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Cómo se vive Halloween en EEUU para un mendocino

Creo que sobreviví al findesemana MÁS atareado de mi vida. Y lo que voy a contar va a ser una serie de sucesos que me pasaron, no todo porque sino va a ser un abuso.

El jueves maneje de copiloto la misma distancia desde donde vivo a DC. ¿Qué quiero decir? Soltamos a los chicos en los brazos de la abuela más copada de todas. De vuelta paramos en la capital del estado y nos comimos una empanada que, NO solo era frita (lo que para mí es un delito federal), sino que era lo más parecido a la mierda que jamás haya comido. Moraleja: Los mexicanos no saben una pija de empanadas.  Y así dí comienzo a mi fin de semana.

El viernes me disfrazé de compradora compulsiva y reventé mis ahorros semanales, menos lo necesario para ir a Starbucks a la noche. En fin, me junté con mis amigas y ahora tenemos un agregado hombre proveniente de la india, que no es por nada, pero es muy raro el compadre. Siempre con nosotras, no tenemos idea de que pija está haciendo porque siempre tiene tiempo y nunca dice “tengo que estudiar” o algo parecido. La juntada era principalmente para terminar de arreglar todo para New York (al margen, el viene pero no tenemos idea de cómo y en qué momento se nos agregó al viaje), cuando terminamos de hacer todas las cosas, yo no lo aguantaba MÁS ahí con cara de nada y comentarios poco ilustrativos, asique muy a lo Argentina Yegua les mande un mensaje a mis amigas y les dije “Hagamos de cuenta que nos vamos y nos encontramos todas en Krespy Kream.” Evidentemente no era la única que no lo aguantaba más, porque acto seguido Germany se levantó y dijo “tengo sueño, nos vemos mañana”.  Ya se que soy un barril de bosta, la proxima le digo sutilmente que se las tome que queremos hablar de temas como “periodos menstruales” , “sexo ardiente” y “hombres con el pito corto”.

El sábado tuve mi primer experiencia en un American football game. Como me fue? Dependiendo. Divertido. Hacían solo y tan solo 5 grados y nosotras teníamos asientos de primera calidad, pero a la sombra. A la entrada a la cancha habían como cuarenta estudiantes dándote calcolamías de la universidad, cuando pregunté, eran todos de primer año, evidentemente. Me morfé a una porrista a menos de 3 metros cantando y bailando con cara de “el frio no me importa”, quizás se te congelen algunas neuronas y con suerte la sonrisa porque la  vas a necesitar cuando no puedas pensar nunca más en tu vida. Bueno volviendo y dejando mi odio a un costado, por un ratito. El juego es batante lento, tanto como que cada equipo tiene aproximadamente 40 jugadores afuera y unos tantos adentro de la cancha. Juegan, cambian los jugadores y así. Otra cosa: Wake Forest University apesta a caca de perro al sol. Otra vez me vi envuelta en la euforia americana, tanto que le tuve que pedir a un señor que dejara de gritarme en el oído porque no podía escuchar a mis amigas hablando. Otra vez la misma mascota pedorra con cara de villano barato. Lo bueno era que ahora estábamos al aire libre y no todos encerrados en el mismo lugar. Para cerrar el combo americano, entretiempo: que mejor que un grupo de mujeres entre los 12 y 60 años bailando “It’s raining men”?, nunca terminé de entender si las estaban exorcizando o que garcha. Creo que fue la mejor parte de todas formas.

A la noche estábamos de party en la house. Típico con vasos rojos, pero esta vez ningún John. Señor Pedo me agarré. Todos empezamos tomando moderadamente hasta que ya nos reíamos de la nada y nos movimos a una fogata. Fue genial ! De veinte terminamos seis borrachos cantando y bailando. Torcuato viendo que el fuego se apagaba y alcohol todavía quedaba, se fue a talar un árbol. Clotilde le preguntaba “El Torcuato sobrio haría esto a esta hora?”, su respuesta fue “El sobrio estaría durmiendo o viendo Dexter, el borracho quiere cortar E S E árbol”. Nota: El árbol fue derribado luego de una hora de intentos y un tiron con una camioneta. Todos terminamos a salvo. Mas leña para la fogata y que siga la milonga!! De seis terminamos cinco borrachos en la cocina de casa cantando, qué? Ni lo pregunten porque no me acuerdo. Lo que me acuerdo es estar sentada en la mesada con dos botellas de cerveza en la mano.

El domingo fue lo peor que me podría haber pasado en el planeta. Hangover o resacota. Comprensible después de ver que en la cocina habían cadáveres como 10 botellas de vino, latas de cerveza, botellas de cerveza, ron y mojito. Lo bueno fue no tener a los chicos gritando y corriendo y pidiendo comida y diciendo “estoy aburrido”. Me la pasé en la cama mirando Gossip girl. Evidentemente pedimos comida a domicilio y nos volvimos cada uno a su camita.

Lunes y martes de rascada. Creo que rompí el record de no hacer nada por uno mismo durante dos días. Rutina adorada: Levantarse, comer, bañarse, acostarse, mirar la tele. Levantarse, comer, fumarse un puchito, hacer sociales con los de la casa y volver a mirar la tele.

Ahora tengo que ponerme a laburar y a cambiar una caca putrefacta. Así es la vida, un poco buena, un tanto borrosa y un tanto borracha.

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