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De promociones, fantasmas y otras yerbas

¡¡¡Cómo me gustan estos momentos!!! Y mucho más vivirlos desde este lugar tan cómodamente neutral. Porque si hay que reconocerle una buena a Don Juli* Grondon* es haber impuesto el sistema de promociones en el Fútbol de AFA.

Porque el cóctel de emoción, nerviosismo, tensión, alegría, tristeza, decepción, desesperación que producen este tipo de enfrentamientos, es sólo comparable con el nacimiento de un hijo, rendir un final, una entrevista de trabajo, una primera cita, el deceso de algún cercano, tu primer homicidio (?), el descubrimiento de un preservativo pinchado; todo junto en una misma bolsa y en un mismo momento.

Es definir el trabajo (bueno o malo) de un año entero, en una batalla de 180 minutos a todo o nada. Es el exagerado desenlace que mostrará la gloria inmensa de los unos y la cruel desgracia de los otros.

En este divino (?) panorama se cruzaron los distintos equipos de las diferentes categorías del fútbol argentino, donde, entre otros destinos, resultó ganador un representante de la provincia (Independiente Rivadavia) y se destacó el histórico descenso a la B Nacional de uno de los más grandes clubes del país, River Plate. Este hecho se divisó en la totalidad de las tapas de los diarios nacionales, razón por la cual no haremos más comentarios en este pasquín. Si usted, lector/a, quiere interiorizarse más sobre esta noticia, lo/a invito a visitar otros portales, aquí cubrimos otro tipo de historias.

Retomando el primer párrafo, fue mi tranquila condición de neutral la que me llevó a la localidad de Costa de Araujo, más precisamente al difícil reducto del club Santa Josefina el 15, donde se llevó a cabo el encuentro correspondiente a la promoción entre los clubes de la A y la B del torneo de FEMEFA (Federación Mendocina de Fútbol Amateur), también conocida como C.U.L.O. (Clubes Unidos de Ligas Ordinarias), aunque esta última denominación ha quedado en desuso, por razones que escapan a nuestro conocimiento.

El partido de ida en cancha del modesto Ugarteche de la Liga Carrizalina había finalizado 1 a 0, con un claro dominio del poderoso cuadro visitante; que entre palos, malas definiciones de sus delanteros y una gran actuación del portero local, no pudo vencer la valla del “Uga”. El local llegó al gol con una jugada fortuita tras un corner y un mal pique del balón, que le jugó una mala pasada al golero de Josefina.

Pero ahora la mano venía distinta. Para evitar una posible hazaña, los dirigentes de Josefina el 15 se habían encargado de sobornar al árbitro, jueces de línea, pasapelotas, periodistas que cubrían el acontecimiento (ejem…), al cigarrero (que era medio buchón), doctores y al 2, al 5, al 9 y el D.T. del team visitante. Al dinero sobrante, lo habían utilizado para traer barra-bravas de otros clubes aledaños para que con su presencia provocaran “respeto” en los jugadores de Ugarteche que no habían podido “comprar”.

El desarrollo del encuentro fue, como era de esperar, un monólogo del equipo local. Las malas performances del 2, el 5 y el 9 de la visita se hacían notar en el rendimiento de Ugarteche, pero nuevamente era el portero y la mala puntería local lo que mantenía el arco de los de El Carrizal en cero. Finalizado el primer tiempo en tablas, el ambiente del lugar comenzó a sentirse un poco “caldeado”.

Al reinicio del juego, el DT visitante realizó tres cambios incomprensibles para sus dirigidos: ingresan tres juveniles sin experiencia; sale el tridente de figuras de la primer etapa (incluido el 1). Para no ser menos, el juez del match expulsó al “10” visitante, adjudicando que estaba haciendo tiempo, porque trasladaba la pelota en sus pies más de lo que debía y no “la revoleaba” como el resto de sus compañeros.

El resto del partido hasta arribar al impensado final fue emocionante. Los pibes de Ugarteche aguantando y los jugadores locales, sumados al árbitro (que a esa altura hasta había pateado sin ningún tipo de vergüenza al arco 5 veces y tuvo un cabezazo que rozó el travesaño) y al 2, 5, 9 y entrenador visitante, intentando vulnerar la invicta valla local, sin lograr el gol salvador.

Se jugaba el minuto 103 del segundo tiempo, la oscuridad de la noche no dejaba distinguir ni siquiera a los jugadores locales y visitantes, y los murciélagos ya habían acampado en los arcos y comenzado una partida de “Truco” con Drácula, habiendo elegido como primer premio al gordito del utilero; cuando el árbitro decidió finalizar el cotejo.

Fue una pena ser testigo de cómo los hinchas de Josefina el 15 se dedicaron a asesinar uno por uno a los heroicos jugadores de Ugarteche, de las más diversas y originales formas que una mente humana pudiera imaginar. Fue una masacre digna de la saga de películas de Martes 13 y Halloween juntas.

Cuando la Policía y los periodistas llegaron al lugar, fueron los dirigentes del club los que se encargaron de acudir a “Celso Borno” para que solucionara el problema criminal y para que los empleados de prensa obviaran esta noticia en sus respectivos medios.

¿Será por eso que el descenso de River fue tapa de todos los periódicos y no este histórico acontecimiento?

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