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Manaos sabor uva: me animé a probarla y te lo cuento

Como buen Mendocino de barrio comencé mi travesía en búsqueda de la Manaos sabor uva, esta gaseosa sobre la que todo el mundo, bah… que todos los habitantes de Mendoza hablan hoy en día.

Manaos sabor Uva… ya el nombre te arrima a una clase social, una música de fondo y una mezcla con bebidas etílicas de bajo calibre. He visto memes referidos a esta bebida gaseosa donde supuestamente uno va a tener una explosión de bosta en el baño. Mientras iba recorriendo los kioscos, me propuse comprar un par de bebidas de mierda y dejar la de Uva para el final, al menos si iba morir, tenía que ser con la más letal de todas: la Manaos sabor Uva.

Ya el color daba miedo; iba focalizado en tomar estos brebajes forjados por la mismísima tía Enriqueta en las profundidades de Las Heras. Al llegar al kiosco y hacer el pedido la gente me miraba muy raro, me sentía un poco incomodo, ni que estuviese traficando merca o algo así, me dio más vergüenza cuando vi a un obrero trabajador con un envase de Coca abajo del brazo, estaba comprando cuatro botellas de un contenido de dudosa procedencia y de una marca tan ninguneada por todos que no sabía cómo caretearla. Algunos de los clientes susurraban entre ellos, yo estaba tan perseguido que pensaba que toda mirada y acción iba directo hacia mí, cuando fue mi turno, pedí una Manaos de Pomelo, Cola, Naranja y la tan esperada, Manaos sabor uva. Me invadía una especie de vergüenza, como cuando vas a comprar forros por primera vez. Quería nivelar con otra cosa y pedí un salamin picado fino con unas papas sueltas sin marca.

Un señor atrás mío largó una risa, pero como de esas que se te escapan, yo no sé si era por mi compra o que, el vendedor me dijo: Mierda papi que mezclita, ¿te querés? , le tiré una sonrisa incomoda, traté de no mirarlo a la cara al igual que a los demás clientes, pagué y me fui, no le iba a decir que era para una nota del análisis de la Manos sabor uva que era el principal objetivo, ya de por si es raro todo esto y más raro iba a ser comentarle de esta misión, me iban a decir, «gordo trolo», «gordo nerd», «que al pedo estas», etc, pero lo tenía que hacer, no me importaba nada, tenía que sacarme la duda, no puede ser que todo fuese las marcas conocidas, había que darle una chance al menos.

Han existido muchas marcas que han pasado a través de los años, como Naranpol, Rummy, Bichy, Monaco , Doble Cola, Coto Cola, Pritty, Goliat, etc, pero nadie se había animado a tanto, nadie había tenido tanta cantidad de huevos para sacar una gaseosa de un sabor uva y de una marca tan ninguneada en todo el país, ni si quiera me imagino la reunión de los jefes, debatiendo por el sabor que quieren sacar, ¿cómo será?, en un edificio todo pro, así gente de traje y corbata mirado posters caretas con el diseño de la marca y toda toma de decisiones o la reunión será comiendo un asado, todos en pedo, en cuero y el jefe diciendo: «Cacho en Argentina se toma mucho vino, ¿porque no hacer una gaseosa de uva también? Cacho sacá el sabor de uva que se la lleve puta»; Bueno más cercano al último ejemplo es que me imagino la toma de decisiones, no le encuentro manera de otra forma.

Al llegar a casa busqué un horario que podía estar solo y hacer las cosas tranquilo, tenía un salamín picado fino, unas papas y cuatro gaseosas para probar, hacia un poco de calor, las gaseosas estaban bien frías, eso era un punto positivo, decidí arrancar con la de Pomelo y mi primera impresión fue muy buena, es mas… la volvería a comprar, el sabor estaba justo, sinceramente no tenia anda malo, es más, pensé , «bueno si esta es así, arrancamos bien». Me puse más tranquilo, pasé a la de naranja, pero esta vez le sentí un gusto mas aguado con un poco de sabor a Redoxon, si bien zafaba, no era muy buena, pero repito para un día de calor, re contra mil va. Bueno… quedaban los dos últimos cartuchos, tenia medio salamín, la de Cola y la de Uva.

Al tomar la de Cola, que estaba heladita, tuve una sensación como que alguien había metido en una olla, una Talca, una Rummy, una Goliat y había revuelto todo, sentí ese gusto a asado del Domingo en el rio donde la única despensa que hay te vende todas estas marcas y no te queda otra, era como el final boss de las gaseosas de cola chombi, era como un Megazord armado de cada una, los brazos de Goliat, la cabeza de Naranpol, el torso un bidón de Monaco, las piernas de Talca y el capitán Manaos adentro manejando todo el pasquín cancerígeno, esa fue mi sensación al tomar la Manaos Cola.

Finalmente llegó la hora de tomar la Manaos sabor uva… tenía una mezcla de sabores de mierda en boca así que antes de probarla me enjuague bien con agua. Al ingresar esta bebida en boca comencé a sentir cómo mis papilas gustativas se activaban, sabores que me remontaban a mi niñez de los 90, a los juguitos esos en pelotas plásticas, mezclado con un colorante proveniente de Chernobyl, una reacción tipo el chicle «puajjjj» que se te fruncía hasta el culo, sumándole la piel de gallina, pero no de placer. Al llegar a la garganta un sabor dulzón te la plastifica y después de eso podes tomar aceite de bacalao que no lo sentís. Tragué el liquido, la dejé a un costado… no podía entender lo que estaba tomando, estaba fría. Le volví a dar otro sorbo, me generaba tanta saliva que el líquido se espesaba al rozar mi labio, era una sensación espantosa pero agradable a la vez, como tirarte un pedo inmundo y olértelo feliz.

Me enjuagué nuevamente la boca, pero algo sucedió, algo en mi cabeza me decía que no debía volver a tomar eso, pero otra cosa con algún componente adictivo me decía que tenía que seguir y pegarle otro trago, una sensación de mierda con felicidad, una sensación de no querer mas pero con ganas de volver, como la droga. Volví y le pegué otro trago, como cinco mas, sabía que era una mierda pero necesitaba seguir tomando, sin darme cuenta, me había bajado casi todos los dos litros, no lo podía entender. Estoy seguro de que ahí le han puesto algunos componentes infernales que hacen que vuelvas a tomarla.

Si me preguntan hoy si la volvería a comprar, te diría que no, pero tengo otra en la heladera.

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