Roberto es una persona chapada a la antigua, un tipo hecho y derecho. Su madre nos contó que a él nunca le gustó romper las reglas, siempre mostrándose conservador y correcto.
Sus días eran felices y la verdad, es que se había transformado en un verdadero embajador de la AFIP. Compraba un chicle, pedía factura, iba al telo, pedía factura, en su rostro brillaba un aura de felicidad y orgullo…
Pero como toda historia bella, no tardó en aparecer un verdugo, en este caso Mario, el panadero del barrio. Mario es uno de los vecinos más divertidos, todos lo recuerdan como el mejor de los trolls, quienes lo conocen, cuentan que una vez le pidieron una bola de fraile y él dijo que su suegra no estaba a la venta. Famoso también, por llamar a dos jóvenes lesbianas cuando un abuelo le pidió “tortitas”.
Así fue como el destino termino cruzando al correcto y al troll…
Roberto entra a la panadería a hacer un pedido grande de prepizzas para su restaurant, paga y antes de retirarse exige su factura…
Un manto oscuro envolvió la cara del panadero, sonrió amablemente y dijo “como no señor, agarre la que guste” mientras sacaba una bandeja con facturas.
jajajaj sos un tarado
cuekkkkkk
Rata, dedicate a los chistes explicados por facebook nomas! jajajaj
jajaja sos un qliado!