“El Carrizal” es un dique en el curso medio superior del río Tunuyán. Su nombre lo toma lógicamente de los “carrizos” que son como pequeñas cañas que crecen a la vera de diversos espacios bajos con agua. El Carrizal alberga año tras año a miles de turistas y mendocinos que llegan hasta allí para poder disfrutar de un día en familia o con amigos, frente a un espacio recreacional junto al gran espejo de agua. Uno de los pocos que existen en nuestra adorada Mendoza. Hasta acá pareciera cuasi-romántica la introducción a este enigmático lugar de nuestra Provincia, visitado por todo tipo de gente durante todo el año. Pero como Ud. ya lo sospecha, tenemos que destacar algunos personajes que destiñen la hermosura del paisaje y turban la armonía de este oasis. Los Carrizalotudos.

¡Siiiii, que lindo! Esto es para hacer mermelada. Hay tanta tela para cortar con estos energúmenos nefastos, que vamos a tener que segmentar y categorizar para poder pegarles a la mayor cantidad de especímenes.

Una de las curiosidades que tiene El Carrizal, es que es un lugar que da cabida a todo tipo de públicos. ¡Ojo! cuando digo “todo tipo de públicos”, no quiero que se malinterprete, intento hacer una violenta y provocadora discriminación racial. No quiero que vayan a pensar que me volví políticamente correcto… Tenemos de todo, desde hermosas lanchas Quicksilver navegadas por G.C.U. que van a mostrar sus hembras interesadas, hasta wachines que van 3 en una scooter Motomel SP 1.500 (Sin Papeles te la tiro por $1.500) haciendo malabares entre las piedras, a darse el baño semanal que toca en verano.

Vamos con el Uno x Uno de los desagradables personajes que podemos encontrar en ese paraje endemoniado, donde algún psicópata trasnochado decidió inundar un pequeño valle lleno de fincas y viñedos para que los mendocinos tuviésemos esa falsa sensación de humedad, mientras navegamos en un mar de desechos y nos enganchamos con los alambres de púa que todavía quedan bajo el agua.

El Carrizalero de toda la vida: Una persona de familia amplia, madre hinchapelotas, lo obligaron de chiquito a practicar windsurf o a navegar en veleritos pedorros tipo “Optimist”. Gente muy triste, solitaria. Adolescentes muy golpeados, adultos muy guampeados. Duermen en esas casillas rodantes espantosas, todos hacinados; nunca pudieron concretar con una minita, vírgenes hasta los veintipico. Relaciones sospechosamente enfermizas con las hermanas, con las que duermen todos juntos. Sanos y medio mormones. Cara de pelotudos generalmente.

Los Beverly Ricos: El Carrizal está lleno de esta gentuza espantosa que va con toda su gente a pasar el día. Se los puede reconocer porque llegan todos en un Rastrojero destrozado, llenando todo de humo a su paso, con toda la familia en la caja, bajan desde la heladerita de telgopor hasta la abuela en una mecedora. Son los peores vecinos que te pueden tocar. Las madres les hacer cagar a los niñitos delante de todo el mundo y después te dejan los “teres” flotando cual castorcitos haciendo la plancha. Ponen música horrorosa, en aparatos que distorisionan el sonido. Comen porquerías y toman gaseosas y cervezas de marcas inexistentes tipo “Goliat”, “Diosa” y “Tropical”. Tiran la basura en suelo o en el dique y no se por qué, pero se meten al agua con remeras.

Los Familieros: La versión mejorada del ítem anterior, lo que no quiere decir que sean buenos vecinos. Lejos de eso, estas numerosas familias que llegan en rurales forras con toda su prole a arruinarte el día, son una horda de salvajes descontrolados que arrollan con todo a su paso. Pendejitos de mierda, malcriados que se la pasan gritando y tirándose piedras toda la tarde, mientras los pelotudos cara de panchos de los padres, deciden que es normal que vos te los tengas que fumar. Rompen las bolas desde que llegan con los fourtracksitos chinitos de $2,50 y te cagan a pelotazos toda la tarde.

