Dicen que las condiciones ambientales determinan a los grupos sociales, que los que están en climas tropicales con temperaturas más amables tienden a ser más abiertos y sociables, los que viven cerca de la montaña con una meteorología no muy agradable, son más cerrados y retraídos. Ahora bien si pienso en Mendoza debería creer que la Cordillera de los Andes nos hizo terribles pelotudos y el granizo nos aboyó el cerebro.
No nos quedamos ahí, subimos la apuesta y no convertimos en el “menduco”. Estereotipo único que muestra su esplendor sobre todo cuando cae el día. Y es que “LA NOCHE ES LA NOCHE” frase profunda que me dijo alguna vez un personaje tradicional de la noche de mi pueblo, casi viejo como la luna misma, girando con cadencia su típico vaso de aguardiente mexicana, por suerte pude conocer varías caras de ella, compararlas e intentar resumirlas en esta nota.
Si de figuras geométricas se trata el mendocino es un cuadrado por excelencia, y nunca se sale de sus límites, encuentra su lugar y ahí se queda hasta que se haga pedazos. Abre algo mejor, con mejor música, mejor ambientado, más cómodo, pero no pego “onda” y se funde. Es fiel a su estilo… careta, a buscar gente como uno, a su lugar. Pero como buenos lemmings de la moda se corrió el rumor de que la pego otro sucucho y se cago fundiendo el más viejo.
Es así que nos bancamos el maltrato de los dueños de los bolis, que confiados con su éxito, y más de una vez están acomodados con alguna autoridad, te llenan el lugar de gente superando la capacidad, dejan fumar adentro, no limpian un puto baño en toda la noche, ponen dos baños para dos mil personas, o mi favorita… dejan entrar a menores hasta que la pista parece un pelotero.
No contentos con eso nos fumamos a los RRPP (léase Recontra Reventados muy Pelotudos y Pedantes) losers de 30 y pico que no encuentran un laburo decente, o el que ellos querrían, porque con el curriculum que tienen para lo único que les da es para repartidor de pizzas (que es más que digno pero eso no es top), y al final lo único que les puede inflar el ego es hacerse el importante cuándo te da mil vueltas para no darte un precinto porque sos gordito, oscurito, ordinario, pobre o simplemente porque no das con el target.
Es que la culpa no es del chancho, es del que les da de comer, si los menducos no fuéramos tan ratas y pagásemos la entrada, no le chuparíamos las medias a e esos salames para que nos dejen entrar gratis.
Volvemos a redoblar la apuesta, no es que simplemente seamos ratas, a eso le sumamos que somos caretas, nos creemos lo que no somos y queremos que el resto también lo crea, característica argentina de la que se nos cagan de risa en el exterior y que el mendocino sabe elevar a la máxima potencia.
La prueba de lo que digo son los VIP, teóricamente son para las “Very Important People” y termina llena, más bien insoportablemente saturada, de Very Infumably Pelotudos, muertos de hambre que en realidad no tienen un mango pero curten las mejores pilchas para simularlo, peleándose por entrar y nuevamente chupándole las medias a un RRPP para que los deje pasar. La verdad es que la auténtica gente de plata, pasa desapercibida, no necesita mostrar que la tiene, ya lo sabe y no se va a poner a rebajarse a rogar por un precinto.
Mis favoritos de esa fauna son los nabos que salen en los autos de papa, porque no les da ni la edad ni el laburo para comprarse esa nave y las plásticas artificiales que se gastan lo que no tienen en pilchas y en un armado de un look cuyo único objetivo es enganchar al nabo anteriormente mencionado.
Recuerdo salidas en Mendoza y escuchar a estas minas denigrar a otras porque no le dan el paso al grito de “córrete gorda fea”, y me dije ¿eso es un insulto? Así insulta un nene de tres años cuando quiere un columpio, estas sí que nunca fueron a la cancha cuando no cobraron un penal, y lo peor ¿Eso es un valor importante para esta gente? Qué básicos y aburridos.
Se me vienen a la cabeza las veces que he entrado sin esfuerzo a una VIP, hasta las más ridículas VIP dentro de las VIP, tener precintos de dónde quisiera, caer a cualquier hora y entrar igual, así y todo aburrirme como un hongo.
Así fue que la vida me llevó a otras tierras, por ejemplo en San Luis, oculta en mi cascarón menduco. Vi gente tomando una bebida alcohólica a las 2 de la tarde y con mis amigas dijimos “¡que grasa!” (Si, así con tono nasal y todo), se acercaron, en una primera instancia supusimos que querían cortejarnos, pero no, se nos cagaron de risa por estar tomando mate y nos convidaron cerveza, nos cagamos de risa todos juntos, aprendimos que NO TODOS NOS QUERÍAN LEVANTAR, que eran simplemente agradables, querían pasar la tarde hasta que empezara la fiesta del estudiante, y me dije…ESTA es la posta.
Es que años de salidas en distintas partes de Mendoza, observé grupos de chicos y de chicas, separados por metros, mirándose desde lejos, sin hablarse. Lo que me dio a entender lo pelotudos que somos, prejuiciosos y creídos hasta la médula, porque a la primera de cambio todos confunden la simpatía con levante. ¿Cuántos no se han llevado un chasco tratando de sacar a bailar a una autodenominada “rica” mendocina? Con mi coequiper de salidas nos bajamos del pony y nos ganamos muchas veces un “qué buena onda son, en realidad son las primeras mendocinas que nos hablan”.
