/¡Es un pájaro! ¡Es un avión! Es… ¡Superman!

¡Es un pájaro! ¡Es un avión! Es… ¡Superman!

Hace unos días, mientras volvía de mi ronda habitual buscando niños por la capital del país, me metí en el subte. Andaba distraído y muy pancho cuando a lo lejos veo a un viejo amigo: Superman.

Hacía añares que no nos cruzábamos. Él no es de frecuentar estos lugares ya que acostumbra volar de un lugar a otro, y yo con mi cuello chacabuco, hace años que no levanto la vista más arriba de mi horizonte. Seguramente me pasó por arriba en más de una ocasión, pero no habíamos tenido oportunidad de charlar.

Al verme también se sorprendió, y vino pronto a saludarme. Lo lindo fue que compartimos el viaje charlando, cuyo diálogo paso a compartir:

Viejo: Qué dice el  ídolo volador! Tanto tiempo si vernos!

Superman: Viejo querido, los años que hace que no te veía revolear esos trapos!

Viejo: Es verdad, ya ni sé cuánto hace. Pero qué carajo hacés acá metido, en un subte horripilante pudiendo disfrutar el  cielo y fresquito??

Superman: Je je, tenés razón jovato, pero desde hace tiempo he decidido mostrar una imagen más popular y humilde. Podría evitar estos transportes de medio pelo pero si el laburante se mueve en estos bichos, Superman también puede.

Viejo: Si yo pudiera volar, no me verían el pelo por acá, ni me mirarían como si tuviera olor a viejo, que no tengo. Igualmente veo que la pilcha se te ha venido abajo. Qué pasó con el lomo trabadito y marcado, todo enfundado en lycra, marcando el tobul y revoleando el jopo? Estás hecho mierda!

Superman: Mirá quién habla de hecho mierda!

Viejo: Si papá, pero yo nunca fui fachero, mi idea es meter miedo, no levantarme minas. Es como si le decís a Skeletor que se haga un lifting o al futre que se compre una gorrita… te cagan a palos.

Superman: Tenés razón viejo, y es verdad que estoy un poco para atrás. Los años no vinieron solos y los pendejos ya no me ven como lo que fui. Ahora los ídolos son esos wachiturros y a mí ni me miran. Fijate que estoy en un subte y no me piden ni un autógrafo.

Viejo: Y sí, los tiempos cambian, desde que Crónica agarró a Batman chupado en el medio de un choque nada fue lo mismo, la imagen de ustedes cayó mucho. La mujer maravilla ya no puede subirse más los pantaloncitos porque se tendría que meter las tetas adentro de lo caídas que las tiene. Linterna verde no va más con esto de los foquitos de bajo consumo. Y Flash ya no corre ni la cortina del baño, se cagó los meniscos jugando al squash con un halcón galáctico y quedó herido.

Superman:  sí, sabía. Lo de Flash fue muy duro. Los tiempos han cambiado. Yo por lo menos ahora ando haciendo changuitas en los peloteros. Los pendejos son muy malvados, me cagan a pelotazos mal. Se ha corrido la bola que la gracia es pegarle un pelotazo en las bolas a Superman y todos me tiran ahí. Con los padres mirando me la tengo que comer. Y no da pegarle un piñón a un nene, aunque sea un demonio.

Viejo: Bueno hermano, yo ya me bajo, dejame inmortalizar este momento con una foto así me queda, vaya a saber cuándo nos vemos de nuevo.

Superman: Dale viejo, esperá que me pongo ahí y me la sacás tipo “casual”, como quien no quiere la cosa. 

Y así nos despedimos hasta un nuevo encuentro. Ya saben, si lo ven por ahí tranquilo, viajando con su mochilita, salúdenlo, que por muchos años ha defendido el bien como el mejor superhéroe que supimos tener.

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