/Mitología a la Mendocina: “Afrodita, La ninfómana”

Mitología a la Mendocina: “Afrodita, La ninfómana”

Pasión sin límites, provoca amor y lujuria entre los Dioses y los hombres , es mas, en todos los seres vivos que habitan la Tierra y el Mar.

Existen varias versiones sobre su nacimiento, ya que era una deidad pre helénica, es decir, anterior a los griegos. El caso de Hesíodo, data su nacimiento a fechas anteriores a los demás dioses del Olimpo, pero en un giro literario, logró adaptarla a la manera griega. A cuento es que, en la lucha por el Poder Divino, Cronos, mutiló el miembro viril (la pija)  de Urano con una hoz y no contento con esto, la tiró al mar. De ésta poronga cercenada (miembro erectil), nació rodeada de espuma (¿esperma?) Afrodita, que habiendo nacido ya núbil y en edad de merecer, se dirigió a la isla de Chipre.

Aunque esto no es del todo cierto, ya que los griegos la importaron de ese lugar. Ya que ella era descendiente de una deidad primigenia del Oriente Próximo, que no viene al caso. El tema es que cuando llegó a Grecia, ésta entró en conflicto con la ya arraigada Hera y cómo no es posible que haya dos Diosas para lo mismo, una tubo de adaptarse,  y así Afrodita se convirtió en la Diosa del Amor Carnal.

Afrodita es la diosa de la lujuria, la belleza, la sexualidad y la reproducción. Aunque a menudo se alude a ella en la cultura moderna como «la diosa del amor», es importante señalar que normalmente no era el amor en el sentido cristiano o romántico, sino específicamente Eros (atracción física o sexual).

Tiene numerosas equivalentes: Inanna en la mitología sumeria, Astarté en la fenicia, Turan en la etrusca y Venus en la romana. Tiene paralelismos con diosas indoeuropeas de la aurora, tales como Ushás o Aurora. Según Pausanias, los primeros que establecieron su culto fueron los asirios, y tras ellos los pafosianos de Chipre y los fenicios que vivían en Ascalón (Palestina), quienes enseñaron su culto a los habitantes de Citera. Se decía que Afrodita podía hacer que cualquier hombre se enamorase de ella con solo poner sus ojos en él.

Esta Diosa, tenía sus propios festivales, las Afrodisias, que se celebraban por toda Grecia, pero particularmente en Atenas y en Corinto. En el templo de Afrodita ubicado en la cima del Acrocorinto (antes de la destrucción romana de la ciudad en 146 a. C.) las relaciones sexuales con sus sacerdotisas eran consideradas un método de adoración a la diosa. Afrodita estaba asociada con el mar, y con frecuencia era representada con él y con los delfines, las palomas, los cisnes, las almejas, las veneras, las perlas, y árboles como el granado, el manzano, el mirto y las rosas.

Venus y Adonis

La prostitución como rito

La práctica de la prostitución religiosa en sus santuarios y templos era la manera de adorarla. El eufemismo griego para estas prostitutas es hieródula, ‘sierva sagrada’. Esta costumbre fue una práctica inherente a los rituales dedicados a las antecesoras de Oriente Medio de Afrodita, la sumeria Inanna y la acadia Ishtar, cuyas meretrices de los templos eran ‘mujeres de Ishtar’, ishtarium. Esta práctica ha sido documentada en Babilonia, Siria y Palestina, en ciudades fenicias y en la colonia tiria de Cartago, y para la Afrodita helénica en Chipre, el centro de su culto, Citera, Corinto y Sicilia. Afrodita es en todas partes la patrona de las heteras y cortesanas. En Jonia, en la costa de Asia Menor, las hieródulas servían en el templo de Artemisa. En pocas palabras, Afrodita es la Patrona de las Prostitutas.

Como antes cité, Afrodita no tuvo infancia, en todas las referencias nació adulta, núbil e infinitamente deseable. En muchos de los mitos menores tardíos en los que participa se la presenta vanidosa, malhumorada y susceptible. Aunque es uno de los pocos dioses del panteón griego realmente casados, le es infiel a su marido con frecuencia. Hefesto es una de las deidades helénicas más ecuánimes; en el relato recogido en la Odisea Afrodita parece preferir a Ares, el voluble dios de la guerra. Es uno de los pocos personajes que desempeñó un papel importante en la causa original de la propia Guerra de Troya: no sólo ofreció a Helena de Esparta a Paris, sino que el rapto se llevó a cabo cuando éste, al ver a Helena por primera vez, se vio abrumado por el deseo de poseerla, lo que corresponde a la esfera de Afrodita.

De su matrimonio con Hefesto, ya lo hablamos,de que le ponía los cuernos con Ares. También que se transaba a Adonis. Esto lo vamos a desenmarañar un poco…

Afrodita era amante de Adonis y tomó parte en su nacimiento. Cíniras, el rey de Chipre, tenía una bellísima hija llamada Mirra. Cuando la madre de ésta cometió hibris(1) contra Afrodita al afirmar que su hija era más bella que la afamada diosa, Mirra fue castigada con una incesante lujuria hacia su propio padre. Cíniras rechazó esto, pero Mirra se disfrazó de prostituta y durmió secretamente con su padre. Finalmente, Mirra quedó embarazada y fue descubierta por Cíniras. Enfurecido, persiguió a su hija con un cuchillo. Mirra huyó de él, pidiendo misericordia a los dioses. Éstos oyeron su plegaria y la transformaron en un árbol de mirra para que su padre no pudiese matarla. Finalmente, Cíniras se suicidó en un intento por restablecer el honor de familia. (Freud, tenía letra antigua para males modernos)

Mirra dio a luz a un bebé llamado Adonis. Afrodita pasaba junto al árbol de mirra cuando vio al bebé y se apiadó de él. Puso a Adonis en una caja y lo llevó al Hades para que Perséfone cuidase de él. Adonis creció hasta ser un joven increíblemente hermoso, y Afrodita volvió finalmente por él. Sin embargo, Perséfone detestaba darlo por perdido y quería que Adonis permaneciera con ella en el inframundo. Las dos diosas se involucraron en tal disputa que obligó a Zeus a interceder. Éste decretó que Adonis pasase un tercio del año con Afrodita, otro tercio con Perséfone y otro con quien desease. Adonis, por supuesto, elige a Afrodita.

