He aquí un informe completo y detallado de lo que un mendocino “amante del deporte” se niega a reconocer, pero muy en su interior sabe que es cierto. Si usted lector/a cumple con todas (o la mayoría) de las siguientes características, no se preocupe, ni se avergüence (aunque debería), hay casi un millón y medio de coterráneos como usted, caminando por las calles acequiadas de la provincia, orgullosos de su condición de “deportólogo”. Sin más preámbulos: El decálogo (Bomur Dixit) de características de un mendolotudo deportólogo:

Sólo “sigue” a la selección argentina en deportes que no sean Fútbol cuando juega “cosas importantes”: Ya sea Básquet, Vóley, Handball, Rugby, Hockey, etc. Pareciera que estos deportes sólo interesan cuando disputan mundial, olimpiadas ó ligas mundiales, y el proceso previo a este tipo de competencias no lo registra. No sólo que se creerá experto en el tema, sino que desarrollará comentarios de tal o cual jugador o del sistema táctico implementado certeros (?), aunque aún desconozca el reglamento. Se indignará ante la derrota y tildará de “pechofríos” al plantel. Una vez finalizado el torneo, la vida deportiva de esa selección le será indiferente.

Es “hincha” de Godoy Cruz desde el 2006: Y no sólo eso, también asiste a la cancha y de vez en cuando grita un poco emulando alentar. Previo a esta fecha desconocía el fútbol provincial y no registra datos, jugadores, títulos, historia, etc. de cualquier team menduco pre-ascenso tombino. Nunca siguió una liga mendocina y en el mayor de los casos no conoce su existencia. La camiseta de Boca o River que de niño refregaba a todos con orgullo, hoy la esconde en el último cajón del ropero, debajo de la colección de remeras escote en “V” color caqui que le regalara algún cumpleaños la tía semi-ciega con mal gusto; castigada a ocupar ese lugar indigno para demostrarle al mundo que a él los clubes porteños nunca le interesaron. Tiene todas las casacas (de entrenamiento, suplente, de utilería) del Tomba surgidas desde el 2005 a esta parte.

La historia del deporte mendocino se la llevó a marzo: Y todavía la tiene como previa, sin intenciones de rendirla. Nombres como Pascual Pérez, Víctor Legrotaglie, Ernesto “El Negro” Contreras, Alejandro Lavorante, Pablo Mahnic le son esquivos a su archivo personal. A Nicolino Locche lo conocen un poco gracias a la publicidad de TyC Sports, aunque ignoran sus hazañas.

No forma una opinión propia: Cuando ve un partido por TV de cualquier ámbito, sus opiniones se limitan a los dichos del comentarista de turno y sólo asiente a lo que éste dice. Luego en el café o en el bar con amigos, llenará su boca repitiendo textualmente las palabras que escuchó en la caja boba, haciendo gestos de intelectual no reconocido. Generalmente sus opiniones van adonde lo lleva el viento.

Es “panqueque” en sus veredictos: Nunca defenderá su posición de hace un año, es más, de hace una semana. Su opinión acerca de un jugador varía según el rendimiento del momento. El que hoy para él era héroe, será condenado por dos pases errados y luego del gol agónico será endiosado nuevamente. En la cancha son puteadores crónicos y totalmente negativos.

El interés por deportes mendocinos no tradicionales es nulo: Sólo hará seguimiento cuando juega un familiar o amigo de él. Se burla de las personas que practican deportes que no sean fulbo, pero a la hora de las olimpiadas y de la falta de apoyo económico de la provincia para con sus deportistas sea tema de interés general, será el primero en indignarse e insultar a quien corresponda por la escasez de sponsors y de dinero necesario para competir.

Sabe que Huracán Las Heras fue campeón porque lo vio por ahí: Pero desconoce de qué torneo y contra quién jugó. No sabe que será del futuro del globo y los torneos de ascenso no son dignos de seguir según sus creencias. Ni hablar de pedirle el nombre de algún jugador, director técnico o dirigente que no sea de Godoy Cruz, o en menor medida de Independiente Rivadavia.

Las últimas páginas del “Más Deportes” u “Ovación” sirven sólo para prender el fuego para el asado: Es más, está seguro que fueron creadas para ese único uso.

“Vendido es el que triunfa en Buenos Aires”: Son sus afirmaciones cuando un deportista mendocino fue a probar suerte en la city porteña y hoy es reconocido y le va bien en el país. Claaaaaro, pero cuando entrenaba con pocos recursos en su tan amada provincia, el mendolotudo deportólogo ni lo registraba y le chupaba un huevo si las condiciones eran paupérrimas.

El fútbol le gusta y de fútbol sabe: Con el balónpie la tiene clara, eso seguro. Admite con orgullo que puede “comerse” un partido de cualquier liga del mundo sin moverse de su asiento. Conoce a algunos jugadores de primera y un par que juegan en Europa (a través del PES 2010) y cree que es suficiente. Pero cuando juega la selección y se encuentra con un Zabaleta, Medina ó Rojo pregunta ¿Y a este quién lo conoce? Debe ser un muerto. Si no pasaste por River o Boca sos un completo extraño y seguramente un amargo. En realidad se copó con la final de la Champions porque no tenía nada más que hacer y eso le da el título de opinólogo profesional. Cuando quiso ponerle onda y mirar un Villarreal – Mallorca para conocer más que otro mendolotudo y refregar su conocimiento, se preparó el porrón, las sopaipillas que le hizo la nona y el gorrito del Tomba (obviamente) y se colocó delante del tele. A los 5 minutos de comenzado el match hizo un poco de zapping para ver que más había, a los 10 ya estaba mandando mensajitos por celular al huesito de turno, a los 20 ya estaba medio en pedo y recontra embolado; y a los 25 ya estaba viendo porno en Internet olvidando el partido por completo.

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