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Aprendamos del hockey

Estamos hace un tiempo sufriendo con la Selección Argentina, sobre todo estas últimas dos semanas. Vemos que los jugadores que tenemos en cancha son habilidosos, famosos, de trayectoria y excelente desempeño en los clubes donde juegan, pero cuando los juntás en la cancha su performance no es lo que uno esperaría. El último partido frente a Croacia fue decepcionante, sobre todo en lo que a garra se refiere, más aún cuando uno ve los otros partidos de selecciones pequeñas hechas con jugadores del montón, cómo se matan por cada pelota, cómo están todos chivados desde el minuto 2 hasta el 95, cómo intentan e intentan aún yendo muy abajo en el marcador, cómo tranquilamente y confiando en su juego, ordenados, pueden dar vuelta partidos.

Y no puedo evitar comparar un juego precioso como es el fútbol, que hubiera jugado si me hubieran dejado mis padres, con otro juego muy parecido también precioso y emocionante pero más rápido, más impredecible hasta el final porque en el último minuto puede darse vuelta y que está libre de negociados y esponsoreos y lobbies, que es el hockey sobre césped.

JUGADORES

Los jugadores de hockey no viven de eso, por lo menos la mayoría. Juegan por el puro placer de jugar, si llegás a la selección tenés de compensación una beca modesta, pero más que nada tenés el orgullo de representar a tu país y la posibilidad de un entrenamiento de nivel superior con la mejoría técnica, física y táctica que eso supone. Por supuesto como no hay guita ningún manyín representante se te acerca a prometerte oro, sos vos, tu palo y tu disciplina para entrenar los que te posicionan por encima de la media.

El recambio de jugadores es constante, los que llegan cerca de los 30 se distancian para trabajar más fuerte, formar sus familias, o simplemente porque ven que su rendimiento está decayendo. O quizás tuviste un año flojo y no te llamaron. O no te gustó algo de la dirigencia y renunciaste: tenés mejores cosas que hacer que bancarte malos tratos o poca ayuda. Constantemente se van probando jugadores observados en torneos nacionales o locales, luego los clubes centrales interesados en el desarrollo de ese deporte los convocan y así se ha conformado una liguilla interesantísima con equipos llenos de estrellas que plantean partidos exquisitos. Los que juegan afuera lo hacen por temporadas, y traen nuevos conocimientos que comparten con sus compañeros. Disfrutan el momento sabiendo que es fugaz, que tienen que dar el máximo porque quizá sea la última vez.

REGLAS

Hay reglas del hockey que son geniales y sería muy interesante que se aplicaran en el fútbol. Al ser deportes de gran desgaste físico donde son constantes los piques a lo largo de la cancha, cuando los jugadores son siempre los mismos la velocidad del partido va decayendo, lógicamente. Además, está el nerviosismo del que ingresa por el titular, tiene que romperla o no entra más, no siempre esa presión es buena. O si el titular es brillante pero está agotado, no te sirve adentro de la cancha y sacarlo te parece una locura. El que sale se pone mal porque sabe que no vuelve a entrar. Ni hablar todas las presiones económicas que juegan, los managers, los periodistas, los dirigentes, los sponsors, para definir quién entra y quién no.  Si el equipo juega mal, siempre parece que es culpa de la decisión de los titulares, y no se plantean problemas tácticos o de entrenamientos.

En cambio en el hockey es un detalle quién entra de titular y quién no. En el banco hay 7 jugadores más el arquero suplente, y los cambios son infinitos. Cada 5 – 7 minutos se renueva, por ejemplo, todo el mediocampo, o bien salen de a uno; los que salen (sólo por 5 minutos) tienen la posibilidad de ver el partido desde afuera, tomar aire, recibir instrucciones precisas de los técnicos, y vuelven a entrar más frescos, si estaban enculados se les pasó porque las ganas de jugar le ganan al encule, el partido es a máxima velocidad todo el tiempo, son todos protagonistas y no tenés que estar criticando que por qué entró Fulanito y no Menganito, todos juegan, todos tienen su posibilidad, todos tienen que (y pueden) dar el máximo. Brillante.

MANEJO DEL TIEMPO

En el fútbol son desesperantes las maniobras (por no decir las payasadas) que hacen los jugadores para hacer tiempo, empiezan a contracturarse todos, los tocan y se revuelcan por el pasto y quedan 2 minutos tirados, los sacan y caminan a paso de tortuga, van a sacar un tiro libre y están mil quinientas horas. Un embole para el espectador que quiere que jueguen durante todo el tiempo y no ver cómo se caen cada treinta segundos armando escenitas muy poco dignas de un deportista. Otra cosa: los tiempos suplementarios. ¿Para qué puta existen? Son manejados muy subjetivamente por los árbitros, y ni siquiera se respeta el fin de éste tiempo, si quiere dejar medio o dos minutos más lo hace sin ningún tipo de tapujos, manipulando el juego según para el lado que vaya.

