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Pasajes de la historia de un amor y el infierno

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Tanto espamento para terminar así,

solos, gritando ante una posibilidad de que nos encuentren

entre tantos que están al lado, en la misma situación.

Se nos acabó el amor, se nos acabaron las fuerzas.

Se nos acabaron las ganas.

Se fueron los deseos, y las pasiones.

Nos destruyó el mundo, ¡nos hizo añicos!

Éramos dos, éramos tanto.

Solo somos recuerdos, quizá,

si es que el sentimiento, vuelve a encontrarnos.

Entre árboles y el verde, algunas voces escucho.

Algunos lloran, algunos ríen, pero todos tienen a alguien.

Sé que no soy el único, pero éste no es mi lugar, no debería estar acá ¡así!

El sol ya no me alumbra, los hombres de la ciudad lo tapan,

preocupados por sus cosas, caminan sobre mi.

Ellos hacen de cuenta que no me ven, como vos, que pasas al lado y no me escuchas.

Yo me engaño pensando que no me ves, me hago pequeño, me desaparezco,

para echarme la culpa, para ser el malo, y así me siento frío.

No me juzgues por mis actos, que son casi imperceptibles,

un reflejo, un movimiento inconsciente.

Mirame con el corazón ¡sigo siendo yo! ¡Sigo esperándote!

¡Mi cuerpo te reclama! ¡Mi alma te llama!

¡Estoy aquí! ¡Mirame por favor! ¿No ves que lloro? ¿No ves que estoy triste?

Sí, ya sé que no lo demuestro ¡soy tan frío!

El invierno ha curtido mi corazón. ¡maldigo mi pasado!

Me cuesta tanto hablarte…

Y me duele tanto ser así, no poder interpretarte cuando estés mal,

no poder auxiliarte cuando estés en peligro.

¡No! No quiero que vengas. Necesito este silencio mientras te hablo.

No, no me dejes solo, no quería lastimarte.

¿Adonde estas? ¿Ya te has ido? ¿Adonde vas? ¡Perdoname por favor! ¡Te necesito!

¡No sé quien soy! Veo a los demás con tanto espacio, y yo cada vez me hago mas chico.

No me puedo defender, mis armas me destruyen, y soy el mismo de ese día.

Mis deseos, mis pasiones se fueron, pero ahí están todavía, me atormentan, me seducen, me tientan,

son los mil demonios que me han hecho ser quien soy.

Los mismos que me han derivado hasta acá, a tu lado.

He mutado quizá, y me ha traído consecuencias, no soy el hombre perfecto,

no soy un caballero de lujo, ni ese que te agradaría presentar.

Pero he vivido, y eso es suficiente aunque no lo creas.

Es lo único que se nos exige, nacer, respirar, y llegar al mismo lugar,

donde otros sufren igual, estar solos, gritando en este silencio,

y que no nos puedan escuchar…

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