Tristemente somos así hasta en territorio ajeno, cuándo me colgué charlando con gente en un recital en Buenos Aires, mis amigos menducos me dijeron ¿Para que les hablas? ¡Son cualquiera! ¡No los va a ver nunca más! El tiempo probó lo contrario y dos años después ahí están en mi Facebook, esperando que vuelva la misma banda para volvernos a ver.
Volví con lo aprendido y salí con los de siempre, nos fuimos al medio de la nada, debajo de un puente, a bailar con la música del estéreo del auto. También nos colamos por un canal en a una fiesta fracasada para mil personas dónde al final éramos 40, con la ropa de gimnasia, nos bailamos la vida, el DJ nos tiró con de todo para ver si nos corría, no sé cómo mierda hicimos pogo con la tarantela, y lo que si recuerdo muy bien es que divertí como nunca.
El resumen de muchas noches, mayoría mendocinas, se sintetizan en esas personas, que no eran very important para nadie excepto para mí. La diversión, la verdadera joda es esa, ni el boliche de onda, ni la pilcha de mil mangos y menos mirar a los demás apretado contra la baranda de un VIP.
Nota: se me ha informado que se ha hecho popular la frase “True Story”, ya que estoy voy a clarificar su significado. La misma tiene origen en una serie llamada “How I met your Mother”, y es un latiguillo de uno de sus personajes más entrañables Barney Stinson, un mujeriego empedernido especializado en el levante, con infinitas jugadas plasmadas en su “Playbook”. El mismo cuando contaba sus proezas, era exagerado a más no poder o lo más usual y burda mentira, y dándose cuenta de la mirada incrédula de sus oyentes remataba con “True Story” (en español: historia real, o en argento: es la posta). Dando origen también al popular meme:
jaja una radiografía del mendocino nocturno standart
Así suena re top (para top ya no se usa ¿no? jajajaja)
Muy bueno!!!! Yo me divierto dizfrasandome de careta cada tanto de careta, pero q mal me caen las personas q viven d inflar su ego cada fin d semana en el cheboli…
jajaj tal cual… esta provincia está lleno de pelotudos/as no tiene arreglo…
A mi siempre me dicen qué soy rey anti, pero no, no soy anti, simplemente la mayoría de las personas me caen mal, porque siempre quieren aparentar cosas que no son, yo me hago amigo del que me habla, del que no esta mirando a ver qué ropa traes o en que auto llegaste o en su mayoría pensando en que le puede beneficiar juntarse con vos.
La gente ya no sale para divertirse …va a ver si se garcha a alguien…ya no podes hablar jodiendo con un pibe que piensa que queres algo con el…para mi el boliche ya perdio la gracia..aguanten las salidas espontaneas donde no importa como carajo estes vestido ni a donde vayas que salga porque sale y listo!!
Es una gran verdad. Recuerdo mi adolescencia de rock y música electrónica en los 90 y jamás transé con la mala onda, la careteada, no necesitábamos que nos bombardeen con el discurso de igualdad de género para saber que las mujeres eran iguales a nosotros y no meros objetos para garchar. Pero eso se va perdiendo poco a poco. En fin yo voy a seguir con mi bandera, rockeando forever!
Muy buena reseña,concuerdo en muchos puntos de vista con vos como por ej:» SI QUERES BAIALR UN RATO YA CREEN Q LAS QUERES LEVANTAR» Y «TAMBIEN LOS RATAS QUE SON CARETAS,PERO NO LES DA PARA PGAR LA ENTRADA A UN BOLICHE Y TIENE QUE ANDAR CHUPANDOSELA AL RRPP» Malditos estereotipos mendocino,habramos la mente y acabemos con esto!
Mejor detallado imposible! es tan triste la noche mendocina!…y cuando quieras salimos de joda Paula! jaja
Para eso soy buena! jaja
Por eso no pago ni un peso por un boliche, por que es gente careta que son mas falsos que las tortugas ninjas. Si entro gratis pues vamos, sino me ahorro la entrada y me hago un asado con escabio y todo, me cago de risa con amigos y se la pasa mejor.
Muy bueno !!!
Flaca, mucho de lo que decis es muy cierto, pero la forma en que l expresas demustra que sos tan careta como los que criticas, y te haces la superda por que hiciste un experimento social. Las mendocinas son caretas, pero no todas lo son, y que te resulte grasa que tomen un porron a las 2 de la tarde y que después de 2 hs de parla te des cuenta que no lo es, justifica mi idea…
Me parece que debes ser una nena de unos 22 a 28 años que cree tener la verdad absoluta y la posta de lo que pasa… Tranquilisate un poco, mira con ojos criticos a tu al rededor y vas a ver que los caretas, ni cuenta se dan que son caretas, el ejemplo mas grande sos vos!!!.. abrazo
Mejor detallado imposible, siento como si me hubieras robado el pensamiento.
Cuando era pendex nos ibamos a bailar a San Juan porque allá no había la gilada de acá, te hablo de cuando en Mza no podías entrar sin pareja, entonces había que rogarle a las chicas que te hicieran el aguante y la mayoría te cortaba el rostro solo por sentirse poderora y re top. Los hombrs la pasabamo muy mal, nos creíamos minicachocastañas hasta que llegabamos a la puerta y había que hacer la cola de los losers