Comencé a pensar de dónde vienen las canciones que cantamos en la cancha hace casi un año, cuando River jugó un partido contra Palestino de Chile que terminó en empate. Fue bastante aburrido, pero todavía lo recuerdo bastante bien, no por lo que ocurría dentro de la cancha, sino a su alrededor; literalmente, nada, ya que las tribunas estaban completamente vacías. Verán, la Conmebol había decidido suspender el estadio de River tras los incidentes en la final contra Boca, obligándolo a jugar sin afición por dos partidos.
Durante todo el encuentro lo único que se escuchó fueron los gritos de los jugadores y sus técnicos, y algún que otro aplauso de la dirigencia por una buena atajada. Parecía un partido de entrenamiento, un amistoso de babi fútbol o hasta un picadito entre amigos. Ese pesado mute corrió el telón del espectáculo y me mostró la maquina al desnudo. El fútbol es músculo pero también rito, con su folclore, sus cábalas y maldiciones. Un chutazo de cocaína audiovisual con el que los fans esperamos provocar la entrega de nuestros jugadores. Desde que hay registro cada tribu o ciudad poseía una cancioncita propia para recordar sus glorias, provocar a sus enemigos, motivar a sus soldados o hasta invocar la suerte de sus dioses. Luego cada gremio tuvo sus propias estrofas, y hasta uno que otro afortunado (o desafortunado, si lo que te tocaba era una sátira). Y así llegamos al siglo XIX en Inglaterra, y de ahí a las tribunas de nuestro país, que para cuando abrieron los estadios para el populacho este ya estaba entrenado por años de cánticos sindicales, tango y payada. La fórmula que nos llegó es tan eficaz que ya podríamos prescindir de llamar a los otros homosexuales o extranjeros para degradar, pero la condena moral no es el tema de esta nota. Lo mío hoy es celebrar nuestros bajos instintos, la comunión con el extraño al que cada domingo considero por casi dos horas un hermano. De algún lado tienen que salir tantas maravillosas melodías, y es por eso que me propuse encontrar las más interesantes y, si se puede, contar con ellas una que otra buena historia.
«BOBY, NO ME EXTRAÑES», de Poggy Almendra
Empecemos con una de las más obvias, aunque no muchos sabrán de su bizarro origen. Corría el verano de 1981, y la Provincia de Buenos Aires organizó su Operativo Sol (ese donde te suelen controla los papeles cuando vas a la costa) centrado en un tema especial. Antes las familias aprovechaban el viajecito para subir a la mascota de la familia y abandonarla en algún rinconcito del camino. Era tal la cantidad de perros abandonados que las ciudades se llenaban de jaurías que lo rompían todo. Por eso, buscaron crear algo de consciencia con este tema, donde un niño le pide perdón a su perro por no poder llevarlo de vacaciones. El tema fue tan popular que contó con su propia publicidad y hasta salieron discos de vinilo. Su compositor fue Poggy Almendra, responsable de otros tormentos como Carta para mi hermano o Mi papito me regaló un arbolito, todos editados por la dictadura en discos con el escudo del ejército en la portada. Años más tarde, este mismo tipo sería representante de los Ratones Paranoicos, y hasta coautor de algunos de sus temas como el Rock del Gato, Caballos de Noche o Esa Chica. Pero bueno, el tema es el fútbol, y el tema llegó a las canchas justo para el descenso de San Lorenzo, quienes lo tomaron como un himno para levantar la moral del equipo. Yo me quedo con la versión parodia que hicieron los del globo, que dice así: “cuervo, cuervo tarado, fui a tu cancha y me encontré con un mercado, una bandera roja y azul que en el medio decía Carrefour. Compré frutas y verduras, lo demás me lo afané, mi cancha es de cemento, la tuya es un almacén…»
«ATRÉVETE A DECÍRMELO», de Sonia Rivas
Es tiempo de un clásico, de algo eterno que nos une a (casi) todos los hinchas. Para mí es la puteada perfecta para cuando algo se rompe o cae al suelo. Hablo de la inconfundible tonada dedicada a los hermanos de All Boys, que todos cantamos entre 2009 y 2014. Tuvo covers, merchandasing, y hasta inspiró una publicidad de una multinacional. Demasiado éxito para un club tan chiquito. La responsable de su música es la mexicana Sonia, cuyo marido era un argentino que, en un momento de viveza criolla, registro el tema como propio en SADAIC. Su primera versión de cancha puede escucharse en la película “Héroes” de 1986, cuando Maradona y equipo festejaban la copa, dedicándosela a todos los que tiraron pálidas: Argentina va a salir campeón. Se lo dedicamos a todo (…) que lo re parió. De ahí en más, Floresta ardió en llamas.
