias que intentan llevar regalos a todos, pero si falta uno, solo uno del que no avisó que iba a la cena, pasan a ser la peor mierda egoísta en esta navidad.

En fin, seguramente se me habrá pasado alguno, pero si de algo estoy seguro, que mientras exista la navidad, te vas a topar con una de estas situaciones.

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