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Tipos de mendocinos que se van a tatuar

La moda del tattoo en Mendoza está establecida hace tiempo y cada vez se va imponiendo más en diferentes ámbitos, desde deportistas hasta profesores y maestros, pasando por médicos y periodistas. Atrás quedó la idea que un brazo pintado era sinónimo de improductividad, pero hay que reconocer que a los mendocinos nos encanta ser cortos de mente y no falta el súper – genio productivo que puede salvar una empresa pero no es contratado por tener un tatuaje que se asoma por el cuello.

En fin, más allá de lo que piensan y el qué dirán, cada vez son más los que eligen hacerse un tattoo y entre ellos tenemos:

Los primerizos

Combinan sentimientos de rebeldía – miedo – coraje – duda. Sí, todo junto. Mayormente caen acompañados por si hay riesgo de muerte. Empiezan preguntando el precio, tamaño y colores, expresando dudas con preguntas como:

– ¿Duele mucho?
– ¿Cuánto tiempo tarda?
– Me olvidé el dibujo, ¿lo podés buscar en internet?
– ¿Se puede hacer de este tamaño? (especificado con dedos pulgar e índice)
– ¿Mañana ya está curado?
– ¿Tengo que tener un número dispar de tatuajes?
– ¿Y ese aparato para qué es?
– ¿Y ese otro?

Y estas son solo algunas de las decenas que pueden aparecer.

Los macho menos

Fornidos musculosos de tres meses de gimnasio. Generalmente caen con musculosas y su lugar preferido para el tatuaje es hombro – bíceps porque intuyen que seguirán creciendo a niveles bíblicos entonces quieren que se vean todo pintado. Ya tienen algunos otros diminutos, como trivales en la pantorrilla, letras en el homóplato y nombres en la muñeca. Suelen decir “pinchá tranquilo que no duele”. Pero a los 45 segundos empieza a aparecer una transpiración fría, su piel se torna blanca y sus ojos simulan una sensación de felatio. A esta altura ya está todo perdido. El turno, los materiales, el transfer. “No sé que me pasó, debe ser porque me levanté 6am, hice 4.000 abs, corrí 42k, levanté dos fiat 600 y competí en Crossfit”, aunque mayormente se debe a la papota que empezó a tomar y la baja resistencia a la vida.

Los indecisos

De los peores para los tatuadores. Se hacen llamar creativos porque ellos mismos armaron un diseño más feo que zonda en enero. Caen con un trival casero de 15cm y terminan pidiendo hacerse un paisaje de Potrerillos, siempre preguntando “¿Quedará bien?”. Se hace el transfer y vuelven a proponer otro dibujo, esta vez un Ford Taunus descapotable preguntando nuevamente “¿Quedará bien?”. A esta altura ya han pasado mínimo 2 horas. El artista prepara todo, saca los pigmentos y escucha por lo bajo:

“¿Y si hacemos el trival original que taje? ¿Quedará bien?”

Los “¿en serio te vas a tatuar eso?”

Con personalidad para diferenciarse del resto. Desde su vestimenta hasta sus tatuajes. Llegan al estudio con un montón de hojas impresas a color de diferentes cosas que quieren unir. Vikingos con la camiseta de River, autos con ojos y bigotes, retrato de Fernando Hidalgo tirando una fatality, Lady Gaga en forma de mupets, etc. Están seguros de si mismos y sus ancias por mostrar lo diferentes que son brota de sus ojos. Al finalizar el dibujo, el tatuador duda de preguntarle si le gustó cómo quedó ese Perón zombie que pidió. “¡Está increíble, alucinante, es lo mejor que he visto en mi vida!”. Y si, mientras lo paguen, que se tatúen lo que quieran.

Los básicos

Llegan con el ego altísimo, anunciando que se van a diferenciar del resto de la sociedad porque no se sienten parte del sistema. Con chupines y corte de pelo a la moda, se preparan para el turno.

– Si, mirá, quiero salir de lo común, tatuame este símbolo del infinito
– Si, mirá, quiero imponer una imagen, tatuame este reloj de arena
– Si, mirá, quiero ser un distinto, tatuame este pez koi
– Si, mirá, quiero romper los esquemas, tatuame el nombre de mis hijos/madre/padre
– Si, mirá, quiero demostrar que soy el que marca tendencia, tatuame una crucesita

Los que se la saben todas

En cualquier ámbito son los más pesados e insoportables. Ellos crearon el tatuaje, armaron las primeras máquinas que llegaron a Mendoza y armaron los primeros pigmentos. Tienen 3 tatuajes y se hacen llamar “El hombre tattoo”. Empiezan a pincharse y comienza un sinnúmero de consejos al estilo:

– ¿Está bien puesta la aguja? Chequeala de nuevo
– ¿No es mucha tintura?
– Creo que deberías poner más disolvente
– Fijate que te faltó una línea
– Yo cuando tatuaba usaba otras marcas de insumos mucho mejores