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Un cumpleaños sin el Flaco, una vida con su música

Debo confesar que no me declaro un fanático del Flaco Spinetta, porque el fanatismo no te hace ver las cosas de manera objetiva. El fanatismo por alguien o algo también genera violencia, directa o indirecta, pero la genera. El fanatismo te pone una venda y no te deja ver más allá de lo que uno quiere ver. Y el Flaco no nació para eso. No creó las líneas ni marcó historia para que uno se enceguezca. Por eso no soy fanático del Flaco Spinetta.

Si soy un gran admirador. Admiro como a pesar que tuvo una lucha interna con una de las más putas enfermedades, no bajó los brazos por otras que él creía más importante. Como la tragedia de los chicos de Santa Fe, o la de múltiples recitales a beneficio, o la de la música misma.

Cada vez que se me viene a la mente su nombre por toparme con alguno de sus infinitos temas, desde los primeros recuerdos de mis padres escuchando algún disco de él, intentando explicarme a mis escasos 8 años las tramas e historias que guardaban detrás de sus letras, hasta el duro mensaje que apareciera allá por 2011 en su web.

“Mi nombre es Luis Alberto Spinetta. Tengo 61 años y soy músico. Desde el mes de Julio sé que tengo cáncer de pulmón. Estoy muy cuidado por una familia amorosa, por los amigos del alma, y por los mejores médicos que tenemos en el país. Ante el aluvión de información inexacta, quiero aclarar públicamente las condiciones de mi estado de salud. Me encuentro muy bien, en pleno tratamiento hacia una curación definitiva. Quiero agradecer a todos por la buena onda que he recibido, y pedirles que no paniqueen, y no tomen en cuenta las noticias que han generado los buitres de turno. No tengo ninguna red social, ni Twitter, ni Facebook, etc, por lo tanto todo lo que lean al respecto es falso. Pertenezco a Conduciendo a Conciencia, y les recuerdo que ahora en las fiestas, si van a conducir no deben beber. Gracias. Los quiero mucho. Felices Fiestas.

Luis”

Ahí estaba una vez más el Flaco, escribiendo algunas líneas, pero esta vez superaban la crudeza de sus canciones.

El Flaco me enseño muchas cosas, y aprendí otras tantas

Me enseñó que la búsqueda de una cereza puede volver loco a un Zar.

Aprendí que aunque el sol se nuble después, aunque tu corazón siga de paso o venga, pretenda volar con las manos, sueñe despierto o duerma, sos alma de diamante.

Me enseñó a ver tus dedos de mimbre entre las ruinas que nunca se levantan.

Aprendí que ella también se cansó de este sol y fue a mojarse los pies a la luna.

Me enseñó que de las tribunas se puede regresar, tan solo hace falta ser de masa gris.

Aprendí a volar entre tanta gente de pié.

Me enseñó a que por más que me fuercen nunca diga que todo el tiempo por pasado fue mejor. Aprendí que mañana es mejor.

Aprendí hoy podés ser un colectivero y mañana el capitán de una nave de fibra hecha en Haedo.

Me enseñó que todas las hojas son del viento menos la luz del sol.

Me enseñó que me buscarás hasta danzar en círculo como un genio en un viaje hacia la luz.

Aprendí que en cuatro paredes de cal y en pocas palabras se puede cruzar todo el mar si hay dos que se aman.

Me enseñó a darle gracias por estar cerca de mí.

Aprendí a rezar por vos.

Recital completo Estrelicia (MTV Unplugged)

¡Gracias Flaco!

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