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Más allá de todo

¿Qué puedo decirte que no sepas ya? ¿Qué queda secreto entre nosotros que debas saber? Nada. Todo se ha dicho… Lo bueno y lo malo, por sobre todas las cosas. La pasión que alguna vez nos unió quedó extinguida para siempre y fue ella misma la que nos consumió y terminó agotándonos. Ya ni cenizas quedan que puedan reavivar la hoguera. Sólo un par de recuerdos que guardaré en una pequeña caja de mi memoria y que usaré de herramienta, para no volver a repetir los mismos errores.

Nos hemos hecho tanto daño… nos hemos lastimado profundamente, pero siempre volvimos a buscarnos. ¿Con qué sentido? Si el amor entre nosotros es un martirio… Si pudiera encontrar una palabra más para describir el dolor que nos hemos provocado, la escribiría o la inventaría si no, porque “dolor” queda muy chica para este caso. ¿Para qué volver a hablar? El tiempo pasó y ya casi me olvidé de vos… Casi, es verdad, porque no he sido capaz de recomenzar, porque aún no han cicatrizado los puntazos de mi corazón y porque creo en las profundidades de mi ser, que el amor no existe para almas tan tortuosas como las nuestras.

¿Para qué me buscás? No quiero saber más nada de vos… Pero a la vez, no he borrado tu número de teléfono de mis contactos. Espero cada día tu mail o tu mensaje con ansias y cuando lo recibo, me pongo como una fiera enjaulada, como si estuvieras violando el pacto de no agresión que firmamos al separarnos. Y si no lo hacés, me deprimo… paso días encerrada sin contacto humano sólo porque desearía que fueras vos el que tomase contacto conmigo.

¿Sabés algo? Con frecuencia pienso en vos y a veces, hasta te deseo. Añoro los momentos, los pocos buenos momentos que vivimos juntos, que me hicieron bien y por los que no podía y no quería dejarte. Y debo confesarte que aún duermo con la remera negra que te olvidaste entre mis cosas. No sé por qué lo hago, pero me siento bien, me aferro a algo que no tuve, que no tengo y no tendré nunca. Pero me gusta… aun tiene tu perfume, el olor de tu piel, tu sudor. Escucho el CD que habíamos compilado para hacer el amor y me duermo con sus canciones, como en otras épocas; pero ahora, a diferencia de antes, la tristeza me invade.

Abro el quinto atado de cigarrillos de la tarde. El smog que he generado en la pequeña sala de mi departamento no me permite ver más allá de mis narices… y volvés a aparecer entre las tinieblas. Ya no sé si echarle la culpa a mi imaginación o la cantidad de noches que llevo en vela después de tu última llamada… Igual, poco me importa. Se perfectamente que vos sos el que provoca todos mis males y alucinaciones. Me compadezco de mi misma y al final de todo, me convenzo de que no volveremos jamás y que las fantasías que abundan en mi mente son sólo eso… Fantasías.

Pero… ¡pará! No me dejés con la palabra en la boca hablando sola como idiota ahora cuando quiero terminar mi última idea… Por si te interesa, quiero que sepas que vos significás para mí más de lo que las palabras pudieran expresar y más allá de todo, aún te sigo amando.

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