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Psicología barata 3: Pegando abajo

-No puedo quejarme de Walter. Es lindo, inteligente, buena persona, bien educado, hasta es divertido… y también le gusta hacer trabajos en su casa los fines de semana- Apretujaba sus dedos entre sí como afilándolos. Me miraba con ansiedad a pesar de su hablar relajado.

-Bien… ¿y por qué es que viniste entonces, Manuela? ¿Problemas en el trabajo? ¿Problemas con tu madre o tu padre?

-Nonononononooo, sí vine por Walter. El problema de él es… bueno, que él sabe que es un buen partido. Es muy seguro de sí mismo. Es DEMASIADO seguro de sí mismo. Es INSOPORTABLEMENTE seguro de sí mismo. ¿Cómo le explico, doctora Lí? Se cree Brad Pitt, San Martín y Einstein al mismo tiempo. No sé cómo me puede ayudar con esto, pero me dijeron que Ud. tiene una respuesta para todo…

-Sí la tengo. Sé por lo que estás pasando, nos pasa a todas las que tenemos atracción por los hombres de carácter fuerte. Saben que venderse a sí mismos es incrementar su capital, saben aprovechar sus fortalezas al máximo y también saben que eso les resulta maravillosamente bien.

“Pero te tengo un secreto: todos tenemos inseguridades. Y yo te voy a ayudar a bajarlo de la palmera e intentar cuidarte un poquito más.

“Hay 4 puntos débiles principales que reúnen a casi todos los hombres: el pelo, el “tamaño”, el trabajo y la estatura. Pero hay que usarlos con inteligencia. Si abusás del tema, lo más probable es que quedés como una bruja y además, sola. Recordá que es un juego de poder, que sólo necesitás para cuando las cosas se ponen feas, para retomar un poco las riendas de la relación.

-Pero se va a sentir mal si le digo que se está quedando pelado. Yo lo reto cuando me dice algo sobre mi falta de “bubbies”.

-Él lo hace con vos. ¿Nunca has “sabido” que a él no le gusta tu ropa o tu manera de bailar o que comas demasiado sin que te lo diga abiertamente?

-Sí… me siento mal y avergonzada, y en falta; sin poder enojarme con él.

-De ahí que te explico por qué es necesario que lo utilices con cuidado. Te voy a dar algunos ejemplos: En un momento cualquiera, cuando estén hablando de bueyes perdidos, te quedás mirándolo fijamente y de repente le preguntás “¿siempre vas a la misma peluquería cierto?”. Si el tipo tiene una inseguridad con su pelo, eso será suficiente para que él sepa que a vos no te gusta su corte. Si no se siente aludido: “la próxima vez que vayas a la peluquería, mejor que te acompañe”. Si se está quedando pelado: “me gustan los hombres que se pelan… siempre que no tengan la cabeza deforme.  A vos no te queda tan mal (sonrisa compasiva)”, o si es incipiente: “¿Tu papá a qué edad se quedó pelado?”

“Pasemos al tema del tamaño. Aparentemente todos, absolutamente TODOS los hombres saben exactamente la medida en centímetros de su amigo. Obviamente no lo usés si el “tema” es muy pequeño, no queremos herirlo. Pero si calza un honroso “estándar”, ¡a la carga! Una de las más comunes es hablar de un exnovio potente (sólo mencionarlo, ¡y no mientras lo estamos usando!). Un golpe un poco más efectivo, si se requiere una medida más dura, es ponerle un nombre al amigo (perdón, amiguito) que no sea humillante pero que le recuerde que los han habido más grandes y más agresivos.  Sugiero por ejemplo, el diminutivo de su nombre utilizando más exageradamente el diminutivo a medida que lo necesitamos. Por ejemplo “¿Cómo está el pequeño Waltercito hoy?” “¿Hace frío, Waltercito? (risas)” “Mmmm… Me parece que quiere hacerme cosquillitas hoy, Waltercito” Estas frases no deben ser utilizadas todas juntas. También un nombre alusivo: lombriz,pendrive, juguetito, pajarito, algo simpático, pero no muy varonil. Sutileza es el lema.Si por el contrario el muchacho es muy bien dotado, podemos aludir a una deformidad: “Dejá el garrote y peleá como un hombre (risas)”, “no te preocupes por el desempleo, con eso nos vamos de gira con el primer circo que pase”.

“Tercer tema: el trabajo. Por mejor trabajo que tenga un hombre, siempre hay un puesto mejor al que aspirar. Siempre se puede ganar más. Siempre  hay algún compañero que es más exitoso. En este sentido con sólo mencionar lo bien que le va a ese compañero, lo hábil que debe ser, lo lindo que sería que a él le fuera tan bien como al otro, incluso si amerita la ocasión podemos aconsejarle que lo imite en tal o cual aspecto.

“Cuarto tema: Estatura. En este país la mitad de los hombres son de 1,70 para abajo. Así que tenemos material. Con que te pongas tacos altos y quedes por encima de él, ya sería suficiente. También podemos optar por preguntarle cuánto mide, y responder con un seco “ah”. También compararlo con un sobrino o primo de 14 años o menos  “a ver, ¿cuál es más alto?”. Si es demasiado alto, comentarle que con esa altura qué pena que no hizo carrera en el básquet, preguntarle si ve venir alguna tormenta, si escucha bien desde allá arriba, o bien, largar un desesperado: “La puta madre, estoy saliendo con Marley”.

“En fin, querida Manuela. Lo más probable es que su madre con muy buen tino le haya dicho toda su vida que es un bombón, un prodigio, un semidiós griego y que sus petús huelen a rosa y jazmín. Porque sabe lo importante que es para una persona la autoconfianza. Quizá el tipo sienta realmente que te hace un favor estando con vos, o quizá quiera que vos lo creas. De cualquier manera, no queremos que pierdan su amor propio, que tanto nos gusta. Lo que sí queremos que sepan es que sabemos a qué están  jugando, y que sabemos jugar. Que sabemos cómo hundirlos en el barro, pero no queremos hacerlo porque somos buenas. Pero si se pasan de vivos…  

-Gracias Doctora Lí! Ahora tengo la solución. Te voy a recomendar con todas mis amigas. A su novio debe tenerlo cortito… ¿verdad?

-Sí… bueno, nos vemos la semana que viene. Hay un tema con tu interés por la vida ajena que debe ser tratado de inmediato.

*Información de: Steve Santagasti.

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