«MOLIENDO CAFÉ», de Hugo Blanco
Antes del boom de la cocaína y las telenovelas berretas, a Colombia se la conocía sobre todo por su música, y uno de sus mayores responsable fue este temita, que a veces tenía letra y otras era instrumental. Tal fue su popularidad que hay versiones de Placido Domingo, Azúcar Moreno, Julio Iglesias, Montaner,y hasta fue hit en Italia cuando la cantó Mina Mazzini, la primer rockstar italiana. Y es que solo basta escuchar la melodía para levantar los brazos, soltar una lágrima y desgarrarse la garganta al ritmo de unas hermosas trompetas en la bandeja de la Bombonera. Ahora es un meme muy popular en las redes, algo similar a lo que pasó con su club insignia.
«CAMDOMBE PARA JOSE», de Roberto Ternán
El que no se trepó al alambrado al grito de Yo te sigo a todas partes a dónde vas, cada vez te quiero más, carece de sangre, estrógenos o hasta humanidad. La tonada es una de las canciones de folklore más exitosas de la historia: su compositor, Roberto, la creó al ver bailar y cantar a un negrito durante una murga uruguaya. La historia de Roberto da para un documental de A&E: salteño, aprendió de oído a tocar música, recorrió Latinoamérica a pie, nunca termino el secundario, y hasta tuvo que cambiarse el apellido porque su familia no quería quedar asociada a su carrera musical. En Chile el tema cobró dimensiones casi místicas después de la versión del grupo Illapu, que los presos políticos cantaban durante la dictadura para darse ánimos cuando los iban a torturar.Una triste postal latinoamericana que funestos todavía añoran.
«BAD MOON RISING», de Creedence Clearwater Revival
Mamita, que lindo mundial fue el de 2014 (menos para sus anfitriones). Posiblemente fue el primer mundial donde los memes explotaron en toda su gloria, y de ese pozo de imaginaría salió la chicana de Brasil, decime que se siente…, que nos hizo jugar de local en cada partido. En realidad, el tema nació en 1969 de la mano de Creedence, quienes se inspiraron en una peli de terror para hablar sobre un apocalipsis inminente. Un clásico instantáneo, que los yanquis usan en sus películas o series cuando algo está a punto de irse a la mierda. Acá en Argentina el tema comparte algo de esa mala fama. No diría que es una maldición, pero casi que pega en el palo. Me explicó: Argentina cantó ese tema durante el mundial, y salió segundo del Mundial y de dos copas Américas seguidas; por su parte, Boca Juniors se la cantaba a River para cargarlo por su descenso en 2011, y ese mismo año salieron segundos de la libertadores, y de ahí no han podido ganar una sola copa a nivel internacional; incluso el kirchnerismo, donde la Cámpora lo entonaba en cada acto (Vengo, bancando este proyecto, nacional y popular…) perdió de manera insólita las elecciones nacionales y de la provincia de Buenos Aires. Un amigo peroncho me confesó que ese tema esta rotundamente prohibido en los actos. El que quiera creer, que crea…
«POP GOES THE WORLD», de Men Without Hats
En su momento, Guiness World Records lo consideró que el videoclip más alegre del mundo. Y no es para discutir mucho, porque la melodía de estos canadienses es tan azucarada y pegadiza que uno no puede evitar sacarse la remera y gritar como converso. En algunos foros dicen que los primeros en cantarla fueron los uruguayos, pero como con el dulce de leche, me permito desconfiar. Si el lector me perdona el egoísmo, este tema es y será siempre RIVER PLATE, VAMOS RIVER PLATE…
«ZAPATO ROTO», de Los Náufragos
En los setenta estos tipos fueron más grande que Perón y Jesús juntos, y los hinchas no tardaron en apropiarse de la melodía para hacer promesas de volver a ganar algo. Un datito curioso es el de su manager, Francis Smith, quien también participó de la composición del tema «Estoy hecho un demonio», que sirvió de base para el «Movete (…), movete…», que cantan los hinchas volcando todo el vinito en cartón.
