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El día que me levanté a un traba

Creí que iba a ser un viernes como cualquier otro. Nos juntamos todos tempranito a jugar un trucazo con unos mates. Charla va, charla viene, mate va, mate viene, iba todo tranquilo. Pero después del primer termo la cosa cambió. 

– Che y si nos tomamos un Fernet ahora? 

– ¡Pero son las 6 de la tarde! 

– No importa, un fernecito que hace frio, dale ¡no seas cagón! 

– Dale, y de paso tiramos unas carnes a la parrilla. 

-Pintó 

Después de un Fernet entero y un cajón de porrones estábamos haciendo el fuego y aparece el Caipirosca Rodriguez, por lejos el fachita, salidor, conocedor y conductor designado del grupo. Con precintos para todos, que entrábamos gratis, que estaba lleno de perras, bla bla, nos estaba vendiendo la noche como si fuera el Quini 6.

 Como todos ya teníamos un pedo flameante y un par de bizcochitos de grasa en el estómago nomas. Ninguno se opuso y mientras se acercaba el olorcito a asado, mas pintaba la onda bolichera.

 -¡Hoy encaro a morir a todas! 

-Les digo que soy el primo del Ogro Fabianni y por ahí eso del contacto con un famoso se me tiran encima. 

-Es buenísima, hoy garchás seguro. 

– Seeeeeh ¡Salú! 

La sobremesa se prolongó más de lo planeado con un par de charlas intensas que no me acuerdo si fue de minas, fútbol o política. Lo que nos hizo chuparnos hasta el agua del hámster para mantener el pico caliente. 

Casi conducidos por la inercia y el pedo, nos vamos al boliche y entramos directo gracias al Caipi, limpio y lúcido como siempre, que dos pasos adentro ya estaba charlando con un grupito de minas que parecieran salidas de una publicidad de Dolce & Gabanna (Dios te bendiga Caipi) 

Por ahí me separé con el Petete Bermúdez que estaba con un pedo empalador igual o peor que yo. Me tiraba unos pasos al ritmo de la música caliente pensando en que alguna minita medio pasada o de baja autoestima me iba a dar bola pensando que era un sexy latin lover.

Encare por acá, oooooole. Encare por allá, 47 puntos por el corte de rostro. ¡No se que mierda pasa todas me rebotan! Ah ya sé, estoy dado vuelta del pedo y tengo un aliento a foca muerta. Me como un caramelito con Petete y le dije, ESA es la nuestra. Esos dos gatazos ya me guiñaron el ojo 3 veces.  

– No ¿vos decís? ¿No estamos apuntando muy alto? 

– Vos confía en mi chabón, que con el quilombo de la música y las luces, ni te van a entender la cara (Dios bendiga el flash cegador)

– Vamo’ que vamo’.

Nos ponemos a escabiar con las minas, pegamos onda y me separo un cachito con la ‘‘mía’’

Entre el alcohol en sangre y la música a todo lo que daba, cuando le pregunté por el nombre, escuche algo así como un Martfghhasg, así que la agendé en mi memoria como Marti, me contó que estaba un poquito afónica y bla bla bla; y entre tanto que hablaba le digo. »La verdad que interesantísimo!» y le planté un getazo con la medida justa de cariño y pasión rebelde.

Con la minita ganada, sintiendo que todas las miradas se posaban en mí, algunas envidiosas y otros casi que me coreaban ‘‘Ar-gen-tina Ar-gen-tina?’’ brindándome su apoyo por andar de la manito con tremendo gato. Contento y decidido me paseé por el boliche de la manito haciéndome el langa y buscando amigos para presentarla con carita de »mira el potranco que me estoy comiendo»  

Llego a la Vip, y lo veo al Caipi acompañado de un clon de Julieta Prandi charlando animadamente. Me mira con ojos de sorpresa y yo lo miro haciéndole guiñaditas nada disimuladas como diciendo ‘‘Estuve bien eh, mirá, mirá, estuve bien, decilo, decilo ¿eh? ¿eh? no sos vos el único que levanta.’’ 

Con las palabras preocupadas quemándole la garganta se disculpa con las chicas, dejando a Marti con el clon de Julieta Prandi y nos hacemos un pasito al costado, me agarra de la nuca y me dice.

