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Recordándote

Volvieron a mí esos recuerdos de vidas pasadas, me encontraba sentado frente a mi ordenador, que de “ordenado” ya poco le quedaba, y sin querer un golpe de nostalgia me atrapó y me sedujo a seguir recordando. Sin darme cuenta, una sonrisa tontarrona se había colado en mis pensamientos y caí en cuenta de que extrañar no es del todo malo, cuando las cuentas han quedado saldadas. Pero ¿esos recuerdos realmente ya eran historia olvidada?  Las cuentas se habían cerrado? Todo eso era parte de mi pasado? o quizás era un mecanismo de autoprotección negadora para evitar abrir viejas heridas?

Nunca fui un tipo gustoso del dolor ni de la melancolía, por lo que siempre mi mirada la ponía al frente, y rara vez miraba hacia atrás para ver lo que había quedado a mi partida. El Horizonte era mi destino. Pero esta vez fue distinto, el hecho de estar acercándome a esas edades redondas y decisivas, me habían abierto un molesto interrogante, que cual hormiga en el zapato, no me dejaban de atormentar una y otra vez ¿A cuántas personas habría afectado con mis decisiones egoístas e infantiles?

Siempre me costó hacerle frente a mis responsabilidades, sobre todo cuando las mismas eran impuestas, y como nunca me sentí un tipo que encajara fielmente en esta sociedad, tenía ocasionalmente mis propias reglas de moral y de conducta, y sobre todo de justicia. No eran mejores ni peores que las de los demás… simplemente diferentes, mas adaptadas a mi personalidad. Lo que para muchos era suficiente, para mi era tan solo un supuesto…

Zanjaban mis entrañas esas recurrentes imágenes de injustas despedidas, que hacían de mi alma un lugar más sombrío, más oscuro, más gris. Esas expresiones de desesperación y desazón, marcaron mi destino sin siquiera saberlo. Rememorar esas profundas miradas que saben tener los ojos cuando intentan  ocultar un corazón desvastado, me ahogaba en mis propios miedos.

No sabía a quién recurrir, ni siquiera para qué… Estaba perdiendome en mis sueños que se hacían cada vez más reales, más recurrentes, más dolorosos… No quería seguir allí, pero tampoco quería salir ¿Era ésto realmente la realidad? ¿Sería ésto a lo que se parece un estado de depresión profunda?

Yo depresivo nunca fuí, porque no tenía tiempo para serlo. Tuve mi cabeza girando a mil revoluciones siempre, ocupando mis escasos tiempos hasta exprimir el último minuto del día. Por lo que nunca había tiempo ni para la reflexión, ni para los balances, ni por supuesto, para el arrepentimiento… Pero como todo en esta vida… llega, y no siempre llega en los momentos más oportunos. Pero esta vez había que hacerle frente!

El alcohol y las salidas banales siempre fueron un refugio más que aceptable para mis escapes de conciencia, pero esta vez era diferente, sabía que no podía huir de esa batalla y luego intentar ganar la guerra, esa era la batalla decisiva, mi batalla contra mí mismo. Tenía que hurgar en lo más profundo de mí ser para encontrar la raíz de ese problema que me estaba destruyendo, que me estaba consumiendo día a día en silencio…

Ya no iba a ser nunca lo mismo, el viaje había comenzado, el olor de las lides impregnaban mis pensamientos y les otorgaban ese halo de valentía romántica! Quería cambiar… quería ser mejor persona! Quería dejar de herime a mí mismo.  Tenía que hacerlo…

Era yo conmigo mismo y contra mí mismo! ¿Será este el comienzo, o será este el fin?

Todo estaba listo, una meditación previa fue la preparación necesaria. Comenzó un remolino incesante de alegrías y tristezas, recuerdos y nostalgias. Todavía puedo sentir la suavidad de su piel tersa al rozarme con sus caricias. Ahora siento las lágrimas que durante tanto tiempo habían estado guardadas, saliendo a la superficie, creo que estaban reservadas para ella… o para ellas? Nunca lo supe… y probablemente nunca lo sepa, o quizás no quiera saberlo…

Ya no me quedaban mas fuerzas, el viaje había sido largo, duro y agotador, me estremecí de dolor, pero un dolor agradable y esperanzador a la vez. Un alivio recorrió mi cuerpo azotado y cansado, ya no quería pensar más, ya no quería querer más, ya no quería recordarla más…

Y bueno amigos, así es como se resume cuando uno se clava una terrible y emotiva “paja” pensando en una ex -novia. El relato se hizo largo porque la mandé estilo tintorera y a mano cambiada!!!!

N. de la R para ellas: Los hombres somos todos iguales, algunos mas afrancesados, otros mas adornados… pero en el fondo somo todos iguales…

N. de la R.  para ellos: Para un buen agasajo no hay edad ni excusas, pero cuando se trata de una Tintorera Mano Cambiada, se recomienda suma cautela en la preparación y realización y se aconseja que solo sea realizada por expertos en el tema… 

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