«NAS STAV», de BHFanaticos
Si hay alguien que se toma el futbol más en serio que los argentinos, son los bosnios. Un verdadero símbolo de resistencia en su país, estos ultras (o barrabravas) tienen filiales en varias partes de Europa, y hasta cuentan con su propia línea de merchandasing oficial. Esta canción, que en su idioma significa Nuestra madre, Bosnia, está orgullosa de nosotros, le pega sin asco al gobierno, a la dirigencia, a la ONU y a los serbios, todo con unas metáforas sobre su geografía e historia que vale la pena buscar en internet. Acá en argentina, sin embargo, la riqueza semántica se pierde en la traducción, pero nos queda un bastante pegadizosos cagón, sos cagón. Peor es comprar alfajores en Madrid, digo yo…
«TRACTOR AMARILLO», de Zapato Veloz
Otra con algo de calzado en el título. Al parecer, estos gallegos fueron muy populares en Iberia durante los decadentes 90s, porque se la jugaban cantando temas sobre política y haciendo chistes sobre el bigote de Aznar. En tema de canticos hay cientos de versiones: Che leproso pelotudo, le robamos la bandera, o Soy de River vago y atorrante. Lo cierto es que a nivel musical la transición los hizo mierda a los españoles.
«IT’S A HEARTACHE», de Bonnie Tyler
Un día a la buena de Bonnie le encontraron unas pelotitas en la garganta; nada grave, pero los médicos le recomendaron que descasara su voz por un tiempo. En ese entonces todavía era una cantante desconocida, y acababa de recibir la oportunidad de grabar con una importante discográfica. Obviamente, fue al estudio, y mientras grababa la voz se le puso carrasposa. Algo se había roto, pero para bien, y desde el mundo conoce ese inconfundible tono desgarrado. La misma canción responsable es esta desolada tonada sobre corazones rotos, fue la que los hinchas tradujeron en un llanto para que sus jugadores pongan más huevos, porque no juegan con nadie. La canción ahora es infame entre los hinchas de River, al que muchos consideramos como la metáfora que resume los años previos del descenso. A tal punto llega infamia que si te encuentran tarareando la canción podes aparecer al otro día colgado del puente Labruna.
«MARCHA RADICAL», autor desconocido
Podría escribir una nota entera sobre los vínculos de la política y el fútbol; pero como la nota ya me va quedando larga, me limitaré a subrayar que el famoso “Dale Bo, Dale Bo” que se canta cuando hay un córner o tiro libre, es calcadito de la marcha radical. Esta a su vez, toma el ritmo y la melodía de una canción de los Bersaglieri, el cuerpo militar de la extinta corona italiana, los cuales se movilizaban en bicicleta al campo de batalla. Lo que es la cosa más italiana y cuqui que vi en mi vida. Un datito más: si aceleras el ritmo de la canción, como cuando mete un gol bokita, la canción se transforma en la estrofa de la marcha peronista, en un loop que repite “Perón, Perón, que grande sos…” con el nombre de tu equipo. Disfruta sacando de quicio a tu amigo gorila con esa semejanza.
ES TIEMPO DE ALEGRARNOS, de SHERIKO
Vamos chicos, que ya no es delito…MAURICIO MACRI LA PUTA QUE TE PARIO. El famoso MMLPQTP sigue el vaivén de un hit olvidado de finales de los setenta. En lo que podría ser él come back más peronista de la historia, este tema se compuso en la época del Perón herbívoro, casi moribundo, en el que parecía que todo iría bien. Bah, después vino Isabelita y los militares. En los foros encontré que el primero en cantarlo fue Boca con “Va-mos-Bo-quitaque-tenemos-que-ganar”, después lo siguió Racíng y hasta llegó a la selección. Después, durante el reino de terror de Angelici/Tapia, su vínculo con el Gato fue recordado por los hinchas de San Lorenzo y de ahí se volvió una constante de las canchas. Su cantante, Sheriko, es el claro ejemplo del artista línea C que, sin que nadie lo sepa, compone y lanza temas sin descanso. Treinta y seis discos tiene, y todavía sale de gira.