/¿Porqué las mujeres prefieren a los «tipos malos»?

¿Porqué las mujeres prefieren a los «tipos malos»?

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La relación moderna entre el hombre y la mujer, es a lo sumo, misteriosa.

El enamoramiento es un proceso cada día más raro y más complejo, con más matices, más aspectos a tener en cuenta, y sobre todo, menos sinceridad y mucha más histeria.

Y hoy me veo en la posición de resolver una incógnita que persigue a la humanidad hace tiempo:

¿Por qué a la mujer le gustan tanto los tipos malos? ¿Los agrandados, los forros, los que fingen ser dueños del pabellón adonde vayan?

¿Qué es lo que es tan irresistible de estar con un hijo de puta?

Cabe destacar que no todas las mujeres piensan iguales. Es obvio que no voy a generalizar que todo el público femenino piensa que estos tipos son los más atractivos. Pero si hay una realidad (que me han repetido muchísimas veces amigas y conocidas) de que hay “algo” que les atrae a una gran parte de las mujeres de los hombres que se impresionan como tipos de mala intenciones.

No sé porque, sinceramente, siempre nos resumimos a decir la regla sin la justificación, y cada vez que sale este tema, nunca falta el vago que dice: “A las minas les encanta que las traten para el orto y las tengan cortitas, y después tenemos que andar haciendo manifestaciones porque  eligen casarse con el tipo más pelotudo y violento que hay”

Ni la mina que dice: “Los buenitos son aburridos, y malísimo, yo quiero alguien que me divierta. Si queres que te salgan las cosas avívate un poco flaco”

Como creo que somos seres pensantes y damos para un poco más que tirar los comentarios errados, superficiales y horribles que acabo de decir (que tuve el desagrado de escuchar en vivo más de una vez) me decidí a entender la verdad de la milanga.

Entonces empecemos por lo básico. Yo creo que lo que busca una mujer en un hombre, y viceversa, es seguridad.

Una seguridad que puede tomar muchas formas… pero al fin, lo que busca una persona en otra es eso, una garantía de no quedarte solo, una tranquilidad de estar con una persona fuerte, una sensación de que hay una persona que te aprecia de la misma forma que vos lo aprecias, etcétera.

Como dije la seguridad de la mujer puede estar dada por muchos factores propios de la personalidad o el contexto del vago en cuestión.

Como sé que estoy hablando chino básico, ejemplifico un poco:

Una mujer que es enamoradiza o soñadora, por ahí encuentra la seguridad en un pibe que es poético, volado o que simplemente entiende el mambo flashero de ella, dándole un entendimiento mutuo que le provoca interés.

Una mujer que es estricta y cerrada, pero encuentra en un pibe extrovertido una forma de liberarse, va a sentir la seguridad de que por más aislada que este, siempre va a tener a una persona con la que pueda abrirse y expresarse.

Una mujer puede ser muy social, y encontrar a alguien que tenga un contexto o “onda” parecida y sientan un interés correspondido entre los dos, dándose la seguridad de que ambos pasan por lo mismo.

Una mujer a la que nosotros discriminamos por “interesada” o “butaquera” puede ser que simplemente vea una seguridad económica en su pareja y se sienta atraída  por eso.

Si está bien o mal sentirse atraído por los ejemplos que acabo de mencionar, no me importa, sobre gustos no hay nada dicho, pero quiero enfatizar ese punto de vista. De encontrar garantías en la pareja, de encontrar algo que provoque una atracción pero al mismo tiempo una seguridad (esta es la palabra clave, por si a esta altura no se habían dado cuenta).

Como pueden ver, el interés se puede encontrar de muchísimas formas, gustos, estilos de vida y personalidades.

Sin embargo, creo que hay una sola cosa, una sola característica que le parece atractiva a cualquier mujer:

Una buena autoestima.

Creo que si hay una sola seguridad que un hombre debe demostrar es esa, tener una autoestima compuesta. Tener confianza en uno mismo, una actitud determinada y saber soportar los malos momentos.

