Evidentemente tengo un problema con hacer listas, pero ¿por qué 7? Porque es 2017 y básicamente se me canta. Entonces voy a dejar los 7 personajes que, a mi criterio que es el que está inflado hasta las pelotas, me llenaron, desbordaron y colapsaron la paciencia cual sumidero de estupideces. A saber:
– El pajero: resulta que llegó de comer de lo de mi amiga Daniela, reviso el Face y Roberto Tuamor me saluda porque me ve conectada. En realidad me saluda su amigo y me refiero al de ahí abajo. Ojalá fuera una situación que solo pasa en la madrugada, pero no, el «ola bb» seguido de una explicación de que no soy prostituta, se ha hecho una constante en mi vida diaria.
– Los quilomberos: ¡cómo abunda la gente sin vida!, porque tenés que estar muy al pedo para pelearte por las redes sociales, que arma bardo con otros «personajes». No me malinterpreten, no distingo entre los pertenecientes al Mendo o no, somos todos salames virgos publicando choteras por igual. Cada vez que empiezan una pelotera virtual, me las imagino como Don Quijote peleando con sus molinos de viento ¿Qué tinte poético le dí no? En fin, de ponerla ni hablar…
– Los haters: por una extraña razón nos encanta ponerle nombres en inglés a cosas que tenemos hace milenios definidas en castellano, pero obvio… es más «cool» (?) decirlas en inglés. Los «odiadores» son un detestable grupo de personas cuyo único objetivo es criticar todo lo que los demás hacen, sin importar el fondo, ni realizar críticas constructivas y sin ánimos que el objeto de su crítica mejore, sino que pretende que se extinga. Todo con el único fin de lograr fama a costa de lo que tanto odia y ser reconocido por algo «distinto».
– Los tribuneros: el tribunero es el «google trends» de los temas, es el «trending topic» de la sociedad, pretende estar a la vanguardia de cuanta temática exista en el ambiente. Y ahí lo tenés al pelotudo/a opinando de todo, preguntando por todo, dando su insufrible opinión o comentario ante cada situación, cada problema, cada noticia. Intenta generar discordia, quiere marcar tendencia y busca armar tribunas sobre cada situación. Infumable persona vacía de contenido. Es como un meme de las noticias… hoy es furor y mañana nadie sabe quién es.
– Los inestables futboleros: la bipolaridad refleja un trastorno de la personalidad que lleva a alguien a pasar de estados de ánimo fervorosos al bajón más penoso de un segundo para el otro. A la mañana son un sol, a la tarde una tormenta huracanada que viene a llevarse medio planeta. Este 2017 ese síndrome lo padecieron muchos amantes del deporte del balompié con la selección… fuimos desde el peor equipo de la historia con el hijo de puta pecho frío de Messi, hasta el equipo con más huevo y garra de los últimos tiempos dirigido por el mejor jugador de la historia de la humanidad… todo en un lapso de 10 días. ¡Qué banda de cansadores por dios!
– Los profesores de lengua, habla hispana, filosofía y letras y la re concha de su hermana: este grupete de eruditos de la paja están al salto para sacudirte en las redes cuando se te escapa un puto error ortográfico. No les calienta lo que pusiste, si es un estado digno de Kafka o un cuento de Cortázar, ellos están ahí para marcarte que te faltó un acento, que es haya no halla, vaya no balla, iba no iva, cayo no callo… desvirtuando todo el texto.
– Las vedetongas de las redes sociales: El recurso de mostrar el culo para que un grupo de pajeros le levanten el ego, porque la autoestima la tienen bien alta, parece ser que no tiene fin. Pero después salen con post tipo «Si usted no me conoce cierre el orto». A ver, expone toda su vida, hijos, familia, actividades, trabajo y sobre todo OGT, todo el tiempo en la misma red social donde publica eso. Si no querés que opinen, no te expongas ¿no? Es como armar una vidriera, con muchos culos y tetas, para que sólo digan lo que querés escuchar. Lo que más me gusta es que si tienen absoluta libertad de decirles cualquier burrada a los demás, sobre todo si no vas con su “ética visual”.
– Los subidos al poni: Porque subirse al caballo les queda grande. Me cuesta escribir esto sin reírme, o que me desborden las ganas de darles un beso en la frente. Publican un par de post chistosos, el 60% robados y se creen celebridades, acusan a otros de colgarse de su fama, ningunean al resto que hace lo mismo, repito sean del Mendo o no. Parecen Moria Casán con su “el decorado se calla”, sin la fama e ironía de ella, porque lo único que tienen es un ego inflado como tutuca…con aire.
– Los rebeldes: con y sin causa, puede confundirse con un hater o un quilombero, pero lo que lo identifica es ser abanderado de causas perdidas o pelotudas. Se cree re loco por fumar porro, salir y ponerse en pedo, volver a cualquier hora, cogerse cualquier cosa, putear a la iglesia y al Estado, consumir porquerías, entre otras cosas que muchos hicimos pero maduramos. Se autodenomina adorador del demonio o hijo del mismo, le gusta “darse en la pera”, cosa que no sé qué significa y no hay pruebas científicas de que sepa pagar un impuesto.
– Los que hacen listas por todo: La vida no es un mandado del supermercado, te van a decir una cosa, o tal vez empezaron con 7 pero terminan con mil giladas, siendo tan caraduras que las juntan, las redactan y hacen una nota para el Mendo.