Los Pibes Chorros: si bien no son mayoría, puesto que esta clase de gente no tiene ningún tipo de medio de movilidad para llegar hasta el Carrizo. Siempre hay excepciones y vehículos FDP (flojitos de papeles) que acercan a esta escoria de la sociedad, hasta este circo multifacético que es el Carrizal. Llegan entre 3 y 4 subidos a unas motitos horripilantes con parlantes que disturban la poca paz y armonía que se respira en el aire. Gritan y vociferan insultos y palabras inventadas o mal utilizadas desde que llegan hasta que se van. Te piden cigarrillos, pan, si te sobra una coca, etc. y si te diste vuelta distraído algo te rapiñan. Exudan hedor a mandarina, ajo y poxirán.

Los pescadores solitarios: estas son las raras avis dentro de la fauna carrizalera. Son viejos chotos a los que ya no les gustan las mujeres, o quzás nunca le gustaron y se dedican a pasar largas jornadas ya sea embarcados o en muelles, completamente solos intentando pescar las pocas porquerías incomibles que se pueden sacar del ¡charco embarrado ese! Ponen la radio AM, fuman cigarrillos armados, y se llevan petacas con licores fuertes para la tarde y el mate para la nochecita… Chupetean lombrices para encarnar y se dejan la mano en la chota como si nadie los viera.

Los balseros: Son de los personajes más ridículos que se pueden encontrar en el Carri. Porque mal que mal todos los anteriores son la misma porquería con distinto olor. En cambio los Señores Balseros, ¡mamma mia! Piensan que son los dueños de un gran Yate, o que están surcando las aguas turbulentas del Atlántico con un velero de Germán Frers, o que están a bordo del Pacha III en las calmas aguas del Mediterráneo. Y no son más que unos pelagatos subidos a una embarcación simil balsa, pedorra, sostenida por barriles de nafta. Generalmente son swinguers, alcohólicos, las mujeres muy putas, garcas y jugadores fuertes de casino. Los domingos van con la familia a comer asado, los viernes a la noche anclan en el medio del dique y hacen fiestas negras con falopa y trabas.

Los New Rich: Es el clásico de los clásicos en el Carrizal. Si nunca tuviste un mango partido al medio y en épocas kirchneristas la pegaste con algún comercio y te llenaste de guita o hiciste una buena jugada vendiendo merca, lo primero que DEBÉS hacer es comprar todo tipo de estupideces con motor y llevarlas al Carrizal para mostrarlas. Incluso antes de mudarte a Palmares.  Si la ganaste gracias al narco, no te vas sin dejarle una velita al nefasto recinto en el que le rinden culto al santo de los faloperos y los chorros: San La Muerte. Estos especímenes son muy fácilmente ubicables. Grandes camionetas negras, Mini rojos y Audi blancos con “yantas” y “yenas de calcamonías” conla M de Monster, o la “estreya” de Rockstar (obviamente sin siquiera saber que significa). Interminables trailers con motos y fourtracks de los más variados colores. Reggaeton en terribles parlantes sonando a todo lo que da. Intentan hacer el mayor escándalo posible para que todos los vean y los noten. Mucho tatuaje y short del Barça sin remera. Son tan grasas que chorrean mas aceite que un motor 2T modelo90’.

Los que se creen cool: Esta si que es una especie entretenida, y vaya si hay muchos. Son generalmente pendejos medio chotos, cuyos padres tienen mucho dinero y poco tiempo para prestarles atención. Generalmente de papis divorciados. Se visten como si fueran a competir en los X-GAMES de verano, tienen lanchas tipo Quicksilver que cuestan el equivalente a una casa en Dorrego. Manejan sendas camionetas y van acompañados de hermosas muchachitas que obviamente solo están interesadas en las billeteras de los galanes “pseudo-extremos”. Se pasan la tarde sacándose fotos con sus Iphones tomando Coronitas, para Instagramearlas y subirlas al Face, mientras festejan alocadamente un saltito de20 cm en el wakeboard, cual si estuvieran en “Perú Beach”. Le meten a la marimba tupido.

Para ir finalizando recuerde; la gente bien no va al Carrizo. ¡Si es gustosa de los deportes náuticos se hace el viaje a San Rafael, si son deportes sin motor, van al Dique Potrerillos y sino directamente se van con todo el circo ala CostaAtlánticaen Verano! Solo la gente horrible va al Carrizal.

Fuente de las imágenes:
www.panoramio.com

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