Hace miles de años, cuando éramos meros animales, el hombre con más fortaleza del clan era el más fuerte, el más grande. En el mundo de hoy esa fortaleza, está dada por la personalidad, el ingenio, la belleza física y el status social, pero sobre todo, por la fuerza de su autovaloración personal.

Entonces, como buenos gauchos argentinos que somos, ¿Quiénes son los hombres que presentan mejor esa fortaleza de alta autoestima en nuestro pueblo?

Los “malos tipos”, los hijos de puta.

Es así de simple, un pibe ingenioso, manipulador, creído, agrandado y con un poco de facha puede hacer lo que quiera. Por el simple hecho, de que vende el personaje de ganador bien y la mujer lo compra.

Es un gaucho propiamente dicho: avivado, inteligente, encantador para el ojo inexperto y un verdadero chamullero para el que lo conoce. Y no se mueve con buenas intenciones, juega a 5 puntas, pero tiene la habilidad para manejarlo.

Es capo. Y eso, indefectiblemente para la mujer es atractivo.

Pero no hay que confundir. Lo que atrae no es que el chabón sea un hijo de puta, atrae como llega a ser un hijo de puta. No atrae que se comporte como un forro al final, sino todo el chamullo, imagen y engatusamiento que te vendió para llegar ahí.

No importa el fin, importan los medios.

¿Se entiende?

El tipo agrandado y que la sabe pilotear, se le va a ser muy fácil conseguir estar con varias minas, por ende elige lo que más le convenga y nunca se va con ninguna, convirtiéndose en el “mal tipo que me engancho” de  varias en el proceso.

El tipo bueno, con buenas intenciones y que siempre se muestra como simple e inofensivo, queda muchas veces como dócil ante el ojo femenino, dando la sensación de ser tierno y fácil de manejar como un cachorro o una maceta.

Y ahí radica justamente el problema. Como somos muy superficiales como sociedad, nos comemos siempre la primera impresión. Y ese pibe, que no se mueve con malas intenciones, y da la primera imagen de ser un “buenon” tranquilo y bondadoso, puede ser bastante más avivado que muchos de los “cancheros” que le interesan a una mina.

Es todo una cuestión de personalidad.

El pibe bueno puede tener perfectamente los medios (ser chamullero, sagaz, gracioso) pero no el mismo fin, de tal manera que da la sensación de ser más ingenuo de lo que realmente es.

Es innegable que en todo tipo avivado hay un poco de hijo de puta, y que en todo hijo de puta hay un poco de avivado. Pero no necesariamente un tipo avivado va a ser un hijo de puta, ni por ser hijo de puta va a ser avivado.

Es es el secreto, mientras que el hijo de puta vende el personaje desde el primer momento y engancha rápido porque la hace ingeniosamente  y no le importa lo que le pueda provocar a la persona que tiene enfrente, el bueno no vende el personaje y es sincero consigo mismo, y la rema desde ese lado (un río bastante más grande) que el  chamullero, pero si le da la cabeza y los brazos siempre llega.

Entonces, los pibes buenos y vivos existen. Solo que la tienen que pelear bastante más para llegar arriba  de la cadena alimenticia que los que son ingeniosos y no les calienta nadie.

En fin, mi conclusión…

Si sos pibe y no das pie con bola, avívate un poco sin sacrificar tu personalidad. Rémala, rémala, rémala  y rémala. Lo bueno es que tarde o temprano te vas a llevar puesta  a la persona indicada.

Si sos mujer, está en tu total libertad elegir al vago que te pinte,  pero nunca subestimes a un buen pibe de entrada, no lo des por sentado, porque tranquilamente ese pibe que ves tan dócil y simple, mañana puede terminar usando a todos los “capos” que te gustan como apoyavasos.

Eso es todo amigos. Si le gusto la nota, siéntanse  bienvenidos de seguirme, sino siéntanse bienvenidos de putearme. Todo vale.

Hasta la próxima

PD: La nota se la dedico a mi amigo Renguero que seguro tiene alguna pelotudez para decir en los comentarios. Nunca cambies hermano!.

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