Estaba craneando alguna forma de mandar una nota donde clasifique gente, como quién cataloga muñecos, autos o saleros. Y fue que me vino la inspiración: mezclar las dos cosas que me gusta hacer. Escribir de los corredores. De los “Runners”.
Como en toda actividad, si uno los ve de afuera, puede llegar a simplificarlos: son un locos que corren ¡Qué ganas de cagarse de calor, frío, mojando, etc.! Pero cuando uno entra, como lo haría en cualquier secta, descubre un amplio y variopinto universo.
Y voy a empezar desmitificando algunas cosas:
Sólo basta un par de zapatillas: mentira. Podríamos decir, que solo bastaría un buen par de zapatillas, pero de esas que no bajan las dos lucas, si no querés terminar con las rodillas, tobillos y pies hechos mierda, por nuestro carácter Menduco, ese de ser patalarrastra. Y si te enganchás, vas a necesitar dos pares: unos de calle y otros de trail para los cerros. Porque si llevás los de la calle al Arco seguido, por ejemplo, los terminás destrozando y vas a patinar porque es como si llevaras la suela enjabonada. También vas a necesitar, pasado un tiempo de las llamadas mochila de hidratación, porque no da andar por el desierto o el pedemonte con una mochila escolar y una botella de dos litros de agua Villa. Y si seguís, bueno, creo que captaron la idea.
Vas a conocer amigos: segunda mentira. En Mendoza, lleno de gente parca (por no decir careta) lo vas a hacer si entras a algún grupo de entrenamiento. Y esos se pagan, como los clubes. Si vas solo con zapas buenas, y la ropa es de Balbi o Castellanas, vas a tratar gente en los entrenamientos, pero no esperes que te inviten a las juntadas. Y de las minas/vagos olvidate. De hecho, el runner, cuando te conoce lo primero que te mira son las zapatillas. También tenés que anotarte en carreras, que también se pagan. Ahora, si no hacés nada de eso, vas a terminar más solo que Kung Fu, y a la media o a la larga vas a dejar de correr.
Olvidate de los remedios: esta mentira es hasta cruel. Para dejar remedios como antidepresivos, ansiolíticos o contra el colesterol vas a necesitar tiempo y asesoramiento médico. Ni hablar de cosas como la diabetes.
Pero vamos con la clasificación
Los atletas
Este grupo lo conforman los tradicionalistas. Los puristas. Ellos compiten para el podio. Ellos corren como parte de disciplinas más amplias. Para ellos, el runner sería un corredor de fondo. Miran con recelo a la nueva moda del running, porque ellos son los verdaderos cultores de la disciplina. Son muy serios en su pomposidad. Un atleta experimentado no entrena con sus alumnos. Lo supervisa con cara seria a un costado de la pista. La mayoría vive de viejas glorias, que como ya no se suben a los podios, ven como engordan sus panzas.
Organizan carreras, porque nos le queda otra, ya que nadie los sigue, pero recién ahora han empezado a entregar medallas a todos los que terminan. Pero tienen una costumbre cruel: otorgan la medalla al ganador más lento, al último.
Los Runners
Estos conforman el grueso de esta religión. De esta secta re jodida que cuando se fanatizan son peor que Herbalife y los Testigos de Jehová juntos. El punto es que por ese tema de la fisiología, hay dos cosas seguras: corriendo se quema la toxina que genera el stress, y las endorfinas inundan nuestra sangre. Se sienten espectacular y relajados. Siempre y cuando logren calmar los dolores que los hacen sentir miserables, cuando llevan un par de semanas corriendo. Entonces se presentan con sus amigos no runners haciendo todo una cátedra de las bondades de tal actividad, blandiendo argumentos muchos de ellos sacados de Internet.
Sigamos encasillando. Dentro de los runners tenemos:
Los semidioses
Estos nacieron para correr. Se mueven en calle, en los cerros, en el desierto o en la montaña como quién camina por su casa. Recorren distancias enormes. Entrenan como atletas de alto rendimiento, tienen dietas especiales y la ropa que usan es de la llamada técnica. Pero, no los confundamos con los atletas, no, estos tipos sonríen, la disfrutan, se vuelven a ayudar, generalmente asisten a los profes, se juntan al terminar las clases y hacen el asado.
Los elfos
Estilizados, sumamente fotogénicos, de no más un metro setenta y cinco de altura. La ropa que llevan les queda perfecta. Corren despacio, charlan, posan para la foto. Las mujeres son preciosas, casi diosas, algunas se arreglan para correr, usan biyou, combinan la ropa. Son la imagen del running.
Algunos tienen su propio lenguaje: Hacemos Running, y nos juntamos en el meeting point. El outfit que llevamos es de “Naic”, o Salomon, o Adidas. Realizamos actividades Outdoor. Llevamos la hidratación en el Camelbak. A veces hacemos Trail Running o Trekking. Abusan de los hashtag en Instagram, de los cuales la mayoría son en Ingles.
