- El shófer: posee dos características indispensables: pelo largo con cubata y rulos y una panza interesante. El Shófer, encamisado, de pelo largo y escuchando pasodobles (como el cuarteto Imperial o La Leo), cumbias viejas (como el Conejito Alejandro, Pocho La Pantera o Antonio Ríos) o Luismi (como Luis Miguel, ¿viste?), es una especie de Cacho Castaña o Sandro desvencijado y echado a menos, entrado en barrio, calle y mucho más grasa. Por lo general son mal agestados y ver como se te pasa el bondi o verte correr les genera un placer sobre natural. Tienen un fetiche extraño con los muñecos de peluche y los cd’s, por ese motivo los cuelgan en el frente de sus naves, cual feria persa exhibiendo mercadería. Son enemigos férreos de los tacheros y les encanta pegarles el paragolpes del bondi a centímetros del auto de la señora o la pendeja novata del volante.
- El cumbiancha: es una mezcla rara, un híbrido, una cruza entre los chimbitas de antaño con un Leo García comilón y chupa pito. Ahora se hacen llamar “wachiturros”, o sea, son una especie de chimba puto. Tienen los accesorios típicos del chimba: gorra, pantalones anchos, mansas llantas, lentes de plástico negro y camisetas onda rap mezclados con una ceja delineada, afeitada o unos aritos maracos. Van escuchando cumbia al re palazo en un celular monofónico que rompe los tímpanos hasta del nono que va al Pami a reclamar los audífonos. Tararean la música y si te descuidas se tiran un paso en el medio del pasillo.
- La panzona: la piba no solamente es gordita y está re tirante de cara, sino que por alguna extraña razón se le escapa la panzota del pantalón. Si va parada le apoya la panza a los que van sentados, generalmente en el brazo o en el pelo y si va sentada se le escapa el sensual mondongo, blanco y tirante, entre la remera y el pantalón. La panzona no tiene complejos y el bamboleo que genera su panza al ritmo de los badenes y pozos de la calle te genera alegría y te alegra la mañana.
- El apoyeitor: este espécimen puede ser de cualquier edad y estrato social. El obvio que el tipo está en celo y tiene un morbo infernal. No para de apoyar minas, cualquier fémina es objeto de su objeto, viejas, pendejas, estudiantes, trabajadoras, solteras y hasta con nenes. Se pone pantalones finos, como de vestir o yogin, para sentir más el roce y cuando logra posar el pajarito en buen puerto mira el horizonte soñando que está en una playa del caribe con una negra tetona. Generalmente tienen granos y son cortos de palabra, el bondi es el único lugar donde pueden tener contacto con alguien del sexo opuesto, por lo que no necesitan hablar. Implora por badenes y curvas pronunciadas.
- La ayudante del contador/abogado: la pobre mina viene atestada de papeles, su jefe, un asqueroso explotador, no solo la tiene en negro y le paga miserias, sino que le hace hacer todo el trabajo de él y la manda a realizar los peores trámites con las peores colas, llámese tribunales, bancos, registro de la propiedad, fiscalía, afip, etc. Es para que la nena pague el derecho de piso ¿vio? A la desdichada se le escapan los papeles y formularios por todos lados, trae varios hechos un bollo porque es obvio que en el camino se tropezó y volaron por los aires, otros vienen manchados con café o mugre de la calle. A la mina la está matando la correa del bolsito, que también viene atestado de cosas, pero no puede acomodárselo porque se le cae la triple resma de papelería que lleva. Va haciendo malabares y equilibrio en los pasillos del bondi y es el blanco perfecto del “apoyeitor”, por no contar con manos para defenderse.
- El zombi: el zombi sube hecho teta al bondi, viene caminando pastoso por el pasillo, como cagado a palos, molido por un mal dormir y de movida cansado, sin haber empezado su jornada laboral. El zombi no va ni dormido ni despierto, sino en estado neutral, va a los cabezazos, trastabillando con cada frenada y como drogado. Si logra sentarse, se le escapa un ronquito o una baba y abre los ojos gigantes como dos platos para ver si alguien lo fichó y al toque vuelve a sumergirse en una nube de algodón. Si va parado medio que se duerme y pega tremendo sacudones que asustan a las personas aledañas a su semblante. El zombi no se sabe si va o viene de trabajar porque está quemado de igual grado.
