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La eterna guerra de las: Doñas vs marihuana

Sueño que soy un soldado. He perdido un ojo, camino, por momentos corro para que las tropas enemigas no puedan alcanzarme. Sigo sin mi ojo y siento como la sangre chorrea por mis mejillas, de pronto oigo disparos de ametralladoras, me meo encima (porque aunque soy un soldado también tengo derecho a asustarme ¿no?).Cuando menos lo espero siento que Robert Smith me grita  boys don’t cry

Despierto conflictuada, no entiendo una pipa, siento que tengo el puto celular clavado en mi ojo derecho  y  un litro de transpiración que me chorrea  en el lugar que estaba depositado el objeto de comunicación, caigo en la cuenta de que por eso mismo era un soldado tuerto y la sangre que pensaba era  simplemente producto de los 37° de sensación térmica  que mi cuerpo afrontaba en ese momento.  Escucho a los putos obreros en la jodita  del “Sr Jaque” y su tren que acorta distancias e inmediatamente certifico que el ruido de ametralladoras en mi sueño se debía a la obra en construcción. Por otra parte el grito de Robert estaba auspiciado por mi despertador y esa melodía exquisita de  The Cure. El supuesto pichí informaba nada más ni nada menos que por aproximadamente cinco días iba a tener  veintiocho enanos pateándome los ovarios. Me río y sin querer despegarme de las secuelas que habían quedado en mi organismo de un porro consumido media hora atrás salgo de mi hogar cual velociraptor  en busca de aire puro. A pasitos nomás me encuentro con la plaza Italia y esta me invita a sentar. El lugar aparentaba estar totalmente vacío pero mis ojos vislumbraron  en un banquito, justo en frente de la fuente, a dos señoras de aproximadamente setenta años. Como seguía en mi plan de “locura feliz” me senté al lado de ellas solamente para contemplarlas y colgarme con sus cancanes de “doña”. Mientras me saco las lagañas y me avergüenzo de las manchas de café que tenía mi remera escucho a una decir: “¿Vio Carmela que a Don Pepe lo asaltaron? Mientras que la otra con cara de espanto al escuchar el chisme casi se clava las agujas de tejer en los riñones y  dejando rodar por el suelo el ovillo de lana que manipulaban sus manos  responde: “¡Hay por dios! Que desgracia seguro esos muchachos estaban fumados”. Flipé tres minutos y medio con el ovillo de lana y un gato que jugaba con él, creado por mi propia imaginación, luego la última frase que había escuchado me pegó un cachetón en la nuca. Las ñoras no estaban echándole la culpa  al LSD, a las anfetaminas, la cocaína ni a ningún otro tipo de droga. La culpa según ellas era del FASO.

Doña no sea ingenua. A ver si nos entendemos esta bella droga como la marihuana (la adjetivo como bella porque se me re cantan los ovarios)  es solamente  un pasaporte a la  mágica locomotora  de nuestra imaginación. El delincuente roba porque así lo decidió y por un montón de razones más que en este momento no tengo ganas de enumerar.  La Juana no tiene nada que ver en este asunto asique no me venga con tantas burradas y dejemos de tildar como drogadictos y delincuentes a los consumidores.

Sabemos que muchas la quieren probar pero no se animan o simplemente no saben cómo hacerlo; Por eso mismo en este humilde acto le hago entrega de algunos consejos e información básica y concisa sobre el tema en cuestión.

EL VERDULERO, UN PUNTERO ENCUBIERTO: Primero que nada usted debe conseguir  la droga, es por eso que tendrá que estar atenta en todo momento.  El puntero puede ser el verdulero y hasta el mismo Don Pepe, así que deberá  ser astuta y actuar con precisión  a la hora de  conseguirla. En la verdulería el código es: “espárragos felices”. Si el vendedor de frutas y hortalizas la mira con cara de sorpresa usted le entrega automáticamente  $6 (valor promedio de un porro si es que no vive en una zona muy cheta) y una sonrisa tímida de medio pelo, luego él sacará debajo de un maple de huevos con disimulo la mercancía psicoactiva  y la esconderá entre un atado de cebollita de verdeo (ésta  vendría ser como la albahaca, es decir va de regalo con la compra del porro). En el kiosco de Don Pepe (como todos los almacenes del país) deberá pedirla como: “palitos de la selva flasheros”; No se asuste si en este caso ve que el kiosquero zambulle la mano en el fondo de un frasco repleto de caramelos ½ hora, lo esconden ahí porque nadie los compra y éste termina siendo un escondite seguro.

