/Una Tonada para Bonnie y Clyde

Una Tonada para Bonnie y Clyde

Corrían los locos años 30´ allá por el lejano siglo XX. Pro las regiones más vapuleadas por la economía norteamericana, producto de la famosa “Gran Depresión”. Millones de personas sin laburo, con un producto bruto por el piso, sin exportaciones… cualquier semejanza con Argentina es casualidad.

Pero decía, la miseria y la pobreza era moneda corriente en un país donde la gente de campo abandonaba sus cultivos para emigrar a las ciudades en busca de un futuro más promisorio. Otra semejanza, que es casualidad.

De ésta coyuntura, nacen las bandas armadas que atacaban los comercios y los bancos a fuerza de armas de fuego y poco seso. Secuestros extorsivos en los cuales pocas veces se devolvía al secuestrado. Etc. Ésta es la época de los “grandes delincuentes” como John Dillinger, Kelly y por supuesto Bonnie Parker  y Clyde Barrow.

Los tiempos felices

Siendo una pendeja, Bonnie conoció a Clyde por intermedio de una a migo en común. No importa el “porqué” el tema es que se enamoraron perdidamente y salvo un par de veces a causa de estar encarcelados, no se separaron más.

Cuenta la historia que Clyde Barrow cayó en cana a causa del robo de un camión, por éste delito, pagó una pena de varios años. Esta estancia en “Canadá” habría de marcarlo de por vida, ya que no solamente era violado por otro preso, que lo había adoptado como mucama si no que también se amputó dos dedos del pie para zafar de los trabajos forzados… así,  cuándo abandonó la casa de piedra, rengo y con el culo roto, su afición por el delito, había aumentado considerablemente.

Aquí es cuando comienza la leyenda de estos fuera de la ley. La banda que había formado Clyde, la componía obviamente Bonnie, su hermano Buck, la esposa de éste Blanche, un amigo de Bonnie, Hamilton, un pendejo que decía apellidarse Jones y un tal Methvin.

Éstos últimos nombrados, eran por así decirlo… moqueros… en un asalto de poca importancia, a un minimarket terminaron matando al que atendía.

Poco tiempo después, pasando por los huevos la “ley Seca” se encontraban escabiando en un bar, cuándo intervino el Sheriff del lugar… acabó muerto por un disparo realizado por Clyde Barrow…

Resulta ser que ese año 1932, Bonnie y Clyde, tomaron “la autopista del infierno”. A raíz de otro caso policial muy renombrado en la época (el secuestro del pequeño Lindbergh) se aprobaron leyes de carácter Federal. Es decir, ya no se podían refugiar de la ley con solo salir del Estado en dónde cometían un delito. Ahora los delitos, abarcaban el país.

Acá nacen los “G”men… u hombres del Gobierno. Los antecesores del FBI.  Estas nuevas leyes daban por sentado que la actitud gubernamental era: dar caza a los delincuentes “vivos o muertos” Ésta fue la banda armada que entró a favor del gobierno. Estos muchacho eran capitaneados por el inefable Jhon Edgar Hoover, tipo que manejaría los hilos de un país (USA) por 48 años. Pero esa es otra historia.

Nuestra parejita no tuvo encontronazos con los Gmen hasta 1933, cuando fueron acusados de pasar un auto robado de un Estado a otro. El cerco se cerraba sobre la banda, cada vez zafaban más de pedo… en una de sus huidas, la cuñada de Clyde, Blanchette, dejó su cámara de fotos. Y gracias a eso es que los Gmen y nosotros pudimos ver cómo era su vida retratada.

Muy matones

Las fotos comenzaron a aparecer en los diarios… Ambos armados, posando sobre un veloz automóvil. La idea era escracharlos con la sociedad, pero en la coyuntura económica que vivían en ese entonces, ambos jóvenes se convirtieron en los “héroes” de una sociedad deprimida y cagada a palos económicamente. Ni que mencionar cuándo a través de los diarios de la época, comenzaron a circular los poemas que Bonnie le escribía a Clyde, cuando éste estaba en cana…

La banda nunca tuvo un atraco multimillonario… es decir, no les daba como para rajar del país, puchereaban con lo poco que robaban y la presión policial era cada vez más cercana. En cada atraco se sucedían las muertes, de uno y otro bando… muere Buck, el hermano de Clyde y es un punto de inflexión, Blanchette es gravemente herida, Bonnie sufre quemaduras importantes al chocar el auto que ella conducía en el escape.

A fin de cuentas, el golpe más sonado fue cuándo ne un intento de reagrupar la banda, atacaron a la guardia de la prisión, dónde estaba su secuaz Raymmond Hammmilton.

Esto fue una afrenta al poder de los Gmen y la sociedad, la popularidad de los noviecitos se vino en picada y la policía redobló sus esfuerzos por capturarlos “vivos o muertos”.

Frank Hammer, un milico viejo y malo que sabía cómo detener a estos pendejos de mierda, cazador de recompensas, frio y calculador, sería él quien pusiera fin a esta banda de forajidos.

Estudió los movimientos de la banda, esperando su mejor oportunidad. Un día de Pascuas del año 1934, Methvin asesina a dos policías y algunos días después, otro miembro de la banda, mataría a otro policía que estaba a punto de jubilarse. Con la popularidad por el piso, y con una sociedad que a éstas alturas solo buscaba justicia por los milicos muertos. Hammer y sus hombres, tendieron la emboscada. Y esa oportunidad llegó…

Así quedó el auto

A las nueve y cuarto de la mañana del veintitrés de mayo del treinta y cuatro, entre los arbustos de un camino de segundo orden, en Louisiana y contando con la “colaboración” del padre de Methvin (miembro de la banda) quién fue el que detuvo a los autos de la banda, el auto que conducía Clyde se detenía cuándo comenzaron los disparos. Los Gmen contaban con armas automáticas, escopetas y pistolas, les tiraron con todo. Dicen que se recuperaron casi 200 vainas servidas, de esas, cincuenta habían impactado en Clyde, que aparentemente murió en el acto. En tanto Bonnie, bueno… murió más lenta y dolorosamente.

Ambos habían expresado el deseo de ser enterrados juntos, pero ni eso les salió bien.

Bonnie Parker yace en el Cown Hill Memorial Park y Clyde Barrow en el Western Heights Cementery, por si quieren ir a visitarlos.

Lo más triste de esta historia es que contra Bonnie Parker no había pedido de captura, pues el único delito que, supuestamente, se le atribuía era el de acompañar a a Clyde, cuándo éste pasó de un estado a otro en un auto robado. El único delito que ella cometió, fue seguirlo incondicionalmente. Toda una tragedia griega…

Así quedaron ellos…

Fuentes consultadas:

  • Ernesto Bascompete *Periodista investigador
  • Historia y Vida Ed. España
  • MC editores
  • Wikipedia

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