- El vendedor: lleva consigo la ganga del busca, para la cartera de la dama o el bolsillo del caballero. El vendedor tiene voz gruesa, se sabe los versitos de memoria y ofrece cosas extremas: o básicas y elementales (que nadie compra por berretas) como una lapicera o una trabita para el pelo, o tecnológicas y modernas (que tampoco nadie compra por inservibles) como una calculadora sumergible o un llavero que se te vibra cuando suena música cerca. El vendedor te enchufa la mercadería en tu mano o te la tira sobre el asiento, para luego buscarla con cara de bronca si no le compras. Siempre cae uno que otro más creativo o arriesgado, vendiendo enciclopedias y hasta estuches para el “ipon” o “blaberri”.
- La vieja inoportuna: Tu viaje dura dos mil horas, hace mil novecientos noventa y nueve horas que estas parado y justo cuando se desocupa un bendito lugar aparece la ñora con cara de perro mojado, mirándote con ternura. Perro mojado que se transforma en dragón vengativo y ternura que se torna en ira demoníaca si no le cedes el lugar. Los tobillos no te dan más, pero preferís darle el lugar a la vieja oportunista y no ser el centro de repudio de pelotudos de traje y zurdas que van a estudiar ciencias políticas. La vieja tiene más cintura que Messi para gambetear muñecos y llegar en el instante preciso que se desocupa frente a tus fauces la butaca. Vieja forra.
- El enfermo del timbre: aparentemente el tipo tiene dos traumas severos, o de chiquito lo abandonaron y teme pasarse de parada o perderse dos cuadras después o no tuvo infancia y nunca lo invitaron a jugar al rin-raje. El tarado va agarrado del caño del timbre, tocándolo cada dos por tres y miroleando a ver si era o no la parada indicada. No le importa en lo más mínimo anticiparse y que el bondi pare setenta veces hasta que se baje, sino que le preocupa pasarse y que su vida tenga un triste final, perdido y solo en la ciudad. Cuando va bajando solo pensas en que lindo sería darle un “tatequieto” en la nuca así le agarra cagazo al bondi y no vuelve más.
- El ordinario: generalmente es un pendejo de secundario, desaliñado y con cara de choto. En el mejor momento de su viaje, ese cuando el micro va atestado de gente y no cabe un alfiler, el flaco se caga espantosamente, sin repudio ni piedad por nada ni nadie. Aprovecha una frenada, un timbrazo o bocinazo y el inmundo emana su contundente gas mortal haciendo desfallecer a los que lo rodean. Tiene todo tan planeado que a los segundos de haber expulsado el gas letal, se abren las puertas del bondi para que alguien suba o baje y el viento hace que la porquería se esparza por todo el vehículo, llegando a las narices del chofer que mira por el espejo retrovisor indignado. El olor apesta y queda hasta en los cuellitos de las camperas. Por lo general luego del acto, el ordinario mira para arriba y busca cómplices.
- La picnic: parece que acabase de darse una vuelta por el supermercado, no se sabe de donde saca tanta mercadería, pero se abre esto, se abre aquello y no para de consumir. Abre una latita de coca con un alfajor que tiene en el bolsillo, tira la lata y el papel a una bolsita que tiene en el codo y saca una barrita de cereal y un yogur y se lo manda y vuelve a tirar todo en la bolsita. De pronto saca un chocolate y una botellita de agua Ser, se lo termina y saca un puchito y se lo deja en la oreja para fumárselo apenas baje, no sin antes mandarse un chicle y un alka rojo al mismo tiempo. La bolsita va atestada de papelitos y mugre, al menos tiene conciencia ecológica la picnic.
- Los filos: de movida están colados en el bondi. Los filos por lo general son dos guachines que están al salto para ver que se arrebatan. Si no se arrebatan nada van mirando y sacando la ficha de todos, gastando a los que tienen cara de gil, piropeando groseramente a las minas lindas y delirando a los viejos cagones. Aprovechan cuando el bondi está hasta el culo para manotear alguna billetera, celular o lo que fuese de la cartera de una señora. Si los agarran se ponen a llorisquear para dar lástima diciendo “no don, no me pegue, no me pegue” para bajarse y mearse de la risa. Los filos son picantes, delirantes y rápidos como las ratas.