– Ey, boludo, ¿estás bien?

– Meeejor que nunca woooon

– Sabes que te estás comiendo un flaco, ¿verdad? 

Y como que me recuperé de una y en un tono casi bastante ofendido le espeto: – Me lo esperaba de cualquiera menos de vos Caipi, está bien que tengo un pedo onírico, pero sé que puedo distinguir a una mina de un flaco. ¡Vos estarás envidioso porque mi chica tiene mas gambas que la flaquita cagada de hambre esa con la que estás vos! 

Y de un empujón ofendido pero sin violencia me aparto del Caipi, le doy un fondo blanco al trago y vuelvo a apretar con la Marti nuevamente, una voz subconsciente no podía dejar de repetirme en la cabeza de un modo acusador “esuntrabaesuntrabaesuntrabaesuntraba” y yo la contraatacaba con una 2da (¿o 3ra?) voz mía sub-subconsciente que decía ‘‘Ojo, aprieta bien eh’’. 

Siento un piquetito pequeño, como que me raspan con la barba y se arma la debacle en mi cabeza y saltan como 30 voces, mías, de mi vieja, de Montoto y de una gallega que me daba clases de inglés…

  •  “¡Tiene barba! ¡Es un flaco!’’
  •  “No, te pinchaste con tu propia barba, dejá de auto boicotearte’’
  • “¡Tiene tremenda garompa!’’
  • “¡Ese culo no puede ser de hombre joder!’’ 

Me despego de la geta de la… ¿piba? Y de una vuelta iracunda lo agarro al Caipi del cuello de la remera y le digo:

– ¡Este es un flaco o no? Dale, no me jodas que estoy re en pedo y ya ni se si me doy cuenta o no

– ¡Si, boludo, lo tengo de compañero en mis clases de arte y expresión corporal! Se llama Martin… ¿no?

– ¡No! Me dijo que se llamaba Martfghhasg… Uh… 

Claro. Todo cerró en 2 segundos.

¿Desde cuándo encaré yo a una mina en un boliche y me dio bola? ¿Desde cuándo me miraban todos gritándome ‘‘Ar-gen-tina’’? Y lo de afónica era que tenía la voz igual a Fernando Niembro… Ya me había parecido raro que mientras nos comíamos, armamos el Gran DT. 

Me di la vuelta, y llevándome las manos a la cara la/lo miré a la cara a lo que yo creí era la mina mas fuerte del boliche y solté entre sollozos un “¡¿Cómo pudiste hacerme esto?! ¡Perra loca! ¡Malo!’’ 

Me fui corriendo al auto y me zambullí en el asiento de atrás. En posición fetal y repleto de lágrimas pensaba ¿Qué mierda pasa si se enteran de esto los chicos? Mi vieja,  ¡¿MI VIEJO?! ¿Cómo concha les explico? 

  • No, lo que pasó es que lo iba corriendo para pegarle, se dio la vuelta de golpe y lo besé sin querer
  • Papá, no vas a ser abuelo, pero conseguí arquero para el sábado.
  • Ma, Viste que siempre me gustó el Animal Planet.
  • Che… chicos, ¿vieron que andaba con problemas? Bueno, ya encontré lo que me traba…
  • Yo no soy gay, el tipo que me comí si era… 

Me cortó el pensamiento escuchar que se abre la puerta del auto y es el Caipi, que con un gesto zen paternal, de paz y comprensión me dice.. – Yo no le cuento a nadie si querés, pero yo también soy gay. ¿Petete? Petete también lo es, por que te creés que le pusimos ese apodo choto? 

Si vos no nos juzgás a nosotros, nosotros no te vamos a juzgar a vos. La vida es así de simple loco. Casi me dieron ganas de partirle la boca de un… abrazo. 

Y ahí es cuando todo cambió. No hubo más prejuicios para con nadie, y aprendí a tener una mente abierta (mente nomás). 

 En fin:

  • No puede ser que los trabas se parezcan cada vez más a las minas.
  • El tipo apretaba bien.
  • Soy un borracho.

¡Mamado no vale! pero ojo, si te empedas todos los fines de semana y siempre «te pasa» lo mismo. Hacete cargo chabón, el culo te traiciona.

Gracias por la inspiración a Party y al Dr. Felipe 

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