Si te has encontrado quejándote reiteradas veces de que no te invitan a ningún lado, esta nota es para vos, y si te invitan a todas partes seguro cada punto te va a hacer acordar a alguien:
Inasistencia perfecta:
De 10 invitaciones no vas ni a 1. Inventás excusas ridículas, como tener que limpiar ¿en serio vas a preferir pasar el lampazo que escabiar con amigos? Entre otras que, como el cuento de Juanito y el Lobo, terminan dejando de ser creíbles en la 2626272 vez, ¡qué justo que siempre tenés algún turno o te duele algo tooodas las veces!
Complejo de Buckingham:
Pones condiciones como si fueras de la realeza inglesa: no te gustan el 90% de los alimentos, el lugar debe ser el que vos quieras y no se puede invitar a nadie que te caiga relativamente mal, aunque no sea tu fiesta de cumpleaños.
Dejemos en claro que no hablamos de problemas serios como celiaquía, sino que no te guste nada como nene de 3 años.
Por otro lado, si te molesta la mayoría de la humanidad, deberías considerar si no sos vos el insoportable.
Si te quejas de todo, todo te molesta, eventualmente ¡el molesto sos vos!
Síndrome de poctus:
Estás todo el tiempo con cara de poto, haciendo notar tu aburrimiento, incomodidad, desagrado.
Hay que remar una conversación porque no hablás, limitándote a fingir una sonrisa ocasional cuando te hablan.
El pensador contemporáneo de Wikipedia:
Sos monotemático, sobre todo con la política.Hay opciones menos controversiales pero igual de intensas como ecología, deportes, fútbol, alimentación, ni siquiera tenés que ser vegano.
Nadie te dice que no hables de eso, el problema es cuando se convierte en una disertación y el resto sólo se te queda mirando, hasta que se retiran uno a uno lentamente.
Ni te digo cuando te ponés en dueño de la verdad, la soberbia no garpa, ya lo dice el refrán «se atrapan más moscas con miel que con hiel».
Siempre libre de pecado:
Subirte a un pedestal moral imaginario desde el cual miras al resto de los pobres sucios pecadores invitados, es indudablemente un repelente.
A nadie le dan ganas de hablarte si lo estás juzgando «ay no, no puedo ponerla en un telo» y todos sabemos que te la daban en el campito de al lado.
El iluminado:
No debe confundirse con el sabelotodo anterior, acá se aplica al «simplista», que todo le sale perfecto y más barato, por ejemplo: vos estuviste 6 meses tratando de conseguir un auto, estás contando toooodo lo que te costó y te deja como un gil acotando todo el tiempo lo fácil que fue para él, riéndose burlonamente de lo choto que sos.
Si a vos te salió $10 a él le costó $2 y le regalaron 3, se lo llevaron a la casa y el dueño de la empresa era su amigo, por supuesto nunca hay pruebas de nada de esto.
Pericote en el horóscopo chino:
Siempre sabés como hacerte el pelotudo para no poner un mango, pijoteas llevando cosas de cuarta y te comés las de primera, y la terminás de cagarla cuando mandás una frase tipo: «yo no comí ensalada no me la cobren».
El influencer del tercer mundo:
Venir a una reunión social, con humanos de verdad, para no parar de interactuar virtualmente, es francamente estúpido.
Estas ahí boludeando en el Facebook, pasando por décima vez la misa publicación, contestando mensajes de Whatsapp de hace tres días, probablemente esos que te mandamos y nunca contestaste a tiempo ¿para qué carajos lo ves ahora?
Créeme que a tus 3 seguidores les calienta 3 carajos el photoshop que le estás haciendo a la comida de mierda que estamos comiendo.
Centro del universo:
Estas cometiendo el peor de los crímenes: no hacer el aguante. No acompañas a ningún lado, no esperas a nadie, ni te quedás 5 minutos más a esperar a un amigo/a que esta chusmeando a un chongo, porque vos no tenés ganas ¿todavía te sorprende que no lo hagan por vos? NO. Es más te ofendes y mucho.
A esta altura si te sentís identificado con una o más de las características descriptas, lamento informante que tenés complejo de «Sol» o sea te crees el centro del universo.
Todos debemos estar pendientes de que vos la pases bien, cuando a vos ni te calienta como la pasa el resto. Te convertiste Plutón herman@, está en duda si sos un planeta, y encima con cara de ojete.
Y si quieren que los sigan invitando recuerden:
Venimos a pasarla bien, no a aguantar caprichitos o berrinches de un adulto.