- El pibe atleta: el flaco se tiene que tomar setenta bondis para llegar a destino, por lo que viene corriendo desde una parada a la otra, porque si se pasa un minuto se le escapa el micro y llega tarde. Es por ello que viene transpirado, con olor a chivo y respirando profundo. Llegando a su parada se pone a elongar en el pasillo del bondi porque sabe que se tiene que bajar y correr doscientos metros al 100% para que no se le pase el segundo micro. El atleta es flaco y desaliñado, viene con ropa cómoda y una mochilita muy ajustada para que no le cague el envión. Es mágico ver como, llegando al bondi y sin dejar de correr, saca la tarjeta o la guita para ir pagando en cuanto pisó el vehículo.
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Personajes típicos del gimnasio
El año pasado escribíamos:
Parecidos menducos (segunda parte)
los pendejos a la salida de las escuelas… las pendejas putean màs que la barra brava de Chicago y los pendejos se tocan y se rascan sin pudor; total, son menores y no los podès cagar a piñas…
Exacto.. Creo que con la hinchada de Chicago quedaste corto.. Me la tiro por la Deportivo Italiano.. En fin..
Son peor que Shofer de camión las niñitas. Y a los flacos te dan ganas de cagarlos bien a trompadas.
Muy buena nota!!! Te falto los que largan olor a chivo en el verano, y no por correr… Jaja
Tararean la música y si te descuidas se tiran un paso en el medio del pasillo. jajajaj me hizo reír mucho el wachiturro, pendejos del orto! Muy buena nota, te falto la cotorra, se pone a charlar con la amiga o por teléfono, cree que esta sola y no le calienta si hay gente en el bondi, ella habla sin problemas a toda voz, te dan ganas de decirle nena, baja el tono, por que tiene una voz de pito impresionante.
Yo para defenderme de la : «vieja inoportuna» me duermo y despierto a voluntad, muy convenientemente,seleccionando que señora me cae bien para dejarle el asiento, y cual no…
Nunca me sentí tan identificado con algo, como con el pibe atleta!
También tengo un imán para que los filos se sienten al lado mio, aunque no me joden, se la pasan rompiendo las bolas a todos los pasajeros, aunque a veces dicen cosas muy ocurrentes; y cuando pueden se llevan algun trofeo.
Bomur Genio!!! (?)
¡ay que puto ese «genio»!
Qué fauna!
AJAJAJAJAAAJ soy una mezcla rara entre zombi y la picnic q horror!!! lo peor del micro!
excelente nota pero faltan algunos detalles…como el de las señoras q se sientan justo al lado de uno y empiezan a contar historias q no tenes ganas de escuchar por q queres ir durmiendo..o los zombis q cuando se duermen en los asientos dobles, sin ser de su propia voluntad obvio apoyan la cabeza en el hombro de la dama o el caballero, la manada de colegiales q entran al micro y se produce una mezcla rara entre griterío y susurro peor q en los adentros de Bonafide!!
la puta madre…. soy un «apoyeitor»
Odio a todos y cada uno de los q onmbraste bomur!!!!y me los cruzo cada mañana ¬¬ porq no va gente normal…hoy me enoje con una viejita…no porq sea viejita tiene q ser maleducada y empujarte(literalmente ) para subirse al trole antes q vos…ya estaba por terirle u na super sayayin cuando me dije: Sparrow comportate, q sos mayor de edad y podes ir en cana por pegarle a una ancianda…
Y el imbécil q no sirve ni para repuesto de tarado, que se para en la puerta, y apoya la mano sobre el tiembre PERO NUNCA SE BAJA!!!! Y cuando tenes que bajarte sucede lo siguiente:
Persona: -Bajas en la próxima parada??
Imbécil: -NO
Persona: (El pensamiento es «Y SI NO VAS A BAJAR PORQUE NO TE CORRES DEL MEDIO PEDAZO DE ESTORBO) Pero nos limitamos a un educado: Ah, me das permiso?….
Falto el gil que va puteando (o sea yo)por que la garcha que tiene de auto, cada dos por tres lo deja a pata y debe volver al odiado bondi y su fauna!!!!!!!
Bueno está de más hablar sobre el nuevo especimen. Por ustedes llamados el cumbiancha, este ahora ha crecido considerablemente. Ese que sube con su celular de gama media-baja con reproductor de MP3. Un parlante casi tan sufrido como los viejos Nextel. Con su música tropical a todo lo que da, sin siquiera pensar en que las viejas ortivas se van a quejar porque el nene escucha música que habla del porro y demás estupefacientes.
Muerte a todos ellos.. Soy algo así como el zombie..
Iván!
