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Para vos Lunes

Hoy desperté como todo lunes un poco cruzada, y no creo que a mucha gente le haya sido esquiva esta sensación.

Pensé en mis deberes, mis obligaciones, las tareas por hacer y todo eso que nos sobrecarga el sistema a veces (siempre).

Y así traté de despejar un poco mi intrincada mente; desenredarla, aclararla, ordenarla, ponerla a punto y pensé:

Que la vida es un gran ciclo, conformado con imperceptibles pequeños ciclos dentro de ella y dentro de estos hay etapas, todas hiladas con un finísimo equilibrio. Hay que respetar y cumplir estas etapas, ya que se corre el riesgo de romper esta frágil armonía.

Que todo aquello que en este preciso instante parece tan remoto, un día estará tan cerca que no podrá ser evitado.

Que la dualidad está en todo: la risa y el llanto; el amor y el odio; la vida y  la muerte, en todas y cada una de las cosas que pensamos y sentimos. Pero no hay que aferrarse al blanco o al negro, hay una infinidad de matices grises entre ellos de los cuales uno puede hacerse dueño y moldearlo al tono de su propia realidad.

Que todo aquél recuerdo irrepetible, singular y único a veces se materializa en formas distintas, con actores distintos y en circunstancias distintas, pero con la misma esencia e intensidad.

Que lo malo existe, daña y vuelve, pero el bien por lo general le lleva la delantera y en la balanza siempre el saldo está a nuestro favor.

Que todo lo creado e impuesto por el ser humano es susceptible de ser cambiado, y así lo hará, y el que no acepte esto será expulsado del mundo por su fuerza centrífuga.

Que todos los días son únicos e irrepetibles y que estamos en esta tierra por un periodo insignificante en relación a la antigüedad del universo. Pero no por esto vamos a dejarnos estar, justamente hay que aprovechar, dar gracias por esta oportunidad y dejarnos ser.

Que siempre hay chances para empezar de nuevo; que ningún desafío es tan grande como para darse por vencido de ante mano; que ninguna caída es tan dura, triste o vergonzosa como  para no levantarse e intentar de nuevo; que no hay nada más imparable, arrollador y enérgico sobra la faz de esta tierra que un ser humano determinado a cumplir un sueño.

Asi que dije: “¡Ánimo piba! El lunes es sólo un día, ya pasará como todos los demás”

Escrito para la sección «Mendoza Escribe» por Anita Della Longa

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