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Típicos personajes que van a una peluquería

Si de algo nadie se salva son de los cuernos, de la muerte y de pasar por una peluquería.

Y así como también nos tocan peluqueros de diversas índoles (charlatanes, locas, mariposones, autistas o caras de nalga), también tenemos un sin fin de personajes que asisten a ellos.

Los «no se lo que quiero pero lo quiero ya»

Personas que llegan sin saber que chota van a querer que les hagan en la cabeza, pero eso sí, están apuradísimos. Entonces mientras esperan comienzan a pispear quienes y cómo se están cortando antes y ya tiran el primer «lo quiero así», hasta que pasan 5 minutos y tiran el «no no, mejor mas corto». Se sientan y la ciclotimia los invade y en unos 2 no le minutos decidieron el «bien cortito a los costados pero del otro costado no y no le saques mucho al flequillo pero dejá que tenga caída y mejor cortito solo de un costado pero atrás que no se te paren los pelos por el remolino pero que no se te vea un pelón que tenés a los 6 años y que el jopo se pueda parar pero que te tape un poco la frente y dejame las patillas pero largas bien cortitas.»

La madre altamente desesperada

Las tijeras es un elemento muy peligroso para los niños, en especial si las agarran para jugar a ser su propio coifeur. Más aún si le sumamos que mañana empiezan las clases. Así que esta madre llega a los gritos llamándote por tu nombre pidiendo y/o implorando que por el amor a todos los santos learregles la cochinada que se hizo él mismo frente al espejo. Claramente la única solución es pasar la maquinita en el número 1.

La del parlanchina del casamiento

La mina pide turno para las 15 pero llega a als 18 con un diseño de peinado que incluye tres pisos, una cascada y un unicornio con flores en el lomo. Amablemente se le explica que eso es más dificil que lograr una cena entre Nicolás del Caño y Obama y se comienza a trabajarle los 2gr de pelo que tiene. Pasan 3 minutos y tenés mas ganas de morir que de vivir. En ese lapso ya sabés mas de toda la familia que se casa que de permanente express. No se calla un minuto. Te cuenta de la vida de ambos novios, de que ella los presentó pero los muy forros no la seleccionaron ni de madrina ni de testigo. Termina el rabajo en su cabeza, no le gusta y generalmente se va puteando a medio mundo.

El infumable que se las sabe toda

Son tipos que la tienen más clara que si Eistein y Tesla hubiesen tenido un hijo. Marcan errores constantes en lo que les estás haciendo. Creadores de grandes teorías conspirativas que van desde lo que tiene Raquel Blas debajo de la pañoleta hasta la recete real y original de los lomitos de Papito Barloa. Inventores de la tijera, el fuejo, la rueda y la película «El joven manos de tijera». Al retirarse cuentan que mañana cuando den la conferencia en la ONU mandarán agradecimientos al local por el corte de pelo, que de habérselo hecho él mismo hubiese quedado mejor.

El cabeza corte Kun Agüero con tintes del Polaco

Sobre gustos no hay nada escrito. Y ahí llegan en la motomel bajada con luces azules en la rueda vestidos con un camperón de la selección Argentina que le llega a las rodillas y una gorra mal puesta a propósito. No se le entiende mucho el dialecto. Usa más ruidos que palabras. Enseña una foto en su celular de jugadores de fútbol y cantantes de cumbia. Además pide que afeites una ceja pero en partes, como para que quede seccionada con los piercings blancos. En ese momento el peluquero ya está convulcionando en el piso sin mucho más que hacer.

El pendeviejo

Hombre entrado en edad que se niega a reconocerlo. A pesar de sus 50 largos, usa remeritas dos talles menos y chupines rojos con zapatillas blancas. Tiene más arrugas que anécdotas. Generalmente son tipos de la noche. Piden que por favor hagas algo para evitar que se vea lo que la naturaleza ya ha comenzado a hacer. Tienen un pelo psuedo canoso que es imposible arreglar para tapar ese piletón incluyendo entrada con rotonda y doble salida por panamericana. Hacés lo que podés y termina pareciendo un Justin Bieber ese de la primera hora, con un flequillo que inspira tanta o más desconfianza que musulmán con mochila negra.