/Una banda, una azotea y un mini concierto

Una banda, una azotea y un mini concierto

Si, ya sé lo primero que piensan es en The Beatles, pero a modo de curiosidad puedo decirles que no fueron los pioneros, los Jefferson Airplane lo hicieron en 1968 en Nueva York.

Sin embargo ustedes, mis queridos lectores, tenían razón. Lo que pasó en la azotea de Apple Corps está grabado en la memoria de cualquier melómano del mundo.

Veamos, sos muy famoso, venís de unas giras interminables, la “beatlemanía” en su apogeo, chicas que te gritan, te acosan, ya estás grande, tenés familia, empezás a pensar en proyectos individuales, lo mínimo que querés hacer es descansar.

Por ese entonces, el último álbum que habían lanzado era de “The White Album”, donde estuvieron 5 meses juntos en las grabaciones. Se notaba el desgaste.

Después muchas idas y vueltas, deciden componer un disco nuevo, arrancando desde cero. Ese proceso iba a ser documentado para lanzar una película y ser presentada en un concierto que los pusiera de nuevo en contacto con el público.

Ya desde el primer día, las cosas estaban ásperas. El fin del fab-four se acercaba.

Tienen a:

  • Un tipo que arenga todo el tiempo para salir adelante, proponiendo ideas y haciendo sugerencias, al punto de llegar a transformarse en un déspota dirigiendo al resto.
  • Otro tipo que se niega al contacto con el público rotundamente.
  • Un tercero que despliega una genialidad absoluta en su capacidad de componer, pero se siente menospreciado y amaga con irse cada 15 minutos… hasta que se va.
  • Y un cuarto que está en su peor momento de adicción (Dato: charlando sobre esta nota con Juanito, me entero que luego de la separación, se internan en rehabilitación y los pelan. Ahí se compone la canción “Cold Turkey”. Todo muy normal , ¿no?).

Los ponen en un estudio chico, con mala acústica, teniendo que amoldarse a los tiempos de filmación y soportando las cámaras encima de ellos todo el tiempo. Y le suman, un detalle no menor, a la divina de Yoko Ono dando instrucciones, haciendo críticas, opinando en las charlas con una total libertad otorgada por John.

Si, todo eso junto era una bomba de tiempo.

Pero el entusiasta de “Macca” insiste en que todo puede mejorar. Como primer paso, se mudaron de estudio y se fueron al estudio Apple Corps del que eran dueños. Luego, llega un viejo amigo de la banda, Billy Preston, quien se suma a tocar el piano y la verdad, logra calmar un poco la tensión.

Siguen con la idea de un concierto, entre las sugerencias están un hospital de niños, un crucero y hasta las pirámides de Egipto, pero todos, excepto Paul, no están para nada convencidos. De hecho Ringo y George se negaban rotundamente y fueron persuadidos de hacerlo unos minutos antes de salir a la azotea.

El 30 de enero de 1969, en el almuerzo, decidieron subir algunos equipos a la parte superior del edificio. Subieron los instrumentos, clavaron la batería al piso, enchufaron algunos amplificadores y “Get Back” daba el comienzo de lo que sería la última presentación en público de The Bealtes.

Los empleados de Apple Corps, los transeúntes que andaban por ahí y alguna que otra groupie, fueron testigos de un miniconcierto que fue considerado como parte de la revolución musical, convirtiendo así el edificio ubicado en el número 3 de la calle Savile Row, en un lugar emblemático.

Pero, como siempre hay alguien amargado y te corta la fiesta, en este caso también lo hubo. Los vecinos se quejaron por los ruidos, el tránsito se había vuelto un caos en la calle y la Scotland Yard terminó por subir a la azotea para evitar que siguieran “haciendo ruidos molestos”.

Paul confiesa luego, que les hubiera encantado que la policía los golpeara para hacerlos desistir de seguir tocando, pero eso no ocurrió.

Ese mediodía fue el comienzo del final, en abril de al año siguiente The Beatles se separa.

Al finalizar el concierto John dice esas irónicas e icónicas palabras:

“Quiero darles las gracias en nombre del grupo y de cada uno de nosotros, y espero que hayamos pasado la audición”

Ese 30 de enero de 1969 ya habían pasado la audición, y ahora pasaban a formar una parte importante la historia de la música.

Una banda, una azotea y una revolución.

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