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El forro nuestro de cada día

¿Quién no se ha cruzado en este mundo con algún representante del Prime texturado? ¿Quién no se ha rajado la garganta puteando al eterno oportunista que te forrea cada vez que puede? ¿Y quién, reconozcamos, no se ha mandado una forreada culposa (pero forreada al fin) alguna vez en su vida?

Los forros pululan por la ciudad dejando olor a látex a diestra y siniestra. Hay gente que se mueve entre ellos sin registrarlos, sus forreadas no los afectan y viven felices forreados de por vida. Pero otros, como yo, tenemos un detector de forros incorporado en el hipotálamo y ante la más mínima señal de forreada se desencadena en nosotros un dominó de puteadas, gritos, fuck you’s y cuernitos acompañados por la más desencajada de las caras.

Una gran cantidad de forros sempiternos anda en vehículo esparciendo sobrecitos de gel lubricante por las calles del centro, por los accesos y corredores de nuestra querida provincia. El forro en coche es ese que anda por el acceso sur a 42 km/h por el carril del medio. 150 mil millones de pesos invertidos en la ampliación de la ruta para ordenar el tránsito para que este hijo de puta se pase el orden por el forro de los huevos. Forro también es el que lo pasa por la derecha a 120. Otro forro indiscutido es ese que se “te mete” por la derecha en el espacio de frenado que dejás, como dice la ley, entre el auto de adelante y el tuyo.

El forro citadino sabor vainilla es ese que, en medio de la calle San Martín a las 13:20 hrs. de un lunes, clava balizas, freno de mano y se baja al kiosco a comprar los puchos. Ese tipo de preservativo tiene la idea de que la baliza lo habilita a hacer lo que se le canta el orto.

Otro forro balicero es el que lleva el nene a la escuela. A 30 mts de la entrada de la escuela tiene un lugar para estacionarse, pero el papá balicero forreador se para en doble fila frente a la puerta misma de la escuela, no vaya a ser que se le resfríe el nene por caminar 20 pasos. ¡¡¡Forro!!!

Hay un importante número de camaleones lubricados efecto hot en el trabajo. El forro por naturaleza es el que nunca puede cambiar el bidón de agua del dispenser porque tiene un problema en el ciático, y más tarde lo ves en el gimnasio de Regatas haciendo sentadillas con tu vieja al hombro.

También está el forro manguero: vive pidiendo galletas, café, agua, dulce, edulcorante y mate con la promesa de “la próxima convido yo”, pero nunca hay próxima porque jamás trajo ni una puta galletita de agua. La típica tulipán con gel es la que toma el café con leche y deja siempre la tacita sucia en la pileta, no la lava porque se le ensucia la ropa.

El campeón mundial del látex laborable es el jefe que ante cualquier planteo te contesta: “ya lo vamos a ver”. Ya sea que necesités papel para la impresora, cambiar de obra social, donantes de sangre para tu abuela, o un aumento de sueldo, el pibe siempre te forrea con un “ya lo vamos a ver”. ¡¡¡Forroooo!!!

Y por supuesto, todos tenemos un globito con punta en la familia. Esa hermana lubricada que te pide guita desesperada para terminar de pagar el auto porque se la están comiendo los intereses. Vos le prestás esos dólares que con tanto sacrificio más el 35% compraste durante 4 años y los venís a ver de vuelta 3 años después, en pesos, y después de que la mina se fue de vacaciones a Disney con toda la familia.

Ese tío texturado que se autoinvita el domingo a comer un asado y cae con la jermu, los 5 chicos, la suegra, el caniche toy y lleva una botella de terma, 5 chorizos y una plantita de lechuga.

Ese marido ultrafino con espermicida que nunca ayuda con las tareas de la casa durante la semana porque llega “reventado” del laburo; los fines de semana tampoco hace un huevo porque “es el único tiempo que tengo para descansar”, pero se pasa 4 horas el domingo en el ballena blue lavando, aspirando y encerando “la chata” mientras vos le hacés el asado.

Infaltable la novia condón de cuero que nunca en la puta vida puso un peso ni para pagarse un café, todo lo que le regalás lo cambia porque no le gusta, y encima, no te hace petes porque le da “asquito”! ¡¡¡Forraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!

Y vos, ¿con qué tipo de forros te cruzás cada día?

Escrito por Solita Solá para la sección:

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