Luego de leer detenidamente el análisis de Cristian Mendolotudo sobre el género masculino pasados los 30 en nuestra región, he llegado a la conclusión que el espécimen femenino tiene sus propias variantes que me gustaría analizar a continuación.
Vivimos en una sociedad machista, por ende que la mujer viva sola no es tan determinante como en el hombre, que necesariamente debe tener un lugar donde ponerla tranquilo y de no ser así es duramente juzgado. De todas maneras la sexualidad es un determinante y podemos diferenciar dos tipos:
LA RESENTIDA
– Sus relaciones no han durado más de 6 meses, se convierte en abanderada contra los hombres, padece el síndrome de “se quemó con leche, ve la vaca y llora”
– Su look siempre es casual porque “se acepta como es” y le importa un pito lo que piensen los tipos.
– Usa desodorante y algún perfume de catálogo.
-Sus redes sociales son un manifiesto de frases en contra de los hombres. Copia y pega todo lo referido a su crueldad, abandono, frialdad y que no los necesita.
– Tiene una carrera en la que deposita el 98% de sus energías, suele quedarse después de hora perfeccionando lo que ya está terminado.
– Si vive sola vive a base de comida chatarra y ahorra todo lo que puede para viajar por el mundo.
– Se depila cuando se siente el “Tío cosa” o hay 100% posibilidades de coito.
– Tiene de mascota un gato o varios.
– Se descargó todas las aplicaciones posibles para conocer gente por medios virtuales.
LA 348723947 SOMBRAS DE ROBERTO (quiere un Grey pero no le da)
– Estuvo en una relación desde los 15 a los 25 años, terminó como el culo y ahora quiere hacer todo lo que no hizo en 10 años en cada noche que sale.
– Ha probado más pitos que libros, disfrutando de una libertad sexual bien ganada por años de reclamos, se autoproclama diosa sexual y se cree Alessandra Rampolla de todas las conversaciones. (O sea esta genial que disfrutes todos las pichula que quieras pero no es un gran logro y a nadie le importa).
– Si vive con los padres gasta el 60% de la plata en pilchas a la moda para salir el fin de semana a enganchar algo. El otro 40% lo gasta en joda, gimnasio, peluquería y estar divina para salir el fin de semana a enganchar algo.
– Su habitación, delicadamente decorada a la moda, es una tienda de ropa, con cajas de zapatos por todas partes y un espejo enorme.
– Si vive sola sobrevive a base de mate, galletas y picadillo para poder gastarse todo el resto en los ítems anteriormente mencionados.
– La dieta y el gimnasio, actualmente es devota de funcional y el «running» (es correr pero en inglés es más top) o de lo que sea que esté de moda para tener manso lomo. Es flaca porque se caga de hambre, no se puede estar así por arte de magia, son de «alto mantenimiento».
– Se viste como de 20, con todo pegadísimo al cuerpo, pero las primeras arrugas la delatan, el pelo como de peluquería, uñas pagadas. Todo lo que una verdadera pendex no puede pagar.
– Usa imitaciones de perfumes importados, tipo «212» o «Caroulina Jerruera».
– Su Facebook e Instagram son un altar a sí misma, mostrando su lomo con poca ropa y frases resentidas tipo «el amor lo construye uno mismo». Es seguida por miles de pajeros que esperan que les de bola comentándole todo.
– Labura donde pueda ir de punta en blanco y de tacos, preferentemente oficina, secretaria o recepcionista. Si pudo estudiar es abogada, contadora o escribana, cosa de usar un trajecito sexy, ganar mucha plata y rodearse de gente como uno.
– Ahorra para ir de vacaciones a un lugar con playa y sacarse miles de fotos semi en bolas.
– Vive depilada lista para la acción.
– Tiene de mascota un perro de raza chiquito que cuida como un hijo.
– Frecuenta los vip de boliches top donde pretende enganchar un «soltero treinteañero menduco».
ACA VOLVEMOS A JUNTAR LOS CAMINOS:
– No tiene miedo al compromiso, todo lo contrario, lo busca desesperadamente. Aunque lo niegue y hable de las bondades de la libertad.
– Cuando lo encuentra no es suficientemente perfecto o generoso, contra más pasa el tiempo aumentan más los requisitos.
– Cuando lo es, lo espanta queriéndose casar a los dos días y así cumplir su sueño de vivir un cuento de hadas o peor ser «señora de».
– Termina garchándose pibitos de 20 a 25 años que están en plena joda, alto aguante y cero compromiso.
– Su familia le sigue preguntando «¿para cuándo el novio?» a riesgo de que les clave un tenedor en la yugular.
Espero haberlas caracterizado bien, tanto como mi colega Cristian «vergalarla» Mendolotudo. Ahora me voy a sacar el pijama que son las 14:00hs, darle de comer al gato y revisar mi tesis por quinta vez que creo que puse mal una coma.