#Trekking, #ArcoHill #Friends #Fullmoon #Bus114-115 #RedBuscharged #TetraTintoatCumbre
Las leyendas
Aparecen de golpe, todos menos uno que recién entra los conoce. Se mueven con los que apenas gatean, pero cuentan hazañas dignas de Hércules. Uno les desconfía, pero aparece un semidios y confirma su historia. Resulta, que estos tipos se creen eso que el cuerpo tiene memoria, y pretenden en quince días recuperar a los cincuenta algo de la gloria de los treinta…
Los que conforman el relleno
Si bien los Elfos son la foto del running, hay un grupo que lo sostiene. Y es una mescolanza de fenómenos que transitan un largo camino hasta convertirse, según cuenta la leyenda, en semidioses. Y es como una vez dije: o naces con talento, o lo desarrollas con disciplina. Es decir, si no naciste semidiós, vas a transpirarte todo para llegar a una media maratón. Pero los tipos lo hacen por motivos que trascienden el deporte: una enfermedad, una depresión, trastornos de ansiedad, dejar el cigarrillo, superar un divorcio, etc., etc. Muchos de los youtubers que sigo se valen de estos testimonios para generar visitas en sus canales. Si, dije bien, testimonios. Parecen que están, y así lo viven, en alguna religión. Uno suele escuchar al correr con ellos las cosas por las cuales se decidieron a correr, o como se van sintiendo mejor de a poco. Estos grupitos, son auténticas sesiones de autoayuda. Que se continúan después en el algún asado, juntada, pizzeada, café, boliche, etc.
Pero saliendo de lo solemne, podemos encontrar casos particulares:
Los que se fanatizan por todo: y a los dos meses de correr ya quieren correr una media maratón (21k) y antes de empezar se agitaban paseando el perro.
El robocop: que tiene encima todos los accesorios, reloj con gps, pulsómetro, visera de marca, zapatillas especiales según el terreno, ropa de telas que ventilan y secan la transpiración, un celular en la riñonera, otro en el brazo con un brazalete especial, distintas apps para medir su rendimiento, etc, etc.
Las minas que corren mientras hablan: y en especial las que se caminan todo (dos vueltas al lago del Parque), y lo hacen destripando a los ex maridos.
Las comadres: son generalmente de más de treinta, que llevan algún tiempo en el grupo de corredores ¿por qué el nombre? Porque se te hacen amigos en Face, en twitter, te siguen en instagram. Te re stalkean. En el entrenamiento te preguntan todo lo que pueden de tu vida ¿Y para qué? Para engancharte con alguna otra comadre. Son amigazas. Buena gente.
La Vedetona: es una comadre, que además tiene glamour y la sabe lunga. Hay algunas que cuando las ves te quitan el aliento, y ya saben que la viste. Además que imponen su presencia, se arreglan como los elfos, pero sin la parafernalia lingüístico. No les hace falta. Ya están de vuelta, así que corren porque les gusta y ya tienen un grupo de amigas con las que además hacen ciclismo y se conocen la mayoría de los cerros de la precordillera. Hay un par que me tienen loco.
La sub 23: no se bancan más de seis meses, y dicen que dejan por la Facu, pero después en Face y en Instagram solo se ven selfies con el gato.
Los viejos incombustibles: Corren callados, serios, haga calor, haga frío, llueva, nieve. Siempre serios, salvo cuando llegan, salen o al descansar. Muchos son leyendas. Corren parejo, y en general solos. Conozco uno mezcla de leyenda y semidios que casi no entrena y de pronto se hace 50k de noche, con frío polar, en remerita y con solo dos litros de agua (por las dudas);
Los “chicos que buscan chica”: que van a correr exclusivamente por lo social, digamos, para ver si levantan algo. No duran mucho, porque se dan cuenta que tienen que correr para que las elfas se fijen en ellos y las comadres los huelen de lejos.
El líder: Estos se creen líderes de manada, y manejan los miembros de su “jauría” con el dedo: vos si, vos no. Se creen elfos, y aspiran a semidioses. Como a la gente “lechuga” (ver nota), hay que hacerse un lado y dejarlos.
Los “de atrás”: Estos son los épicos, los heróicos. Puede ser que estén pasados de peso; o nunca corrieron; gordos y/o grandes; o mayores de cincuenta, la cuestión es que les cuesta mucho. Hasta que logran adquirir técnica, corren doblando apenas las rodillas, y transpirando como condenados. En la cara se les vé la intensidad con que encaran una subida. Casi con bronca. En los entrenamientos llegan solos, o acompañados del profe que cierra. En las carreras llegan atrás, padeciendo cada metro, pero al cruzar el arco los inunda le felicidad. Generalmente si algún medio cubre un evento, sacan la foto del que llega último. Tienen mi respeto.
Me puedo seguir explayando, pero las notas del Mendo en general no suelen ser largas. Siguiendo el tema que trato, el de los corredores, constituyen una tribu ubana cada vez más masiva. No se puede negar, porque aunque no veamos las carreras en los medios principales, si hay un ESPN Run y en las ciudades grandes hay eventos casi todos los fines de semana. En las tiendas de ropa deportiva vemos muchos productos técnicos. Algunos visionarios han visto en esta actividad junto con el trekking (caminatas) y el ciclismo formas de crear eventos turísticos. La carrera más top de la Argentina recorre sitios exclusivos del sur patagónico. Y junto con el participante va gente como familia, entrenador, amigos. Cuando se celebra el Ultra Aconcagua, por ejemplo, la villa de las Cuevas celebra. Y la MIM (Maraton Internacional de Mendoza) ofrece junto con la inscripción, pasaje, hoteles, transfers y excursiones para la gente que no es de la provincia.
Agradezco los aportes dos personas: un runner amigo, menduco por adopción. Vende humo y futbolero apasionado. Y el otro, un menduco de pura sepa, fan del rojo a morir, bien patalarrastra, miembro eterno de “los de atrás” , que fue el que me sugirió el tema.
Bueno gente, dejo de escribirles, les mando un saludo y me voy a entrenar.
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