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Lo que la marcha nos dejó

Vivimos en un mundo extremadamente machista, lleno de prejuicios y está a la vista de todos que es el género femenino el más subestimado.

No obstante y como intento de rebelión ante esta situación, las mujeres nos empeñamos a diario por revertir este concepto demostrando que todas nuestras capacidades no solo se basan en la cocina ni en lo bien que planchamos una camisa.

Pero como siempre, como en todo, cometemos errores que en pleno siglo XXI no deberían ocurrir. Luchamos por la igualdad y por el buen trato pero, ¿se han dado cuenta que somos nosotras mismas las que nos boicoteamos a diario? Por ejemplo, pedimos que nos traten en igualdad de condiciones y sin embargo somos nosotras las que les enseñamos a nuestros hijos que “los hombres no lloran” y que son el “sexo fuerte”. Entonces desde que son niños y ven que su viejo le levantó la mano a su mamá (porque el arroz estaba crudo) a la larga o a la corta, ese (ahora adulto) va a entender que esa es la única forma para que sea considerado el “macho del hogar”.

Igual sucede en el caso de las mujeres, si la nena ve que su madre es víctima de constantes y brutales ataques cuando crezca probablemente sea víctima de estos también entonces va a creer que es algo normal y que en algún punto se lo merece.

Los hombres siempre tienen que cedernos el asiento en el colectivo pero si lo hacen son todos unos pajeros.

Esperamos trato igualitario pero nos indignamos si nos toca pagar una cena o el telo a medias.

Incitamos a las niñas a comportarse como señoritas y a los hombres a pelear por cualquier cosa para poder ser “respetados” aunque solo tengan 10 años.

Prejuzgamos a una mujer por su vestimenta, si está ligera de ropa es una cualquiera y si viste ropa holgada posiblemente sea lesbiana.

Ayer por ejemplo, tras un mes del uso del hashtag #NiUnaMenos (y tras lo que al principio se creía, era una marcha por una justa razón que iba a tratar el tema de violencia de género) se abrió nuevamente el debate por un sí al aborto.

Entiendo y respeto todas las opiniones que son expresadas de una manera respetuosa sobre intentar legalizar el aborto, pero creo que se desvirtuó una marcha que tenía como fin algo tan necesario como evitar que nos sigan matando de a una y evitar que seamos tratadas de forma desechable teniendo como destino final una bolsa negra y un zanjón.

Igual, es muy típico de los argentinos llevar a otro lugar las cosas sin poder entender que ante una situación puedan existir otras opiniones, que se puede discernir y debatir con fundamentos y pacíficamente, sin necesidad de recurrir a un insulto.

Como he expresado en otras oportunidades, no debo ni puedo hablar u opinar sobre casos extremos tales como los embarazos que suceden producto de una violación porque no me alcanzaría la vida para intentar siquiera entender cuánto sufren esas mujeres. Opino que esos casos, al igual que los embarazos de riesgos deberían ser evaluados individualmente.

Pero a ver, dejemos lo “argento” de lado un ratito e intentemos ser un poquitín honestos ¡no cuesta nada! La mayor cantidad de mujeres que mueren en aquellos centros clandestinos y que acudieron ahí buscando provocar la pérdida de su embarazo, no fueron violentadas.

Si hablamos de violencia de género ya que hay un tipo que cagó a golpes indiscriminadamente a una mujer porque en alguna parte estratégica de su cuerpo hay un chip que lo hace tan pelotudo de pensar que esa mujer es de su “propiedad”, es de público conocimiento que está mal y somos a la vez capaces de entender que estamos frente a un gran hijo de puta ¿cierto? Bueno, lo crean o no, hay mujeres que recurren a la frase “mi cuerpo es mío y decido yo” y bajo esta frase se creen con el derecho de acabar con una vida (que lamentablemente se encuentra en su vientre y no en el de una mujer que daría la vida por parir) que no les pertenece. ¿Qué diferencia existe? ¡Ninguna!

Creen que al tratarse solo de un embrión no está vivo y eso se debe a la poca educación y por lo tanto a la abundancia de la ignorancia.

Se considera una vida desde que se produce la concepción en el seno materno. Y creo que si organizan una marcha para acabar de una puta vez con los asesinatos que se dan de manera indiscriminada, deberían actuar de manera condescendiente cuando están embarazadas.

Concluyendo, ojalá algún día nos concentremos en solucionar todos los actos de violencias que existen y no solo a las mujeres porque padecen maltrato muchas personas por diferentes razones (aunque no las haya). Tengo la esperanza puesta en que en algún momento vamos a empezar a ser educados de la forma que nos merecemos, para poder así contribuir positivamente al país y dejar de llenarlo de ignorancia constantemente (aunque a algunas personas les beneficie).

Porque ver al país con tantos asesinatos está mal pero peor es hacer de cuenta que no suceden. #NiUnaMás #NiUnoMás

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