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Reflexiones post vendimia

“Mi tierra, la de las dulces mendocinas” se escuchó una y otra vez estos días que duro el supuesto festejo de la cosecha de la uva y su posterior transformación en vino. Siempre me eriza la piel escuchar esa canción, en particular esa frase, no se si porque me hace recordar que este es mi lugar en el mundo y que por mas de que me canse no sé si podría vivir en otra parte del mundo, tal vez me transporta a la niñez donde la vendimia era la vendimia, o me hace imaginar estar frente al Frank Romero Day, en ese mágico momento que es el acto central, yo supongo que es el sueño de todo comunicador nacido en Mendoza, no se bien cual de todos esos o quizás otros sentimientos es, pero acá viene el tema, pensaba, ¿Qué es lo que queda de la vendimia en la cual se inspiraron los hermanos Guillermo y Horacio Pelay cuando compusieron la obra maestra que es el canto a Mendoza? ¿Solo la canción?

La Vendimia fue creada como el homenaje o festejo por la finalización de la cosecha y el fruto final que es la uva transformada en vino, teniendo en cuenta los impedimentos que se podían y pueden sufrir, ya sean problemas climáticos, culturales, económicos, políticos y lo que fuera. Si las personas que pensaron y tuvieron la idea de crear esta fiesta hoy vieran en lo que se ha convertido estoy seguro de que no estarían para nada de acuerdo. En un diario leí que el Gobernador Alfredo Cornejo había sido el anfitrión en el carrusel, ¿anfitrión? ¿no era un homenaje a los trabajadores de la uva?, todo bien con que vengan a la provincia personas importantes del gobierno de la Nación y que se apoyen las festividades locales, pero poner el foco en los políticos es algo absurdo, y esto no es hablar mal del gobernador, yo lo vote y sigo apoyando su postura, pero cada cosa en su lugar. Del mismo modo que las manifestaciones, por supuesto que es un derecho y eso nadie lo niega, cuando el reclamo es justo esta bien hacerlo, pero hay que ubicarse, miles de turistas vienen a disfrutar de la fiesta de gran magnitud e incluso familias y gente de la provincia lo hacen y se encuentran con estos personajes desagradables que lo único que buscan es molestar al gobernante de turno y ponerle en contra la gente, cosa que no es nueva, pasa hace años.

Me gustaría saber qué pensarían las primeras reinas de la vendimia si vieran a las candidatas actuales, licenciada en kinesiología, estudiante de abogacía, podóloga, ¿Qué pueden saber de cosechar, de la uva, del vino?, me imagino los años que han pasado debajo de los viñedos tardes y tardes llenando tachos durante la cosecha, yo tampoco se mucho del tema, pero seamos sinceros, es un concurso de belleza que tampoco ha sido tenida en cuenta todas las veces.

¿Qué queda de esa Vendimia original? Solo el nombre, la costumbre de concurrir al teatro griego a ver los fuegos artificiales, la estupidez de los típicos desesperados de todos los años que se desesperan por un melón o un resto de un racimo de uvas en la vía blanca, el típico saludo de las reinas moviendo la mano cuarenta horas seguidas, el asesinato que hicieron al Canto a Mendoza en su nuevas versiones, cada vez son mas feas, ¿Soy el único que pensó que fue fea y súper densa la nueva versión o ese tipo homenaje que quisieron hacer?

Volvamos a la raíces y recuperemos la esencia de lo que una vez fue la verdadera celebración de los trabajadores, no siempre es bueno cambiar las cosas, mi saludo en esta vendimia a los verdaderos anfitriones y trabajadores de la vid, esos que se pasaron todo el año y toda la vida al cuidado de la uva y que muchas veces el clima no los acompaño y los dejo sin su cosecha, que se pasaron tardes al sol con calor, frío, lluvia, con las manos lastimadas y manchadas por la uva, la espalda cansada que tantos tachos que cargaron en el día, esos no estuvieron ni en la vía blanca, ni en el carrusel, ni en el acto central, esos que son los que menos festejan y mas derecho a hacerlo tienen, Feliz Vendimia a ellos.

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