Adonis empieza su año en la tierra con Afrodita. Una de sus mayores pasiones es la caza, y aunque Afrodita no es naturalmente una cazadora, participa para poder estar con Adonis. Pasan cada hora que están despiertos juntos, y Afrodita queda extasiada con él. Sin embargo, su ansiedad empieza a crecer por sus deberes abandonados, y se ve obligada a dejarlo por un corto tiempo. Antes de marcharse, le da un consejo a Adonis: no atacar a un animal que no demuestre miedo. Adonis acepta el consejo, pero secretamente duda de las habilidades de Afrodita como cazadora, olvidando rápidamente el consejo.

No mucho después de que Afrodita se marche Adonis se encuentra con un enorme jabalí, mucho mayor que todos los que había visto. Se sugiere que el jabalí es el dios Ares, uno de los amantes de Afrodita celoso de su continua adoración a Adonis. Aunque los jabalíes son peligrosos y cargan contra el cazador cuando se les provoca, Adonis hace caso omiso del aviso de Afrodita y persigue a la criatura gigante. Sin embargo, pronto es Adonis el perseguido, no siendo rival para el jabalí. En el ataque, Adonis es castrado por el jabalí y muere desangrado. Afrodita vuelve apresuradamente a su lado, pero llega demasiado tarde para salvarlo y sólo puede llorar sobre su cuerpo. Donde cae la sangre de Adonis Afrodita hace que crezcan anémonas en recuerdo suyo. Jura que en el aniversario de su muerte, cada año se celebrará una fiesta en su honor.

Al morir, Adonis vuelve al inframundo y Perséfone se complace al verlo de nuevo. Finalmente, Afrodita advierte que él está allí, y corre a recuperarle. De nuevo, Perséfone y ella riñen sobre quién puede quedarse a Adonis hasta que Zeus interviene. Esta vez dice que Adonis debe permanecer seis meses con Afrodita y seis con Perséfone, como debió haber sido la primera vez.

Del “Juicio de Paris” y la guerra de Troya, también lo vimos anteriormente. Pero lo que aún no les cuento es sobre Pigmalión y Galatea. Pigmalión era un escultor que no había hallado mujer alguna digna de su amor. Afrodita se apiadó de él y decidió enseñarle las maravillas del amor. Un día, Pigmalión fue inspirado por un sueño de Afrodita para fabricar una mujer de marfil semejante a ella, a la que llamó Galatea. Pigmalión se enamoró de la estatua y decidió que ella era la mujer que deseaba. Rezó a Afrodita, quien llevó a cabo la última parte de su plan infundiendo vida a la exquisita escultura, para que al fin ambos se casaran.

De la descendencia de Afrodita también he dejado constancia, pero a modo de redondeo, se los repito:

Con Ares tuvo a: Anteros, Deimos, Eros, Fobos, Harmonía e Hímero

Con Hefesto: no tuvo hijos…

Con Dioniso fue madre de:  Himeneo y Príapo

Con Hermes su descendencia fue: Hermafrodito, Peito, Rodos y Tique

Y de sus amantes  humanos sus hijos fueron:  Adonis, Anquises, Eneas, Butes, Érice, Faetón y Astínoo.

Y así amiguitos y amiguitas, llegamos al final de esta saga  “los Olímpicos” seguramente, alguna vez, sus hijos o ustedes mismos han de estudiar, en forma muy somera, la mitología griega. Ya sea en la escuela o en la facultad. Y es ahí donde espero haber sido de ayuda con este dossier, que a fuerza de ser sincero, lo hice más para mí que para ustedes ¡Malditos!

Bueno, cómo debo seguir escribiendo, si no el Dr. Bomur y el Ing. Conep, no me pagan, y tengo que sustentar a mis nueve hijos y tres ex esposas, voy a pedirles a ustedes fieles lectores, que me soliciten el próximo tema a tocar. A través del facebok o del twitter, vamos a elegir entre todos (4 o 5 no creo que sean más) el tema de la próxima nota.

La muerte de Adonis
  1. La hibris es un concepto griego que puede traducirse como ‘desmesura’ y que en la actualidad alude a un orgullo o confianza en sí mismo muy exagerada, especialmente cuando se ostenta poder. En la Antigua Grecia aludía a un desprecio temerario hacia el espacio personal ajeno unido a la falta de control sobre los propios impulsos, siendo un sentimiento violento inspirado por las pasiones exageradas, consideradas enfermedades por su carácter irracional y desequilibrado, y más concretamente por Ate (la furia o el orgullo). Como reza el famoso proverbio antiguo, erróneamente atribuido a Eurípides: «Aquel a quien los dioses quieren destruir, primero lo vuelven loco.»

Fuentes consultadas: 

Moncaio Xavier. (HyV)

Coterrel, Arthur. Mitos y Diccionario de Mitología Universal

Graves, Robert. Los mitos griegos

Hesiódo. Teogonía, trabajos y días.

es.wikipedia.org 

Higino: de las Fábulas y de la Astronomía poética

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