El mundo no funciona, loco. Si, no funciona, y ayer me di cuenta porque. Saliendo de fisioterapia por la rehabilitación de un tobillo fracturado me despido del Kinesiólogo con un “hasta Mañana”, a lo que él respondió: “Si Dios quiere amigo, si Dios quiere”.
Él no se imaginó el ruido que haría esa frase en mi cabeza. Aturdido no pude más que responder con un ceño fruncido y con la semblante en duda. Me fui.
Ya afuera la frase seguía en mi cabeza. Me pregunte: ¿Por qué habrá dicho eso? ¿Por qué tuvo que decir eso? ¿Por qué Dios no querría que yo venga mañana? Y siendo así ¿Por qué Dios gastaría su valioso tiempo en lucubrar si es justo o no que yo vuelva mañana? ¿Su valioso tiempo? ¿Es valioso el tiempo de Dios? él, que es eterno ¿O más valioso es el nuestro, que es finito?
Y por otra parte ¿Cuánto tiempo le llevaría a Dios dictar su sentencia divina sobre mi persona? Y en ese lapso de tiempo ¿Cuantos negritos de Ruanda o de Haití morían si ser escuchados, mientras él se encontraba acá en mi ciudad por invocación de un Kinesiólogo?
¡En ese momento me di cuenta! ¡En ese momento se presentó claro! Dios, vive distraído. Vive distraído resolviendolos caprichos estúpidos de la gente, dela gente egoísta que cree más importante sus problemas del día a día que los temas importantes del mundo! Vos ya sabes; “¡Dios ojalá mi jefe se enferme mañana! ¡No lo soporto!”, “¡Dios ayúdame con el billete del Quini” ó “¡Dios! Que esa chica me diga que si”. ¡Que indignación! ¡Cuanto egoísmo!
Pero entonces… ¿Por qué Dios tiene este modo de actuar? ¿Por qué Dios trabaja así? ¿Será que la frase: “Al que madruga Dios lo ayuda” es tan cierta? ¿Será que Dios, por ser justo y democrático, atienda por orden de llegada y no por orden de necesidad o urgencia?
A esta altura sé que estás pensando de mí, y si claro, es verdad;¡Soy una porquería! ¡Un egoísta! Que me importa más mi tobillo fracturado que las verdaderas necesidades del mundo! Como puedo tener la osadía de distraer de este modo la tarea divina!Pero bien, ya estamos en el baile así que bailemos y haciendo un último acto de egoísmo voy a pedirte, Dios, una cosa más; No me tengas en cuenta. No te ocupes de mí. Hay gente que te necesita más que yo. Ya veré como me la rebusco solo con mis problemas.
Quizá si todos hiciéramos los mismo, si nos hiciéramos cargo y tomáramos empoderamiento de nuestras vidas y asuntos no te molestaríamos tanto, y vos podrías dedicarte a los que verdaderamente te necesitan. Quizá hasta un día todos sean autosuficientes y ya nadie te necesite. Al fin podrías descansar, al fin podrías disfrutar de ese paraíso que tanto nos prometes a nosotros.
Escrito por Cristian Guti para la sección: