Los Arquitectos que hacen privados tipo “pecera” son rechotos, igual se ve y se escucha al payaso de adentro.

Un tipo que en tercer grado da una definición de libro como si fuera un adulto, a los cuarenta no tiene sentido del humor.

Ya se porque mis empleados leen El Mendolotudo a escondidas. Quieren aprender a ser como yo.

Un tipo que usa trajes brillosos de día es grasa aunque salga en la tele.

Nunca confíes en quien pone “me gusta” a sus propios estados, y menos que menos en los que también lo hacen hasta en sus comentarios.

“Tirar petardos para las fiestas” es una frase que ninguna mujer debe de decir frente a un grupo de hombres ni siquiera un 24 o 31 de diciembre.

La noche te pasa factura a los 25.

Lo que es la recta a dos puntos es Facebook a un hombre y una mujer.

Invitar a una mina a tomar un helado en vacaciones es una de las sensaciones más sublimes de la historia del hombre.

Un casado es algo así como un pajero menos y un cornudo más.

Sinceramente hay que tener tiempo y ganas para ser un verdadero boludo, porque realmente no es fácil.

Los mendocinos nos comemos las “eses” finales de las palabras porque, debido a la altura en la que vivimos, debemos ahorrar aire para respirar cómodamente.

Al que ha vivido le gusta el tango.

No ningunees lapiceras, uno nunca sabe con cual vas a poder escribir la nota de tu vida.

Mis colegas del noticioso esperan ansiosos las salidas de mis aforismos. Es por lo único que leen este papelón de cuarta.

El defecto de la envida es tan espantoso que los ojos no lo pueden esconder.

La muerte es la única mujer que busca amantes eternos.

Si a las encías sensibles les gritas ¿lloran?

Escucha a tu mujer, sin tener que sentir la obligación de darle respuestas o soluciones. Muchas veces solo necesita ser escuchada.

Un buen socio lleva las cuentas claras, aún cuando la otra parte no lo obliga.

El tiempo de cocción y la distancia de la parrilla sobre las brasas es directamente proporcional con lo bueno que puede salir un asado.

“Te invito a tomar la leche” es la única frase que podes decir tranquilo de chiquito pero nunca más vas a poder usarla de grande.