Justamente, recién recién me bajo del bondi y habían tres de estos personajes. Lo que me embola es que hacen lo imposible para llamar la atención. Se sientan en filas diferentes y mantienen diálogos a los gritos para que todos los escuchen. O le gritan al otro, escuchate este tema, HABLA DEL PORRO, está ye güeno (aunque seguramente ya lo escucharon ambos antes de subirse al bondi, pero es parte del «acting»). En fin, pobres tipos.
puedo adherir a tu pedido?
A mi me encanta el micro, me hace descansar del auto y siempre llevo dos elementos: libro para leer por si hay asiento o musica para cuando no lo hay. Que comentario mas choto, pero lo pude descargar por fin.
Te faltaron esas personas con olor a chivo, pata, pito, bolas, mugre,etc, etc!!
Yo soy la zombie que vuelve a su casa después de 7 horas en la fucking facultad que va dormida con la cabeza apollada en el respaldar y me embola cuando se llena y tengo q sentarme porque me tiran los pelos!
Te faltó la madre del altiplano en proceso de amamantamiento! El resto tal cual!
A mi me paso una vez llendo el 19 de Lujan al Centro, para ir a laburar, un sabado ala mañana, tipico, generalmente vuelve alguno que anda medio en pedo, me siento en los asientos indivuales por el medio mas o menos, y el personaje que tenia atrás mio, no tuvo mejor momento! que vomitarme en la espalda justo cdo quedaba 1 cuadra para bajarme!!!!! jajajaja No saben que asco, y tuve que sacar estomago de donde no tenia para no aguantarme vomitar yo tmb por el olor!( y lo mas gracioso es que me lo tome con humor barbaro y me cagaba de la risa mientras todos me miraban y seguro que pensaban pobre flaco jajajajajaja) me baje en calle san juan y alem y me meti en el primer negocio de ropa que habia abierto a comprarme una remera ya que la camisa estaba toda enchastrada jajaja, dps le pase como gasto a la empresa la compra de la remera jajajaja
Faltó el grupo de maestras. El 90% de maestras q se suben a un bondi, piensan que van de «viaje de egresadas» sin importarle que están bastante entradas en año, con perfume de prostíbulo (no es que alguna vez fui a uno, sólo me contaron como es ese olor), maquillaje berreta y carnes caídas (incluye tetas y culo, aparte de la zapan). Se suben a los gritos, peor que los guachos de la secundaria empujando a todos con la maleta o con las bolsas. Ven que no hay un puto espacio en el pasillo, pero ellas quieren pasar, sin importarle si te tocan el bulto o el orto. No importa. Ellas pasan después de empujar a medio bondi. Si una agarra asiento y la otra no, se la pasan gritando todo el putísimo viaje. Ahí te enterás que la celadora es re puta o que el profe de educación física esta re fuerte, pero se garcha a la secretaria o cualquier especie de puterío escolar. Si, una agarra un asiento atrás de la otra, se gritan girando la cabeza como la guachita del exorcista. Y, para completarla, si el shofer viene con un colega o con «el chancho» (inspector) se le caen las babas, mientras los otros se cagan de risa de lo baqueteadas que están. Pero ellas se creen, pendejitas en viaje de egresados, eh…
que tristeza soy la Picnic! jajaa
hijo de putaaaaaaaa…te zarpaste con esta nota…ÉPICA, GENIAL, Y PARA RE CAGARSE Y MEARSE DE RISA…!
lo único q te faltó agregar es en «La Panzona»: que si vos vas sentado y la muy culiada se te pone al lado, no sabes si darle el asiento o no…xq dudas si su zapan es de pura grasa depositada o porque tiene un pendejin adentro!…y si le das el asiento y no esta embarazada…te pega tremenda delirada…(lo cuento xq me paso…la mina no estaba embarazada y casi me caga a patadas…jajaja)
Te subis al bondi,,, super hecho mierda volviendo de la facu, laburo o lo que sea, el bondi viene con retraso por lo que ya sabes, se va a llenar hasta que derroche gente por las ventanas, te sentas bien lejos de los » asientos reservados» para no tener que cederlo, y se sube la vieja senil con 50 bolsas y tres guachos, y en los 4 reservados tenes al tipico personaje, «el que se hace el pelotudo y mira por la ventanita, o te hace la dormida»… Tarde o temprano terminas cediendo el tuyo, porque el pendejo/a choto no va a darle el lugar por nada…
muy buena la nota!! 🙂