En el hockey el tiempo es más corto, pero se detiene ante un jugador caído, una lesión, una charla del árbitro para advertir a un jugador o técnico, para consultar una jugada o lo que fuere. Entonces no se puede especular con el tiempo. Eso te ahorra ver a los jugadores como un hato de extras de una película de Steven Segal. Pero da tiempo para atender al que realmente lo necesita sin enojo de ningún contrincante porque no se consume el tiempo real del partido. Y el fin es inexorable y no importa si estás a dos cm del arco, suena la chicharra y se acabó. Lo que no hiciste en los 60 minutos, ya no lo vas a hacer.

TECNOLOGÍA ARBITRAL

Lo que en el fútbol se ha implementado para el tujes, el VAR, en el hockey se llama Video Team Referal. Y en mi opinión está hecho como el ocote a propósito, dejándole todo el poder al árbitro, que igual queda como un vendido, como un inútil, porque las cámaras ven todo igual; y lo peor, es que PERMITE que sea un vendido. Ya se vio en este mundial la cantidad de penales que no se cobraron y que el árbitro no quiso ni enterarse de qué había pasado.

En el hockey, el video-ref lo piden los jugadores. Se tienen infinitas posibilidades de pedirlo, dentro de las 25 yardas próximasa los arcos, siempre y cuando tengan razón. Por ejemplo, se cobra un corner corto porque la bocha tocó un pie. El jugador pide el video-ref argumentando que no fue así. Se analizan las imágenes y el árbitro a cargo del video-ref da la decisión: hubo pie o no. Si sale a favor del jugador (no hubo pie), no habrá corner corto y el equipo seguirá teniendo a disposición el Video Team Referal. Si por el contrario, la bocha sí tocó el pie, el equipo pierde la posibilidad hasta el fin del partido de recurrir al mismo, y debe aceptar lo que cobre el árbitro sin consultar. Eso hace que sólo se pida cuando están seguros segurísimos de lo que pasó, que no se pierda el tiempo discutiendo con el árbitro, y sobre todo, quita la posibilidad de que este último maneje el partido a su parecer.

SANCIONES

En el fútbol las tarjetas son lapidarias. O no pasa nada o te dejan afuera. Si expulsan a un jugador dejás el partido rengo e inclinado para el otro equipo, porque son definitivas. A veces el árbitro no quiere sacar tarjetas y deja pasar una, después otra, después otra, y cuando ve que se le va de las manos el partido y ya parece un campeonato multitudinario de kung fu se pone en milico y saca tarjeta como loco, sobreactuando, cometiendo seguro injusticias. O bien recibió un chequecito y saca varias amarillas y una rojita dejando a un equipo con diez jugadores y con un miedo terrible de marcar de cerca y quedarse con nueve.

En el hockey tenés 3 tarjetas, la roja, la amarilla y la verde. La verde significa 3 minutos afuera de la cancha en el banco de castigo. Entonces tratarán de no recibirla, ya que dejarían a su equipo mocho, pero nada que no pueda remontarse. Al ser castigo leve se usa para frenar muchas situaciones que crean roces, por ejemplo, si el jugador que pierde una bocha se enoja y la aleja de la jugada para hacer tiempo, o si no deja el espacio reglamentario para que juegue el otro equipo reiteradamente, si discuten de más, etc. Para las faltas más fuertes existe la amarilla, que deja al jugador 5 o 10 minutos fuera de juego, según criterio del árbitro y acumulación de faltas, pero el hecho es que dificulta el juego aunque no definitivamente, no produce la inclinación del juego que se produce en el fútbol.  Y para las faltas antideportivas malaleche está la expulsión definitiva con la roja. Yo nunca he visto que saquen alguna en partidos internacionales.

Obviamente que las reglas están hechas por algo. Pero en la mayoría de los deportes las reglas van cambiando, para hacerlo más activo, más justo, para solucionar los problemas que se repiten a lo largo del tiempo. En cambio en el fútbol pareciera que los viejos carcamanes enquistados en sus asientos dirigenciales no quieren que nada cambie, que se la fumen así, para qué cambiar si funciona. ¡Lo que costó poner la asistencia por video, y encima lo pusieron mal! No es que no sepan cómo, en mi opinión, es porque no quieren hacerlo bien.

Pero siempre está buena la reflexión. La mirada global del mundo del deporte que nos permite disfrutar del maravilloso y hermoso fútbol pero sin dejar de notar sus miserias, sus negociados, la utilización del hincha como arma de persuasión, las coimas entre dirigentes y árbitros, la mafia con que los dirigentes se protegen de ser removidos.

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