Más allá de todo lo que se ha escrito del sexo oral, el otro día me sorprendieron con un interrogante que no supe contestar: ¿Los tipos te la chupan porque les gusta o por hacerte sentir bien a vos nomás?

Haciendo un sondeo muy serio, descubrimos que el encanto de hacerle sexo oral a las nenas decrece con el paso del tiempo, hasta volverse inexistente en la previa de la relación sexual. Acá ya encontramos uno de los posibles motivos por los que nos encontramos con tantos neófitos en el arte de hacer acabar con la lengua. El cien por ciento que ya todas conocemos. Entonces, confirmamos que (salvo contadas excepciones como en todos los casos) ellos proceden a comerse la almeja para producirnos placer a nosotras, nada más.

De más está decir que este es el motivo por el que les sale como el orto.

Ahora bien, del otro lado los tenemos a ellos. Una previa a ponerla sin Pete puede ser motivo de ofensa mortal. Es una instancia insoslayable, sería como putear al General San Martín. La certeza que ellos poseen es que si una lo hace siempre y espontáneamente, es porque es golosa del pito y le encanta. La que no lo disfruta es, o porque nunca le dedicó el tiempo suficiente como para darse cuenta de lo rico que es, o no le gusta y te lo niega desde el principio, previo a hacer la prueba y terminar con más arcadas que embarazada en el primer trimestre.

Entonces, insto por este medio a que firmemente luchemos por el mimo lingual a nuestra hermosa vagina de aquí a todas la previas que nos queden, ejerciendo así de paso la tan ansiada practica en el arte por parte de ellos. Que se superen cual maestros en su carrera docente, aumentando su bono de puntaje en base a la antigüedad en el ejercicio de la profesión.

Asimismo insto a ellos a refutarme o explicarme el motivo por el cual decae como calzón de trola el entusiasmo por comernos. Y a ellas que expongan sus experiencias en el tema, como dueñas del frijol mágico listo para ser degustado. Nos vemos la próxima.