ARMANDOESTEPORRITO: Si por esas casualidades de la vida atenta puede conseguir flores para armar ¡mucho mejor!  Sepa usted que este es el punto en el que sus habilidades construidas con tantas horas de Inutilísima Satelital tendrán su fruto. Recuerde los consejos de Doña Petrona sobre cómo preparar niños envueltos; Sí sí es casi lo mismo, la hoja de parra vendría a ser el lillo y  el relleno de carne picada y arroz la marihuana. Con el dedo gordo y el índice muela el relleno, sáquele las semillas como al tomate y guárdelas para una futura siembra. Busque en la mesa de luz de su hijo y/o nieto una mini cajita que diga OCB (en este caso no se asuste que esa cajita es como el té de manzanilla, no falta en ningún hogar). Vierta la molienda cuidadosamente en el centro del papel y espárzala con sus dedos,  asegúrese de que el pegamento del mismo esté arriba, enróllelo como a un panqueque con dulce de leche y pásele la lengua al papel con pegamento como si éste fuese un sobre de cartas. No se desilusione  si no queda perfecto, aprender a armar es como cocinar  arroz con pollo, con la práctica le va a salir cada vez mejor.

A FUMARLA: Llegó el momento tan esperado en el que  conocerá el placer de fumar cannabis. Los pasos son sencillos, ahora solamente debe fumar y contener la respiración como cuando resiste esas ganas de cagar a trompadas a su marido en el momento que éste deja los calzoncillos sucios en la puerta del baño. Esto ayuda a que la sustancia  le “pegue” mejor, aunque en las primeras pitadas sentirá que se le desprenden los pulmones, y estos pretenden salir por su boca.  Le aconsejo  no darle más de siete secas; Si se fuma un faso entero la primera vez va a quedar más loca que Divina Gloria y esa no es la idea. Después de unos diez minutos va entender porque la llamamos una droga feliz. Sin darse cuenta ponchará un caset de los Pimpinela, actuará, bailará y cantará a los cuatro vientos las letras cargadas de puterio y engaño de estos hermanos. A la media hora le  atacará un hambre voraz y correrá hacia la heladera  (en este punto tampoco debe preocuparse, ya que su heladera,  como el de toda doña, está abastecida  de un sinfín de embutidos con los que todo marihuanero alucina con tener  en su casa). Puede sentir sueño,  tildarse con los objetos de decoración y hasta sentir la presencia de duendes en su casa; Por otra parte cada cosa que haga le parecerá  extraña y divertida a la vez. No se asuste, usted está afrontando los síntomas de sentir que está en un universo paralelo.

COMO EVITAR UN A.C.V MASIVO FAMILIAR: Ya está inmiscuida en el tema, sabe lo que se siente,  se fuma un porro todos los días antes de la novela para flipar con Pablo Echarri, le gusta, la hace feliz pero ya está cansada de esconderse en la lavandería y esperar que todos se vayan de la casa para fumar, usted quiere contarlo y además ya es hora de que cultive su propia plantita. Lo sabemos, el miedo de que sus allegados sufran un accidente cardiovascular  en el momento de blanquear la situación la paraliza, por lo tanto deberá encontrar el momento justo para comunicarlo como por ejemplo: un almuerzo dominical. Invite a sus familiares a comer, levántese tempranito, desempolve la pastalinada y haga unos ricos fideos al huevo caseros. Prepare un sabroso  estofado y cuando a este no le falte nada más que sal y pimienta agréguele un 25 así como si fuese un caldo para saborizar, revuelva y deje reposar unos minutos. Sírvale a los comensales, y en la mitad del almuerzo párese con una copa de vino en la mano y golpéela bien fuerte con un tenedor para llamar la atención. Simplemente diga  fuerte y casi gritando  “FUMO MARIHUANA DESDE HACE UN MES”. Recuerde, ese es el momento indicado, van a estar todos tan locos  y flipados  con su comida, las migas de pan en el mantel y las burbujas de la soda que en vez de preguntarle por qué fuma la van a felicitar por hacerlo. Si  también quiere contárselo a sus amigas con las que va a misa le recomiendo hacer brownies locos e invitarlas a tomar el té.

Fume, sea feliz y no se aflija, en un futuro no muy lejano las pipas y la marihuana se venderán con descuento para jubilados.

Fuente: http://www.muchamerd.com.ar/

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