Hoy se celebra el día internacional de la mujer, ser misterioso casi venido de otro planeta con el poder de lograr que el hombre haga cualquier cosa por ella.

Ya lo dijo Dolina: «todo lo que un hombre puede hacer, sean proezas y hazañas o, simplemente, hechos destacables, lo hace por levantarse a una mina», y es así. Piensen en cualquier hecho, relevante o no en su vida, y se darán cuenta que una fémina estuvo involucrada en ello, y la mayoría de las veces, sin que ella se diera cuenta.

Es entonces que nosotros, esos machos alfa jefes de hogar, pueden pasarnos infinidades de cosas a lo largo de nuestra vida que nos cambien de carácter, de estilo de vida y hasta de familia o amigos, pero si algo jamás va cambiar son esos recuerdos imborrables de mujeres que nos marcaron para siempre.

La primer mujer de la cuál te enamoraste

Sin hacer mucho esfuerzo, les aseguro que recordaremos esa primer mujer de la cuál estuvimos enamorados. Podría ser la mamá de un amiguito, una maestra o simplemente alguien que vivía en la cuadra. En mi caso fue la seño de segundo grado, la señorita Viviana de Murialdo. No había reina de la vendimia que le llegara a los tobillos.

Este amor a diferencia de los que voy a ir desarrollando, posee una fuerza que no se compara con ninguno: el amor puro y pleno. Acá no hay sexo de por medio ni pensamiento morbosos. Este amor es el que te llevaba a imaginar viviendo con ella en una cabañita en medio de las montañas cantando con pajaritos y comiendo dulce de leche todo el día.

La mujer no correspondida

Y si de mujeres que nos marcan hablamos, obviamente está presente por quién perdíamos el sueño y un día nos estrujó el corazón, lo revoleó por el aire y lo volvió reventar cuando nos confesó que estaba hasta las manos por un amigo tuyo. De los peores momentos de la vida. Encima tu amigo, mejor amigo, ese maldito fachero con muchísimo carisma y tonelada de éxitos. No te quedaba otra que intentar olvidarla, si al fin y al cabo hasta vos veías como buen partido a tu amigo.

La mujer con quién perdiste la virginidad

Acá no tiene que ver si tu primer experiencia fue buena o mala. Obviamente en el momento que sucede lejos está de lo que veníamos viendo en las porno o películas de amor, el 99% de las veces todo se vuelve caótico. Y además si fue con amor, sin amor, con tu novia, amiga, conocida o pagada, todos la recordaremos.

Vale aclarar que, salvo el último caso, esto tiene un valor agregado: en ciertas ocasiones, además de tu primera vez es su primera vez entonces ese paso de ser una niña a una mujer es también inolvidable para ella.

La mujer que fue tu primer novia

Esto quizás se relacione con el punto anterior, porque en el momento que tuviste tu primer novia, ella aún no daba el gran paso a ser mujer, pero definitivamente fue la primera que te produjo amor propiamente dicho. Las primeras bobadas de ñoños con cartitas, cartelitos o mensajes de texto – whatsap, etc. La vergüenza que tus viejos te escucharan tus conversaciones por teléfono o leyeran lo que escribías y mandabas.

La mujer que te dio la vida

Sin lugar a dudas es la única mujer que va a estar siempre, pero SIEMPRE. Seas el CEO de una multinacional o seas un chorro empedernido adicto al paco, ella siempre va a estar a tu lado, defendiéndote contra viento y marea. Ojalá no solo la recuerdes el día que no esté más. Andá ahora, recordala en vida, visitala, regalale unas flores o escribile un TE AMO en un papelito, como cuando eras pibe, porque si de algo jamás nos olvidaremos, es de quién nos dio la vida.