1. El fanático insoportable
Este personaje es de los primeros que se nos monta en un huevo. Desde un mes antes que arranque todo ya empieza a bombardear en las redes sociales con preguntas como ¿Ya salieron a la venta las entradas? ¿Qué precios van a tener? ¿Alguien sabe los artistas que van a venir? Colecciona todos los posters de las reinas que acompañan distintos matutinos y en su computadora pone como página de inicio todos los suplementos virtuales referidos a la vendimia. Él es quien va en carpa 25 días antes que comience la venta de entradas, ya que si llegara a quedarse sin una, comienza el fin del mundo. Lo peor de este personaje es que se pone como objetivo lograr que todo su entorno se vuelva tan o más fanático de la vendimia de lo que ya es él.

2. El oportunista audaz
Esta persona suele caracterizarse por querer ganar guita hasta en los momentos que duerme. Aprovecha el agasajo vendimial para ofrecer innumerables servicios y productos referentes al tema. Desde ornamentación de negocios hasta programas para turistas perdidos. En el caso que se trate de un restaurant, no puede faltar el “menú vendimia” que no es más que las mismas empanadas pedorras de siempre con algún vino turista recauchutado. Si se trata de un bar, claramente lo primero que veamos en la carta será todo lo relacionado al vino, porque la fórmula es simple: vino = turista = u$s.

3. El quejoso empedernido
La frase que mejor define a esta persona es “no hay poronga que le venga bien” ya que le molesta absolutamente todo. Le jode que el noticiero hable de vendimia cuando podría estar viendo el resumen de Fútbol para Todos. Le revienta que los diarios no paren de entrevistar a las reinas como si fueran un grupo de la realeza cuando son las típicas pendejas con un poco más de chapería y pintura. Le da por el centro de los huevos que el gobierno gaste millones en la vía blanca, carrusel, fiesta central, etc. Pero ojo. También se vuelve loco cuando algún extranjero o co – provinciano habla mal de la fiesta. Claro está que todo lo que provenga de la tradición mendocina ningún individuo de afuera puede opinar mal. ¿Fiesta del Sol? ¡La pija!

4. El turista obnubilado
Ordas y ordas de extranjeros llegan a Mendoza para esta época. Llevan meses organizando el viaje y algunos que otros llevan años viniendo, tomándolo como una cita obligada. Les facina ver a als reinas, el vino, los eventos, la comida, la fiesta… todo. Por un par de horas no dudan en quedarse a vivir acá. Hasta que abren la canilla del agua y ven el color.

5. Las reinas vendimiales
Cómo dejar de lado a las belleza que representan cada departamento. Una chica común y de barrio que en cuestión de segundos pasa a formar parte de la realeza mendocina. Como ya conté en mi anterior nota, este mundillo está lleno de secretos y por supuesto, una gran competencia entre todas. Fotos, entrevistas, invitaciones, eventos… todo a lo que pocas están acostumbradas, y claro, se les nota.

6. Los verdaderos hacedores

Éstos son los que menos exposición tienen y también los que menos disfrute viven. Ellos no van a eventos glamorosos, ni a degustaciones, ni almuerzos o cualquier tipo de excusa para salir en sociales. Ni hablar del acto central, por la tele y con suerte. No señores, ellos están trabajando en la viña, en la tierra, en el campo, en las bodegas, horas tras horas para que todo esto termine como tiene que terminar: en un buen vino. Y es que sin ellos, la vendimia no existiría.

También podes leer:
Las 3 conspiraciones más fuertes que envuelven a Mendoza

El año pasado escribíamos:
El discurso “real” de las reinas