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Reivindiquemos la Garcha

Me  hinché las pelotas. No importa cuántas vueltas le demos al asunto, me niego a seguir siendo cómplice silencioso de una injusticia histórica como esta y todo por basarme en un supuesto sentido del decoro. No va más. Se finí. Al que le guste bien, y al que no que se cuelgue de esta y haga piruetas. He venido a reivindicar nuestra querida y noble Garcha.

Nuestro bendito vocabulario, que tan bien se utiliza en este diarete glorioso que nos reúne, alberga un destrato que no tiene sentido. Aunque a las viejas más pacatas le rompa las pelotas, vamos a poner las cosas como son.

Nadie en su sano juicio puede proponer que algo tan noble como el Miembro masculino pueda tener una sola connotación negativa. Fuente inagotable de fecundidad, virilidad, progreso, evolución, placer, y qué se yo cuántas cosas más, nuestro fiel servidor ha sido injustamente asociado con los aspectos más negativos de la vida cotidiana, y todo de una manera subrepticia, que ha resultado en la instauración masiva de estas falsas asociaciones, como si se tratara de algo correcto desde lo lingüístico.

Para que no se pregunten más que carajo quiero decir, vamos a casos concretos, que paso a listar de modo no exhaustivo:

La Garcha como sinónimo de la nada absoluta

Típicas charlas que se puede escuchar en un cine:

–          Pasame los pañuelitos para limpiarme los anteojos que no veo una Garcha

–          Esta sala tiene un sonido de mierda, no se entiende una Garcha.

Una Garcha puede ser muchas cosas, pero jamás se la puede comparar con la nada absoluta. Tremenda injusticia se le hace en este caso.

También se puede escuchar el uso de la Garcha como sinónimo de daño:

Charla entre dos mendolotudos:

–          El sábado hice Garcha el auto contra una columna, creo que chupé mucho…

–          Culiado pasame un espiral que los mosquitos me están haciendo Garcha!

Nada más alejado de la verdad! A quién le puede significar daño algo tan amado, disfrutado, querido, besado. Ni Winnie the Pooh tiene  tantos adeptos/as!

Otro caso es el uso de la Garcha como sinónimo de algo con poco valor.

Quién no ha escuchado miles de veces:

–          Tu teléfono no tiene cámara, es una Garcha!

–          Los lomitos de este lugar son una Garcha, no vengo más.

–          Me estoy cagando de frío, esta campera es una Garcha…

Peor aún es la asociación que se hace del noble elemento con personas poco queridas, como en los siguientes ejemplos:

–          No seas Garcha culiado, prestame los apuntes.

–          Aquel flaco es un Garcha, como lo cagaría a trompadas…

Y así podría seguir indefinidamente, de hecho los invito a que cada uno piense un minuto y aporte los casos que se les ocurran.

Es probable que semejante daño histórico contra un pilar fundamental para nuestra humanidad tarde años en ser reparado. Pero la solución no es algo imposible, basta remontarnos a las sabias culturas precolombinas, que no solo lo tenían bien conceptuado, sino que lo veneraban como corresponde.

Por este motivo, puede encontrarse por ejemplo un pabellón completo en el Museo de Antropología del Distrito Federal de México dedicado a infinidad de monumentos y esculturas que le hacen honor, como pueden ver en las fotos que acompañan esta nota. En Perú hasta se puede comprar pisco, la bebida nacional, en unas hermosas Garchas de cerámica ornamentadas de mil maneras, todas coleccionables y que son un hermoso recuerdo cuando uno visita la tierra incaica.

Piensen lo bien que se verían en nuestras plazas, en cada una de ellas, una enorme Garcha erecta, hidalga, firme como nos gusta, como tributo y reivindicación por tantos años de injusticia. Las haríamos de bronce, de granito, de titanio, de cristal, hasta con los siempreverdes del rosedal se podrían hacer, uno le daría una vueltita al lago flanqueado por un cerco de Garchas florecidas por todos lados.

En fin, alguien tenía que decirlo. Seguramente no faltará el que se cree vivo y se le ocurra comentar algo como “esta nota es una garcha”. Permítanme aclarar que no podría tener mejor halago de parte de Uds.

Y ahora me despido, no sean garcha y comenten…

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